Llegan los segundos comicios del 2024. El próximo 9 de junio, los ciudadanos españoles –y del resto de la Unión Europea– volverán a acercarse a los colegios electorales que se les han asignado para ejercer su derecho a voto. Son 61 los eurodiputados que deben resultar de estas elecciones y, como es costumbre, los medios de comunicación se sirven como una herramienta más de las campañas de los partidos. El momento propicio para consolidar votantes y convencer a los indecisos, siempre teniendo en cuenta que no hay obligación alguna de expresar las preferencias de cada cual. Es probable que surja, también, una duda entre los más observadores de la Corona: ¿disponen los Reyes de este derecho?

La realidad es que las estructuras de poder han cambiado mucho con el paso de los años. Lejos quedan aquellos tiempos en los que el rol de jefe de Estado nacía del absolutismo, a pesar de que los regímenes monárquicos sigan presentes en una gran cantidad de los países que abrirán urnas este domingo. Felipe VI y Letizia, en el rol de Reina consorte, se limitan a representar al Estado y simbolizar su unidad dentro y fuera de nuestras fronteras. Sea como fuere, y aunque hablar del matrimonio real y de sus allegados nos remite a un grupo muy selecto de personas dentro del compendio de la población del país, en ningún caso quedan exentos de este llamado popular. Un llamado al que hacen 'caso omiso', porque nunca votan. ¿Por qué?

El motivo de los Reyes para desmarcarse de las elecciones

No es cuestión de que no puedan hacerlo ni de ninguna prohibición. De acuerdo con la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, tanto Felipe VI como Letizia, así como la princesa Leonor después de haber cumplido la mayoría de edad, tienen pleno derecho de votar por sus partidos predilectos. No obstante, revisar la historia de los Borbones nos invita a pensar que esto no va a suceder en esta ocasión porque nunca ha sido así. En España, los Reyes no han ejercido este derecho en la práctica en ninguna ocasión pasada, aunque la teoría en el marco legal sí lo contemple posible. Con algunas excepciones, cabe destacar.

Desde el inicio de la Transición Española y el comienzo del reinado de Juan Carlos I, nunca se ha dado en el país la situación de que los monarcas voten en un proceso de decisión cuando se ha presentado más de un partido político. De este modo, hacer efectivo su derecho de sufragio activo ha quedado limitado a cuatro referendos. Los dos de la Constitución española y europea, el de la Ley para la Reforma Política y el de la OTAN. Ni uno más, ni uno menos. Una forma de proceder que parte del propósito de mantener la neutralidad y que ha persistido desde que comenzó el reinado de Felipe VI en el 2014.

Felipe y Letizia
GTRES

El hecho de que un soberano muestre un parecer más próximo a una ideología que a otra podría significar demasiado y no hay que correr ese riesgo. El Rey lo sabe y por eso se ha limitado a no involucrarse, aun antes de subir al trono. Aunque no sea imposible y podría hacerlo en el caso de que quisiese, la realidad es que Felipe no ha votado nunca de acuerdo con esta recomendación 'royal'. Una recomendación extensible a su hija y a su esposa, que tampoco ha hecho lo propio desde que en el 2004, por su matrimonio con el entonces Príncipe de Asturias, empezó a formar parte de la Familia Real.

¿Votan el resto de Reyes de las monarquías europeas?

Al analizar el caso del Borbón y su consorte, también se pone sobre la mesa la situación de sus homólogos europeos. Y es que, si bien es cierto que el rol simbólico de Felipe VI y Letizia en España es bastante similar en el resto de países, existen algunas particularidades a destacar. Por ejemplo, en el Reino Unido, que no participa de las elecciones europeas al no pertenecer a la UE desde que se formalizó el Brexit, la situación es bastante similar. Los británicos, con la mirada puesta en sus elecciones generales del próximo 4 de julio, también saben que ni Carlos III ni Camila van a decantarse por ningún partido. 

Carlos III y Camilla
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El hijo de Isabel II y su esposa también tienen permitido votar, pero no lo hacen. La Corona británica es una de las más mediáticas del planeta y posicionarse suponer un escándalo ver cómo se posicionan. Lo anterior, con el añadido de que hacerlo sería una violación del requisito constitucional de mantener una estricta imparcialidad política, que tanto defendió su madre en su longevo reinado. Esa neutralidad compartida con otras el resto de Casas Reales del continente, como en la de los Países Bajos, la de Noruega o la de Dinamarca.

También sucede de este modo en la Corona sueca, sin prohibición expresa en lo que a las convicciones políticas se refiere –aunque tampoco votan–, aunque sí haya una exigencia para los miembros de la familia real. Una llamativa diferencia sobre su libertad religiosa, pues se requiere que sean cristianos luteranos si desean mantener su derecho al trono. Por otro lado, y también como particularidad referente al sistema electoral, está lo que acontece en Bélgica. Allí, votar es un deber desde que quedó fijado en la legislación en 1892, y solamente quedan exentos de cumplirlo el rey Felipe y la reina Matilde. Así será hasta el momento en el que dejen de ser Reyes y tengan que volver a hacerlo, como hacen ahora el resto de belgas. Incluidos otros miembros de la familia como el abdicado Alberto o la princesa Astrid, la hermana del Rey.