Ha llegado el día. Mary Donaldson, con una sonrisa emocionada, ondea su mano a todo el pueblo danés. Al fin es reina. A pesar de los nervios que suponen una proclamación, se la observa serena, segura y satisfecha. Llegar hasta ahí no ha sido un camino fácil. Ha pasado por un verdadero calvario. Ha plantado cara a la ansiedad que provoca saberse engañada (en múltiples ocasiones), vilipendiada y humillada. Ha dado todo de sí misma para llegar hasta ahí. En ese tortuoso recorrido, hasta ha tenido que lidiar con la depresión. Tiene 52 años y puede decir, con orgullo, que es lo que siempre quiso ser. ¿Reina? No. Feliz.
Al igual que Letizia ha querido dar voz y visibilidad a las enfermedades mentales, Mary Donaldson también lo ha hecho. Es más, la australiana hasta ha hablado abiertamente sobre su depresión. Lo hizo en televisión y en horario de máxima audiencia, aunque no reveló demasiados datos privados. Deseaba preservar esa parcela de su intimidad. Reconocerse como paciente pero sin aportar detalles. Los daneses ya tenían todo lo que necesitaban saber: había padecido una enfermedad, había sido tratada y la había dejado atrás. ¿Lo demás? Solo le corresponde a ella. Lo importante era normalizar los problemas de salud mental.
“Hablar de lo que nos pasa o sobre lo que experimentamos, como es el caso de la princesa Mary Donaldson es algo muy necesario a nivel personal, ya que podemos encontrar mucho más apoyo del que nos imaginamos al compartirlo y a la vez, como un paso prioritario para romper tabúes sociales acerca de la salud mental”, nos dice Oriol Lugo, psicólogo y experto en terapias neurocientíficas.
“La ansiedad y el miedo suelen ir de la mano generando una combinación que nos hace adentrarnos en un círculo oscuro y aprisionador. Cuando una siente miedo y éste se acrecienta volviéndose irracional (fobia) puede ser un indicador inicial de lo que luego puede derivar en ansiedad”.
Cinco pasos para dejar atrás los miedos, como hizo Mary Donaldson
El doctor Oriol Lugo tiene cinco claves o pasos infalibles para que seamos capaces de convivir con nuestros miedos; trayéndolos hacia la luz y aprendiendo a convivir con ellos, para que, desde una perspectiva más sana, nos ayuden a crecer en lugar de que nos arrastren a un pozo oscuro que puede convertirse en una depresión. Un lugar mental, del que Mary de Dinamarca fue capaz de salir no sin ayuda de profesionales y de sus seres queridos.
“Es fundamental poder empezar validando lo que sentimos y experimentamos”, nos desvela este profesional del bienestar emocional. “En una sociedad donde se nos condena por experimentar ciertas emociones como el miedo o la tristeza, es primordial que podamos encontrar un círculo cercano de personas que nos acepten incondicionalmente”.
En un caso como el de la nueva reina de Dinamarca, esto no habrá sido fácil. La australiana dejó toda su vida, su familia y sus amigos en Tasmania para seguir a Federico en su sueño por formar una familia juntos y, llegado el día, convertirse en miembro de la Casa Real. Esto conllevó una profunda soledad para esta madre de cuatro hijos, que tuvo que hacerse un nuevo grupo de confianza, donde su estilista o su secretaria tienen un papel destacado. “Como seres gregarios, necesitamos de los demás para sentirnos seguros y protegidos”.
Identificar, hablar y aceptar, los primeros tres pilares en los que Mary habría fundamentado su mejoría y además...
“Una vez identificamos lo que sentimos, es también básico no luchar contra los síntomas. Cuando una sufre de ansiedad y batalla contra sus propias sensaciones, lo que hace es agrandar el problema. Al final son mensajes o señales que manda nuestro organismo acerca de un posible peligro real o percibido que nos está afectando”. El siguiente paso, una vez hemos nombrado a la emoción, habiéndola compartido con nuestros seres queridos y aceptarla sin lucha, lo siguiente es desestresar a nuestro cerebro.
“A nivel neurocientífico, cuando padecemos de estos altos niveles de activación, nuestras amígdalas (una de las zonas del cerebro que gestionan las respuestas emocionales) están sobreactivadas. Lo que necesitamos es desestresar estas áreas cerebrales con ejercicios o prácticas que faciliten la armonización de nuestros dos hemisferios”. Para esto, Lugo recomienda la práctica deportiva. Alguna actividad física que nos guste y con la que nos sintamos cómodos y cómodas. En el caso de Mary de Dinamarca, tenis, ‘running’, montar a caballo o, simplemente, hacer caminatas.
Otra buena técnica para relajar todas las señales de alarma que suelen provocar el estado ansioso puede ser visualizar que estamos en un lugar seguro. Este puede ser tu casa, los brazos de un ser querido… “Puede ser otro elemento clave capaz de generar las mismas respuestas hormonales como si lo practicáramos en la vida real, ya que generaremos oxcitocina, serotonina y endorfinas”. Química de la felicidad en estado puro.
¿Qué imaginará Mary cuando necesita figurarse que está en su refugio? Seguro que las caras de sus hijos aparecen pero, además, la de su padre. Donaldson está muy unida a su progenitor, una de las personas esenciales de su vida. Para ella es su gran referente y mentor. La Reina de los daneses perdió a su madre muy joven, cuando tenía 26 años, y esto la sumió en una gran tristeza. Un duelo que la llevó a emprender casi una vuelta por el mundo. Necesitaba salir de casa y, una vez sintió que estaba dispuesta a aceptar la ausencia, regresó al lado de su padre.
Una última recomendación que Mary debe aplicar ya mismo
Y, por último, la recomendación final: “no abarcar más de lo que sentimos que no podemos alcanzar”. Para el doctor en Psicología esto es una forma de respetarnos y “sentirnos en equilibrio”. Trasladado al ejemplo de Mary Donaldson, con una agenda repleta de compromisos, las presiones pueden afectarle especialmente.
Quizás por eso, porque ya se conoce y sabe cómo debe cuidarse, la nueva reina ha puesto en pausa sus primeros actos. Ha parado, ha respirado (en este caso hasta se ha marchado de vacaciones junto a su marido y sus hijos) y se ha priorizado. No es retroceder. Es tomar impulso.