A la hora de preparar la cena suele embargarnos la pereza y el ansia a partes iguales. Por un lado, estamos cansadas después de todo el día de aquí para allá y lo que menos apetece es empezar a seleccionar recetas saludables y ligeras para terminar la jornada. Por otro, el hambre hace acto de presencia y lo único que queremos es saciarla cuanto antes, lo que suele traducirse en comer cualquier cosa rápido y mal, un parche momentáneo que no impide que a las dos horas nuestro estómago se queje irremediablemente.

¿Cuál es la solución? Te lo ponemos muy fácil: ten bien a mano la selección de recetas saludables y ligeras que te hemos preparado. Encontrarás propuestas de lo más variadas para que puedas adaptarlas a tus necesidades y circunstancias. Ten en cuenta que en el marco de una dieta saludable, la cena ideal va a depender mucho de lo que hayas comido a lo largo del día y de la actividad física que hayas llevado a cabo. 

Trucos para elaborar cenas ligeras y fácilmente digeribles

Después de una larga jornada, lo que más necesitas es descansar y recuperar energías para el día siguiente. Además de que porque te guste cuidarte, escoger recetas saludables y ligeras para la cena, te va a facilitar el proceso. Conciliar el sueño después de una cena abundante, con exceso de grasas o azúcar, y alimentos con tendencia a provocar gases puede resultar bastante complicado (y desesperante).

Esto no quiere decir que te pases al extremo contrario y apenas pruebes bocado ya que lo único que conseguirás es estar intranquila y muerta de hambre. La clave está en seleccionar platos ligeros que a la vez resulten saciantes y tener en cuenta los siguientes aspectos.

  • Verduras. Las cremas y menestras siempre son un acierto porque alimentan y sacian sin exceso de calorías. Evita las que están asociadas a los incómodos gases o te acordarás de ellas durante toda la noche.
  • Grasas. Como siempre los tenemos a mano y no necesitan ninguna preparación, embutidos y quesos suelen estar entre nuestras primeras opciones para cenas rápidas. Si abusas de esas grasas dificultarás la digestión y te costará más dormir.
  • Picante. Si te encanta darle ese toque "alegre" a tus platos, procura hacerlo en la comida. Al ingerir alimentos picantes aumenta la temperatura corporal y puede que te cueste más dormir. Cuidado también a la hora de escoger salsas y aliños.
  • Dulces. Aunque muy apetecibles, los caprichos dulces a última hora del día elevan el azúcar en sangre, y su posterior descenso en picado puede acabar despertándote en plena noche. Sustitúyelas por pasas, orejones o ciruelas, que calman el ansia de dulce y ayudan a producir serotonina, el neurotransmisor regulador del ciclo sueño-vigilia.

Los precocinados, buenos aliados para completar cenas

Evidentemente, basar tu dieta en los alimentos precocinados no es una buena idea ni para tu bolsillo ni para tu salud. Pero sí que es cierto que, de vez en cuando, son buenos aliados para completar tus cenas de forma rápida y sencilla. ¿Pero valen todos? No, pero sí muchos de ellos como gazpachos, salmorejos, caldos o incluso espárragos, que se convierten en unos buenos entrantes de carnes, pescados o huevos. Lee bien las etiquetas y decántate por los que más naturales resulten.

Guarda a buen recaudo las recetas que te proponemos porque te solucionarán las cenas de la semana sin estar todo el día en la cocina ¡y sin pasar hambre!