Diecinueve años del 19 de diciembre de 2005 se han cumplido hace escasas semanas. Un día que los allegados del inconfundible doctor Julio Iglesias Puga nunca olvidarán. El de su fallecimiento por una parada cardiorrespiratoria. El último del mediático facultativo al que todos conocían por el sobrenombre de 'Papuchi'. También el día en el que Ronna Keitt enviudó con poco más de cuarenta años, cuando él murió habiendo cumplido los noventa.

Por motivos evidentes fue el suyo un romance de esos que suscita todo tipo de opiniones y comentarios. A fin de cuentas, y aunque siempre pueda primar la convicción de que el amor no tiene edad, la brecha entre ellos era de cuarenta y ocho años. De ahí que el ginecólogo ya hubiera estado casado e incluso había sido padre en el pasado. De su primer matrimonio, con María del Rosario de la Cueva y Perignat, nacieron Julio José, el mayor -y laureado artista-, y Carlos Luis. Seguramente no anticipó por entonces que, casi seis décadas después de llegar al mundo su segundo hijo, volvería a tener un retoño en brazos que le llamaba papá.

Ronna Keitt y Papuchi
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Porque sí, para rizar el rizo y después de contraer matrimonio por lo civil en el año 2001 tras once años de relación -además de hacerlo a espaldas de su familia y no revelarlo hasta que enlace ya había tenido lugar-, Julio accedió a tener más descendencia sin rendir cuentas a la longevidad. Así, en el 2004 nació James Nathaniel 'Jaime', al que vio crecer hasta los dos años. No sucedió del mismo modo con la pequeña Ruth. Solo una semana antes de fallecer hizo saber al mundo que su esposa y él esperaban segunda hija en común, que nació en 2006. Fue entonces cuando, inundada en una inconsolable tristeza, Ronna desapareció.

Del principio más casual a la decisión de apartarse del foco

No desapareció forma literal, claro está. El caso es que lidiar con la llegada al mundo de la segunda de sus vástagos cuando tan solo habían pasado unos meses de la muerte de su marido no fue nada fácil. Sea como fuere, y como siempre sucede en relatos como este, es preciso echar un vistazo al pasado para comprender el presente. Y es que a pesar de cuan polémico resultó el noviazgo entre Keitt y Puga, si algo demostraría el tiempo es que el suyo era un vínculo verdaderamente sólido. De esos que están destinados a perdurar hasta el final. Y así permaneció Ronna. Siempre al lado de Julio, hasta el último de sus días.

Papuchi y Ronna Keitt
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De fin a principio sin soltarse la mano, con la magia casi tan viva como aquel día de 1990 en el que, caminando con amigos por el noble paseo de La Habana de Madrid, cruzaron miradas por primera vez. Según reveló el tiempo y sus propios protagonistas, el flechazo fue prácticamente instantáneo, hasta el punto de que el prescriptor del "raro, raro, raro" aseguró que supo que Ronna, licenciada en Medicina, sería su mujer en el momento en el que la vio. 

"Pensé que Ronna iba a ser una relación esporádica (...), pero me enamoré", confesó. Dicho y hecho, así fue. La invitó a pasar unos días en Galicia, y poco les importó pertenecer a generaciones radicalmente distintas. Tampoco las críticas de la opinión pública y los medios de comunicación. De hecho, pronto se ganaron el favor de muchos de aquellos detractores primigenios con su carácter afable, su saber estar. Con las necesarias notas de humor y su impepinable presencia en los más grandes actos de la alta sociedad española. Reiteradas apariciones que, de forma abrupta, cesaron tras el deceso del padre del intérprete 'Gwendolyne'. Ronna tomó la decisión de marcharse. Pero, ¿adónde?

Una nueva vida al otro lado del charco y 'cerca' de su hijastro

El destino para apartarse del foco mediático de forma definitiva una vez viuda fue la ciudad-condado de Jacksonville. En Florida, en los Estados Unidos, y precisamente en el mismo enclave donde cuatro años antes del fallecimiento de Puga habían pasado por el altar. Es allí donde, desde hace ya casi dos décadas, se centró en el cuidado de sus hijos, ya mayores de edad. De hecho, fue el pasado verano cuando Ruth, que nunca conoció a su padre, cumplió los ansiados dieciocho años.

Ronna Keith en Jacksonville
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"Fue el momento en que más eché en falta al doctor porque, cuando Jaime, fue un momento de euforia", confesó en el 2006 a '¡Hola!' sobre el instante de llegar con su hija recién nacida a casa y no tener a Julio a su lado. Desde entonces, contadas han sido las ocasiones en las que Keitt ha optado por reaparecer en la primera línea. En 2021, y para sorpresa de muchos, volvió a conceder una entrevista. Esta vez para 'LOC', donde expresó su deseo de "mantener mi vida y la de mis hijos de forma privada".

"Cuando eran pequeños permití que fueran fotografiados, pero después me di cuenta de que era una equivocación", añadió en esa misma conversación con el citado medio. Una distancia que, al parecer, también se extrapola a la que fue su familia política, pues los nietos de su difunto marido no tienen trato con ella. "Mi padre y Miranda sí tienen contacto con ellas", por contra, reveló en 'Lazos de sangre' Julio José Iglesias Preysler. Y es que su hijastro, el cantante Julio Iglesias y su mujer Miranda Rijnsburger, la tienen presente. De hecho, "estaban constantemente pendientes de mí" antes del nacimiento de Ruth. Lo anterior, y que "son muy cariñosos conmigo".