El huevo es el rey de la despensa junto con patatas, pollo y pasta, y un alimento de elevado valor nutritivo con un aporte de energía no muy elevado. Aunque pueden tomarse los de diversas especies, son los de gallina los más consumidos seguidos a bastante distancia por los de codorniz. Entre las infinitas maneras de consumirlo como plato (también se utiliza para empanar, pintar el hojaldre o como base de masas) destaca la tortilla, los huevos fritos, los revueltos, al plato y, por supuestos, los cocidos.
Cuando hablamos de huevos cocidos nos referimos generalmente a los huevos duros, es decir, aquellos con la yema compacta que suelen cocer 10 minutos desde la ebullición. Si te pasas con el tiempo lo notarás enseguida ya que la yema adopta un color verdoso muy poco agradable.
Puedes utilizarlos en muchas recetas saludables, para completar una ensalada, decorar una ensaladilla rusa o para rellenar con atún, carne u otros ingredientes como podrás comprobar al final del artículo. Pero antes, los trucos que te ayudarán a que salgan perfectos.
Trucos para que los huevos cocidos queden de 10
Cada maestrillo tiene su librillo, pero la mayoría de ellos coinciden en que lo ideal es consumir los huevos bien frescos y sacarlos de la nevera un poco antes. Cuando los pongas en la cazuela, el agua tiene que cubrirlos por completo para que se hagan por todas partes por igual. Hay quien lo pincha antes de introducirlo en el agua con una aguja para evitar que se rompa, sobre todo si el agua ya está caliente y a punto de hervir; si lo pones directamente en el agua fría no es necesario.
Meter el huevo en agua fría o ya hirviendo va a condicionar el tiempo de cocción: en el segundo caso necesitarás algo más que si lo metes desde el principio. Cuando los retires del fuego, pásalos enseguida por agua bien fría para que pare la cocción. Para pelarlos sin problema, ponlos sobre una tabla y presiónalos ligeramente con la palma de la mano. ¡No te costará nada! Si no los vas a consumir enseguida, mételos en la nevera bien tapados.