Ana Boyer se enfrenta a un reto mayúsculo: la maternidad. Por suerte, no es la primera vez que lo hace. Ni la segunda. La 'socialité' dio a luz el pasado 24 de abril a su tercer hijo en la Clínica Ruber de Madrid. Un momento muy feliz para ella y Fernando Verdasco, su marido, que se suma a otras tantas situaciones dulces que ha vivido en los últimos meses. Y dulces de forma literal, porque además de ese esperadísimo retoño, los pasteles han cobrado un protagonismo especial en su vida. La 'celebrity' ha triunfado en la televisión como concursante de 'Bake Off' y ahora hace lo propio en su faceta más personal.
Todo después de unas semanas de incertidumbre en las que, a pesar de que se esperaba el nacimiento del bebé próximamente, no había una fecha concreta ni nada estaba excesivamente claro. Es por eso que conocer que un nuevo miembro del clan ya ha llegado a sus vidas ha sido tan emocionante. Será después de unos meses en España cuando el pequeño de la familia ponga rumbo a Doha, Catar, junto a sus padres y sus hermanos. Es allí donde están afincados desde hace algún tiempo y por un motivo de excepción: el oficio de su padre.
La psicóloga Lara Ferreiro señala el parecido de ana Boyer e Isabel Preysler
Concretamente, el hecho de que Boyer y el tenista optasen por instalarse en el golfo Pérsico remite directamente a un proyecto del que Verdasco forma parte dada su profesión. Una decisión mayúscula, aunque no excepcional en la familia. Al fin y al cabo, es común entre los hijos de la coronada 'reina de corazones' eso de desperdigarse por distintos puntos del globo. No obstante, el caso de la menor de los hermanos resulta llamativo por el hecho de que optó por dejar de lado su carrera profesional en el ámbito jurídico y de la empresa. Hacer las maletas por amor, que se podría decir. Con todos los riesgos que eso supone.
Desde CLARA nos hemos puesto en contacto con Lara Ferreiro, psicóloga y autora del libro 'Adicta a un gilipollas', para conocer a fondo todas las implicaciones que tomar esta determinación supone para ella. Y en el devenir de sus declaraciones salía a relucir un aspecto muy curioso de esta forma de proceder: la habría 'heredado' de su madre. "Hay que saber que Ana Boyer es hija de su madre. Es decir, Isabel Preysler también era como una geisha que se cuidaba, que tenía compromisos profesionales, pero su rol giraba en torno a su pareja", expone nuestra experta, para después sentenciar que "da la sensación de que Ana Boyer también ha apostado por su familia y gira en torno a la carrera profesional de él".
Su caso no serviría como paradigmático, pues "no es la típica mujer que no tiene recursos y depende económica y exclusivamente de su marido, sino que es un caso que hay que analizarlo". "Es muy particular, porque ella ha heredado de su padre mucho dinero, heredará de su madre mucho dinero, con lo cual dinero no le va a faltar", añade Ferreiro. Lo anterior, por contra, no la exime de enfrentarse a la posibilidad de que este tipo de conducta "en un futuro le puede pasar factura". "Ella trabaja, ha hecho diferentes programas. Un programa de televisión, marcas publicitarias en su Instagram (...)", pero, al fin y al cabo, "es hija de su madre, que lleva este modelo de ir a seguir al hombre".
La otra curiosa manía que Ana Boyer ha 'heredado de su madre'
Los últimos días de los Verdasco Boyer han dado para mucho más que una reflexión sobre los parecidos conductuales de Ana con Isabel Preysler. Pero es que no son pocos. Para muestra, el nombre que su hija ha elegido para su nuevo nieto. "Bienvenido Martín. Tus hermanitos y padres ya te quieren más que a nada en el mundo", escribía para acompañar a una publicación en la que se ve mano del recién nacido. También las de Ana y Fernando y sus hermanos, Miguel y Mateo. Todos con la letra 'M'. Un patrón en toda regla.
Patrón, como el que Isabel demostró poner en práctica con todas sus hijas mujeres con independencia de quien fuese el hombre. Varones solo tuvo con Julio Iglesias, también padre de Chábeli. Chábeli, que es María Isabel. Con Carlos Falcó tuvo a Tamara. Tamara, que es Tamara Isabel. Y con Miguel Boyer, a la mujer que aquí nos concierne: Ana. Ana, que es Ana Isabel. Todas son Isabel, como ella. Su marca personal y esa 'manía' de cumplir con algo a la hora de poner nombres que la menor también ha llevado a cabo.