La vida del príncipe Harry cambió para siempre el día en el que tomó la decisión de desvincularse de la monarquía. Cortar lazos con esa férrea institución sobre la que su infancia y adolescencia se construyeron. Y también los primeros años de su vida adulta, hasta que el amor hizo que nada volviese a ser como antes. El amor por Meghan Markle, la exactriz estadounidense que hoy día es su mujer. La madre de sus hijos, y también uno de los principales motivos por los que el Reino Unido ya no es su casa.
El caso es que desde que en el 2020 tomaran los duques de Sussex la decisión de instalarse al otro lado del charco, las visitas al clan Windsor no han sido reiteradas. Tan solo en momentos puntuales han dejado atrás su espectacular mansión de Montecito, en California, para pisar tierras británicas de nuevo. Y cada vez de forma más espaciada, hasta el punto de que Markle no ha estado en Inglaterra desde el 2022. Harry sí ha regresado más a menudo, pero tampoco demasiado. El ferviente reflejo de que la tensión se mantiene e incluso se acrecienta con el paso del tiempo. Y es precisamente algo tan tenso como una contienda legal lo que en este 2025 fuerza el retorno del príncipe a su tierra natal.
La batalla legal que devuelve a Harry al Reino Unido
Contienda cuyo juicio ya ha comenzado. Concretamente, ha sido este martes 21 de enero cuando la primera de las jornadas de este proceso ante el Alto Tribunal de Justicia ha tenido lugar. Todo a raíz del litigio en el que el hermano del príncipe Guillermo se enfrenta a News Group Newspapers (NGN), el grupo editor del tabloide británico 'The Sun', cuya propiedad pertenece al magnate Rupert Murdoch. El principal motivo que sustenta el pleito es que el citado periódico, así como el clausurado dominical 'News of the World', se habría valido de prácticas delictivas para obtener información privada, así como para falsear, ocultar e incluso destruir pruebas.
Una serie de acusaciones que beben del propósito de "la rendición de cuentas" al que el propio Harry ha remitido en declaraciones como las que ofreció al 'The New York Times' en diciembre de 2024. El duque no está dispuesto a cesar en su batalla contra la prensa más amarillista del Reino Unido, después de cinco años de trámites preliminares que este enero llegan a su fin con el pistoletazo de salida de las sesiones orales. Estas podrán prolongarse por un máximo de diez semanas desde el inicio, y por ahora ha habido 'plantón' por parte del príncipe. No obstante, de acuerdo con la información disponible en soportes ingleses como 'Hello!' y 'People', "está previsto que testifique ante el tribunal en febrero, desacreditando informes falsos sobre supuestas ofertas de seguridad".
Así pues, aunque todavía Harry no haya aparecido en Londres, su regreso es inminente. Además, por un motivo de tanto peso como comparecer ante el juez para dar las explicaciones necesarias sobre el espionaje recibido. Sobre las presuntas escuchas ilegales y otras tantas invasiones de la intimidad por parte del grupo de Murdoch que mantiene. Mismas acusaciones que en el pasado despertaron en NGN la necesidad de pagar cerca de 1.000 millones de euros en indemnizaciones a víctimas de esas escuchas telefónicas -según Harry, entre ellas su hermano mayor, que habría aceptado un acuerdo privado- en vista del escándalo. Una forma de proceder que entronca con el argumento de que, según alega el grupo, solo algunos periodistas habrían ejercido estas malas praxis, así como se niega que esto se extendiera a 'The Sun'.
Ha rechazado alojarse en las residencias reales
Más allá de lo legal, la batalla de Harry en su cada vez más cercana vuelta a su tierra también lo salpica en el terreno más puramente personal. A fin de cuentas, su seguridad y la de su familia son su otra gran lucha cada vez que pone un pie en Reino Unido, pues el Tribunal Superior falló en su contra en la solicitud de contar con un equipo de protección. La cuestión es que, con o sin escoltas, tendrá que volver. Eso sí, según se ha hecho saber en 'The Mirror', esta vez Buckingham le habría ofrecido hospedaje. Oferta que él habría declinado.
Se espera, pues, que pernocte en un hotel como las últimas veces que ha tenido que volver a la capital británica. Sucedió hace justo un año, cuando de forma exprés, viajó de urgencia a Londres para reencontrarse con su padre después de saberse que Carlos III padecía cáncer. Todo para, a pesar de todo y de todos, demostrarle su cariño y apoyo en un encuentro que ni siquiera llegó a durar una hora.