La reina Letizia, mujer de mil matices. Es por todos sabido que su actitud puede llegar a decir mucho más que las palabras. Esas palabras que tanto domina, pues no debe ser obviado que el periodismo fue su profesión. Los gestos, sin embargo, también van cargados de significado. Las formas de proceder con el resto de personas, sea en el marco de un acto oficial o al encontrarse con los civiles por la calle, cuentan una parte sustancial del relato de la consorte. Para muestra, lo sucedido en su última visita a Salamanca.
La esposa de Felipe VI, que aterrizó en el aeropuerto de Matacán sobre las 10:30 h del pasado 20 de febrero, fue recibida por todo lo alto. En el contexto del Tour del Talento 2024, organizado por la Fundación Princesa de Girona, la Reina llegaba sonriente a la presentación del evento 'Ciudad del español', una iniciativa que surge con la intención de la imagen de la capital de provincia como destino idóneo para el aprendizaje de nuestra lengua.ç
En apariencia, luciendo un 'look' elegante. Su socorrido abrigo largo de tono 'camel' sobre un vestido verde satinado y unos tacones 'nude', combinación ideal para, también, darse un baño de masas. Y es que en la entrada del espacio, montones de ciudadanos se habían congregado para ver de cerca cómo la nuera de Juan Carlos I pisaba tierras salmantinas. Algunos charlaron con ella y otros incluso se aventuraron a pedirle un 'selfie'. Petición a la que ella accedió encantada.
Al fin y al cabo, la grata sorpresa de ser bienvenida por todo lo alto. Pero no la única, puesto que poco después de bajarse del avión hizo frente a otro imprevisto: una manifestación de agricultores que protestaban por la crisis del sector.
El comentado gesto de Letizia ante las protestas de los agricultures
Los ganaderos y trabajadores de la tierra no se quejaban en vano, aunque en realidad tenían preparada su presencia en el espacio justo en ese momento tan preciso. Así lo ha hecho saber la prensa local, pues, en realidad, los agricultores habían planeado estar allí para expresarle a Letizia su disconformidad en primera persona. Disconformidad llevada a las calles cuya génesis se remonta a tres semanas atrás, a raíz de las políticas de la Unión Europea, el Gobierno y las Comunidades Autónomas. No obstante, la dinámica de los protestantes en esta ocasión no supuso el bloqueo de la vía y el vehículo donde viajaba la Reina pudo seguir avanzando. Pero no solo eso. Manifestantes, optaban por aplaudir la llegada de la consorte y limitarse a transmitir su mensaje a través de las pancartas.
Era entonces cuando la Reina, lejos de sentirse incomodada, optaba por bajar la ventanilla del asiento trasero para apreciar el mensaje con claridad. Luego alzaba la mano, en señal de saludo a los presentes. Una seña que no ha quedado en vano, pues Letizia no se había pronunciado todavía sobre este movimiento social que tanto peso está ganando en las últimas semanas. Ni lo ha hecho. La madre de la Princesa de Asturias todavía no ha dicho nada de boca acerca de cuál es su parecer acerca de un asunto que preocupa cada vez más a los españoles. Sin embargo, y como se remite en el inicio, no es equivocado remitir a aquello de que una imagen vale más que mil palabras. Su gesto, también una muestra de agradecimiento. Ese gesto revelador.