Cuando se acercan las cenas y comida navideñas, siempre pensamos qué platos añadir al menú para sorprender a nuestros familiares y amigos. Hay algunos platos nuevos y sorprendentes que llegan para revolucionar nuestras fiestas, pero otros, son imprescindibles y siempre se repiten porque significan mucho para nosotros. Cuando pensamos en los dulces que protagonizan las mesas navideñas en España, es inevitable que vengan a la mente el turrón, el mazapán y los polvorones, pero hay algunas otras opciones que combinan sabor y el cuidado de la línea.
Esto es lo que ocurre en Zarzuela, que hay un postre en Nochebuena que cada año trae los mejores recuerdos a la reina Letizia y, que aunque es clásico y tradicional, no es tan pesado como otros. Sabemos que la pasión gastronómica de Letizia no es el dulce. Pocas veces hemos sabido que la reina disfrute de postres, tartas, bombones u otros caprichos por el estilo. Sí que dentro de su equilibrada dieta, algunas veces incluye algunos caprichitos para disfrutar un poco, pero no se vuelve loca por estos postres que suelen levantar pasiones.
Eso sí, ella tiene muy clara su personalidad y sobre todo de dónde viene y, por ese motivo, en momentos especiales para la Familia Real, como la entrega de los Premios Princesa de Asturias, o las fechas señaladas de las fiestas navideñas, siempre se incluyen postres especiales. Añadir estas tradiciones que las han acompañado durante décadas y que siguen muy presentes en sus valores, hace que se sienta como en casa.
Un helado perfecto para el invierno y con herencia familiar
Hemos conocido que Letizia prefiere un postre que rompe con las tradiciones más calóricas de estas fechas. Adiós a los mantecados, turrones o polvorones, y hola a un helado que, aunque estemos en pleno invierno, es perfecto para estas fiestas: el helado de café.
El gusto por este helado y que se convierte en un postre sencillo y deliciosos para finalizar una buena comilona, tiene un origen familiar, ya que, Paloma Rocasolano, madre de la reina, es una gran amante del helado de café, y parece que ella es la que ha trasmitido esta pasión a su hija.
Un postre tradicional pero con un toque moderno
Aunque el helado de café pueda parecer una elección moderna, su raíz está profundamente vinculada a la tradición cafetera de España, y a la idea de tomarse un cafelito al acabar de comer. El café ha sido un elemento esencial en la cultura del país durante siglos, y su versatilidad hace que protagonice no solo desayunos y sobremesas, sino también postres innovadores como tartas, tiramisú. Transformado en helado, adquiere una textura cremosa y un sabor refrescante que equilibra el dulzor con el amargor característico del café y además es mucho menos pesado que en otros “formatos” como las tartas.
Además, prepararlo es muy fácil y permite hacerlo de muchas formas diferentes y personalizadas. Los ingredientes básicos incluyen nata o leche, café fuerte, azúcar y, en algunos casos, una pizca de vainilla para redondear el sabor, pero con esa base, después se puede ampliar un universo de posibilidades. Por ejemplo, se puede reducir el contenido de azúcar o utilizar leches vegetales para una versión más ligera.
Calorías controladas
Su elección no solo destaca por ser un guiño a los sabores que unen a madre e hija, sino también por su carácter ligero, lo que lo convierte en una opción ideal para cerrar una comida copiosa sin sentirse demasiado lleno. Hablar de postre y de pocas calorías, quizá es algo complicado, pero lo cierto es que los helados per se, son alimentos que no destacan por ser ultra calóricos, sobre todo si se hacen, con algunas variantes para reducir el azúcar y las calorías.
Por ejemplo, se puede reducir el contenido de azúcar o utilizar leches vegetales para una versión más ligera. Y es que una ración de helado de café contiene un poquito menos de 200 calorías, por lo que es perfecto como disfrute pero con cuidado y, por supuesto, muchísimo menos pesado y agotador que comerse un mazapán. Y Letizia es forofa de este sentimiento e incluso hay algunos platos que no come por ello.
El otro postre al que no puede resistirse
Hay otro postre al que la asturiana tampoco puede resistirse, pero no tiene nada que ver con la Navidad. La Casa Real nos ha permitido conocer pequeños detalles sobre sus tradiciones gastronómicas. Durante los Premios Princesa de Asturias, sorprendieron con una serie de stories interactivas que incluían una pregunta sobre el postre más emblemático de estos eventos: los carbayones. Estos dulces, originarios de Oviedo, reflejan la riqueza de la gastronomía asturiana y son imprescindibles en los menús que acompañan a esta importante cita anual.
Los carbayones son elaborados con hojaldre, almendra y azúcar, y su historia se remonta a 1924, cuando fueron creados en Oviedo para la Feria de la Ascensión. Este postre, que ha perdurado gracias a su receta tradicional, no solo simboliza la cultura de la región, sino que también evoca recuerdos de infancia para la reina Letizia, nacida en el propio Oviedo. Su presencia en los Premios Princesa de Asturias no solo celebra la identidad asturiana, sino que también une lo personal con lo institucional en un gesto lleno de sabor y tradición.