Los bocadillos fríos son la mejor opción para saciar tu hambre en excursiones, días de piscina, viajes o picnics. Pero también son perfectos para cuando estás en casa y te apetece improvisar la comida y, sobre todo, la cena. Embutidos, calamares, tortilla, jamón y queso, atún y mayonesa o pollo y mostaza son algunos de los más tradicionales socorridos y apetecibles. Y, obviamente, cuanta mayor sea la calidad del producto, mejor estará el bocadillo.

Pero también puedes "internacionalizar" tu bocadillo y darle un aire oriental con sabor a soja, un toque mexicano con guacamole o un aire nórdico con salmón ahumado. Es importante que los alimentos combinen bien entre ellos y que guarden las proporciones para que sea más agradable al paladar. 

Así puedes enriquecer tus bocadillos

Tan solo unos pequeños trucos separan un bocadillo simplón de uno realmente delicioso. Aquí tienes unos cuantos para que puedas comprobarlo y que no tenga nada que envidiar a tus recetas saludables.

  • Pan. Prueba distintos tipos y formatos para darle más vidilla como baguette, hogaza, mollete, bagel, de molde, integral, de semillas o de centeno. Puedes tostarlo si te apetece y dejar que se enfríe antes de poner los ingredientes para que no de deshagan.
  • Verde. Añádele un toque saludable en forma de rúcula, canónigos u hoja de lechuga. El tomate también es una buena opción.
  • Proteína. Tan indispensables como fáciles de añadir. Huevo cocido, queso, jamón, pavo, beicon, salmón ahumado, atún, ¡hasta sardinas!
  • Jugosidad. Para que no resulte seco, puedes untar en una mitad tomate, mayonesa, aceite, hummus, guacamole, mostaza o queso crema.

Conserva bien tus bocadillos

¿Los vas a preparar con bastante tiempo de antelación? Escoge bien sus ingredientes para evitar que se estropeen. Tenlo sobre todo en cuenta si lleva huevo o pescado y las temperaturas son altas. Si lo vas a comer fuera de casa y necesitas envolverlo, puedes utilizar el tradicional papel de aluminio, la bolsa zip (que además neutraliza olores mientras está cerrada) o un portabocadillos reutilizable, que se ajusta a cualquier tamaño de bocadillo y que además a la larga supone un considerable ahorro.