Una cal y otra de arena. Expresión popular que sirve para describir situaciones en las que se alternan eventos positivos y negativos. Ideal, también, para poner en palabras cómo han sido los últimos tiempos en la Corona británica. Porque ni siquiera hace falta remitir al fallecimiento de Isabel II para entender esta crónica de las desdichas más catastróficas. El 2024 ha sido suficiente. Al menos, en materia de achaques de salud. No solo por el cáncer que padece Carlos III, sino también por el que ha tenido que afrontar Kate Middleton y que tanto ha dado que hablar.

La princesa, en el foco de la atención mediática desde el inicio del año después de que se hiciese público que debía pasar por el hospital para someterse a una intervención quirúrgica. Una "cirugía abdominal planificada". Eso y nada más. Ninguna información extra, más allá de que tras la operación permanecería unos tantos días ingresada en The London Clinic y eso la mantendría alejada de la primera línea de los actos institucionales. ¿Cuánto tiempo? No se sabía. O no se hizo saber. Hasta el 22 de marzo, concretamente, cuando la propia Kate salió al paso con un estremecedor comunicado.

Fue a través de una grabación difundida por la BBC donde la esposa del príncipe Guillermo hizo el ejercicio de honestidad más demandado. El de contar lo que le sucedía, que se estaba tratando un cáncer y ya había comenzado un tratamiento de quimioterapia preventiva. Todo por acallar la ingente cantidad de rumores generados, así como intentar calmar la intranquilidad de los ingleses. En parte, así fue, aunque con la eterna preocupación por su estado. Una preocupación que ha vuelto a escena dado el incierto horizonte del reinado, con el añadido del anuncio de un nuevo paso por el hospital.

Kate Middleton supera el cáncer con un horizonte incierto en Reino Unido

Y eso que parecía que los problemas para los Windsor se habían frenado temporalmente, pero todo lo asumido ha quedado en un espejismo en vista de las últimas informaciones. Esas que apuntan, desde determinados periodistas como el experto en Casa Real José Moreno, a que Carlos III no estaría respondiendo de la mejor manera a un tratamiento con el que todavía convive. Hasta el punto de apuntar a que podría acercarse el final de un reinado, por alarmista que pueda resultar y aunque el soberano está a punto de emprender un viaje de Estado a Australia junto a Camilla.

Su particular forma de mantener la preocupación a raya, que es en realidad seguir con sus labores oficiales de la mejor manera que ha podido. La antítesis del caso de su nuera, pues no solo hubo un flagrante hermetismo informativo sobre la enfermedad de Kate, sino que su regreso a escena se ha gestado de una forma mucho más paulatina. Solamente fueron dos las ocasiones que acudió a actos masivos antes de compartir con el mundo el pasado 9 de septiembre que ha podido terminar su tratamiento. El desfile 'Trooping The Colour' y la final masculina de Wimbledon. La antesala a una vuelta al trabajo de lo más particular y de la que ya hay más constancia.

Y es que aunque la verdad sobre el estado del Rey no esté explicitada en las calles, la princesa de Gales sí parece estar cada vez más activa en lo que a sus tareas oficiales se refiere. Para muestra, la información sobre las reuniones que ha mantenido en palacio para tratar temas relacionados con la fundación 'Early Years' que protege las infancias desfavorecidas. O su reciente encuentro con una paciente de cáncer y su familia, también en Windsor. La tan ansiada reaparición en el terreno institucional que, para sorpresa de todos, volverá a verse interrumpida por su próximo ingreso hospitalario.

El motivo por el que tendrá que volver al hospital

Justo cuando todo se ha encauzado y las nuevas apariciones de Kate apuntan a una línea de trabajo centrada -aún más que en el pasado si cabe- a su preocupación por los demás, el aviso de que deberá regresar a un centro ha caído como un jarro de agua fría entre los observadores de 'La Firma'. Así sucederá de forma inminente según apunto la escritora Concha Calleja en el programa 'Fiesta', quien hizo saber que será este mismo mes de octubre, en la semana del día 21.

La razón no sería otra que el sometimiento a unas pruebas médicas, con el propósito de saber "si el cáncer ha remitido", algo que implicaría "una nueva intervención pequeña, pero más adelante". También de acuerdo con las palabras de la colaboradora del espacio conducido por Emma García, habría la posibilidad de que esas pruebas no vayan bien. "Se agendará una nueva sesión de quimioterapia", advierte sobre el peor de los escenarios. Una información sobre la que, como es habitual, la Casa Real no ha confirmado ni desmentido.