Pocas veces ha pecado la calma de ser eterna. Mucho menos en la Casa Real británica en este año que ahora termina. Esa pátina del desastre que en incontables ocasiones ha recubierto lo que la cumbre de la realeza implica y que reapareció en escena. Después del fallecimiento de Isabel II y el ascenso al trono de Carlos III, más allá de las rivalidades entre hermanos y otros menesteres, parecía que todo tomaba un rumbo más próximo al sosiego en el Reino Unido.
Nada más lejos de la realidad, puesto que el ingreso hospitalario de Kate Middleton el pasado enero solo fue la génesis de un devenir de catastróficas desdichas. Más allá del secretismo acerca de la intervención a la que la Princesa de Gales tuvo que someterse -y que en marzo se explicaría con el anuncio de que padecía cáncer-, la Corona sí optó entonces por hacer público que el Rey también debía pasar por quirófano.
El motivo era un agrandamiento de próstata que, en principio, no debiera suponer demasiada complicación. No obstante, la visita del monarca a los facultativos sirvió para que le diagnosticaran otra dolencia. Carlos III también padecía cáncer. Una noticia que trastocó los cimientos de la institución en un momento especialmente delicado y que puso sobre la mesa los diferentes escenarios que podrían sucederse.
La salud del jefe de Estado se resentía, mientras que las peticiones de abdicación en vida volvían a estar en boca de muchos. También la gran pregunta sobre cuán inminente es en realidad el reinado del Guillermo. Así se abriría un abanico de incógnitas futuro próximo, entre los que se destacaba un dato curioso: el nombre que el príncipe y su esposa tomarían de darse otra coronación.
El nombre que Kate Middleton llevará cuando Guillermo sea proclamado Rey
Es precisamente en ese contexto en el que la opinión pública pareciera esperar otro cambio en la jefatura de Estado cuando la prensa comenzó a plantear supuestos. Y es que, en el caso de que Carlos III hubiese apostado por seguir los pasos de Margarita de Dinamarca en lo que a retirarse del poder respecta, los cambios en la Casa Real serían sustanciales. Fue entonces cuando Roya Nikkhah, editora de Casa Real del 'The Sunday Times', arrojó luz acerca del nombre que asumirá el Príncipe de Gales cuando llegue su momento.
Según Nikkhah, y a diferencia de Kate Middleton, que en la misma línea que le sucede a Letizia o su predecesora Camilla seguiría siendo llamada Catherine —o Catalina en la traducción—, su marido comenzaría a ser considerado en lo oficial como Guillermo V. Es decir, su nombre al uso, solamente añadiendo el número romano que refiere a todos aquellos antecesores cuyo nombre coincide con el suyo en la historia de la monarquía del Reino Unido.
Cabe destacar que no era la primera vez que la futura forma de referirse al heredero se convierte en un tema de actualidad. Allá por el 2020, durante una charla telemática con los estudiantes de un colegio de Lancashire. Uno de los alumnos le preguntó cuál quería que fuese su 'mote' más allá del nombre. Por aquello de que el primer Guillermo en reinar en tierras británicas era apodado 'el Conquistador'. Un momento divertido al que hermano de Harry no dio excesiva importancia por aquel entonces. ¿Por qué obviarlo? Porque entonces todavía reinaba su abuela Isabel, y en ningún supuesto se preveía cercana su posible llegada al poder. Al menos, no tanto como se ha llegado a plantear a lo largo del 2024.
Las últimas noticias sobre el inicio de un nuevo reinado
Los meses han pasado y, afortunadamente, algunas cosas sí se han puesto en su sitio. Kate Middleton, tras someterse al necesario proceso de quimioterapia que la mantuvo alejada del ojo público durante meses, empezó su regreso a la primera línea este septiembre. Desde entonces, y aunque de forma muy progresiva, ha vuelto a ser 'una más' entre los 'royals'. Algo que, por contra, no aplica a su suegro y a Camilla. Tanto el Rey como su esposa han seguido lidiando con problemas de salud en este último trimestre del año.
Y es ahí cuando la posibilidad de un cambio en el primer escalafón del poder británico se ha reavivado. Sobre todo después de que una fuente cercana a los Windsor haya revelado a la revista 'People' que ahora "hay una sensación de calma que precede a la tormenta". "Pese a que el Rey está desempeñando sus deberes con su característica determinación, tiene que aceptar sus limitaciones mientras se trata del cáncer. Como resultado, Guillermo ha estado asumiendo más responsabilidades y él y Kate han estado preparándose para sus futuros papeles antes de lo esperado", refieren también los mismos informadores. La incertidumbre, de nuevo, está servida.