Con el mes de febrero a la vuelta de la esquina, Letizia cierra el enero de 2025 reafirmando que está totalmente inmersa en su agenda oficial. Basta con echar un vistazo a todos los actos en los que se ha dejado ver desde el pasado día 6, cuando reapareció tras las vacaciones de Navidad con motivo de la Pascua Militar como cada año. Eso y otras tantas gestiones, así como la reciente despedida de su hija en Cádiz para ver zarpar al buque-escuela Juan Sebastián de Elcano. Tareas, eso sí, todas en suelo español.

Algo que está a punto de cambiar, pues es cuestión de horas que la Reina emprenda su primer viaje internacional del año. Será este lunes 27 de enero cuando a su marido, el rey Felipe, y con destino Polonia. Además, esta vez con la particularidad de que coincidirán con muchos de sus homólogos europeos. Entre ellos se espera según el portal 'Monarquía Confidencial' a Guillermo y Máxima de Holanda, Felipe y Matilde de Bélgica, Federico y Mary de Dinamarca e incluso Carlos de Inglaterra. Todos reunidos para conmemorar el 80 aniversario de la liberación de Auschwitz.

Letizia
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Ahora bien, cabe destacar que a pesar de las peculiaridades del viaje, hay ciertos protocolos que deben seguirse siempre a rajatabla cada vez que Letizia y Felipe se trasladan al extranjero. Y es que no solo hay que transportar maletas. Por ejemplo, a Polonia, antes que Letizia llegará su sangre. Sí, sangre. Del grupo 0+, para precisar. Esas reservas que siempre van con ella, aparejadas con la consorte, sin importar la duración del desplazamiento, que esta vez será de una sola jornada. Pero es que ni mucho menos es este el único requisito que trae consigo una excursión real.

La salud de la Reina en el centro del protocolo

Más allá de los más observadores de la Corona, lo cierto es que poca gente conoce lo que entraña un viaje como este, que a simple vista sería algo muy simple. El caso es que da igual lo corto o largo que sea este, pues debe ir de la mano con el estricto procedimiento que debe cumplirse en el cien por cien de los casos para evitar un disgusto. Y no requiere este solamente de varios litros de sangre. De acuerdo con la información disponible, tampoco pueden faltar una ambulancia y una habitación en un hospital. Ahí es nada. 

Es de recibo admitir que no es cosa solo de los viajes internacionales, pues esta forma de proceder aplica siempre que los Reyes salen fuera de Madrid. Eso y que Letizia es ciertamente afortunada. ¿El motivo? Su grupo sanguíneo es uno de los más habituales en nuestro país. De este modo, en caso de que esa reserva imprescindible no fuese suficiente, sabe de sobra que difícilmente no habrá para ella en los bancos de sangre. Nada que ver con su suegro, don Juan Carlos I, no tiene la misma suerte. Él es A-, que es bastante menos habitual; por lo que, cuando él reinaba, esta condición era todavía más ineludible. Y es que esta es una regla que, a pesar de no ser demasiada conocida, se lleva haciendo desde hace décadas.

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El primer medio en exponer este llamativo protocolo médico fue 'La Gaceta de Salamanca' en el febrero de 2024. El citado periódico aprovechó la presencia de Letizia en Castilla y León para presidir los actos del Tour del Talento, enmarcados dentro de los premios Princesa de Girona, para difundir esta serie de pasos imprescindibles. La viva prueba de que no es relevante si hay más o menos fronteras que cruzar, ni cuan exprés sea el traslado de un miembro de la Familia Real. De que todo está pensado desde primera hora para velar por la salud e integridad ‘royal’.

Más allá de la sangre, ambulancias y hospitales

Viajar ‘a cuerpo de rey’ supone colocar la salud de Letizia o de Felipe en el centro. Y eso va más allá de tener unos cuantos litros de sangre en reserva. La integridad física de los monarcas es inexorablemente primordial, y de ahí se extrae la obligatoriedad de disponer siempre de una ambulancia perfectamente equipada. Un vehículo que debe viajar muy cerca del coche oficial, de darse el caso de que el vehículo esté en movimiento. O en su defecto, si los Reyes ya están asistiendo a un acto, estará aparcado en las inmediaciones del espacio para agilizar cualquier emergencia.

Así pues, en el nunca deseado caso de que algo les pasara, esta ambulancia especial sería la encargada de transportar a Sus Majestades hasta el hospital más cercano. Y ahí sigue el protocolo, pues en este ya habría una habitación reservada para ellos, pues desde que el momento en el que se plantea un viaje, pues el centro médico queda avisado con antelación de la necesidad de guardar uno de sus espacios en la unidad de urgencias ex profeso para los monarcas durante las horas o días que convenga. Una medida a la que, afortunadamente, nunca ha habido que recurrir a hasta la fecha, pero cuya previsión sigue siendo vital.

La cara más superficial de los viajes de Letizia

Evidentemente, no todo queda en el plano de la integridad. Por todos es sabido que hay algo muy reseñable -e inevitablemente más superficial que el bienestar- en los viajes de la Reina. Y eso es su apariencia. Y de eso, de prestar atención del primero hasta el último detalle que la envuelve, se encarga su equipo de imagen. 

Sucederá en Polonia al igual que sucede cada vez que Letizia aparece en público, y es que nunca deja nada al azar. Mucho menos algo como cómo se muestra ante los demás, ya bien conocedora de todo lo que implica su modo de vestir, peinarse o maquillarse. No en vano ha logrado convertirse en 'la reina más elegante de Europa' a ojos de la crónica real. Por eso mismo, para que nada falle dispone de la combinación perfecta: la que forman sus ángeles de la guarda en el plano estético.

Tres mujeres con nombre y apellidos. Eva Fernández, que es su estilista, Luz Valero es la responsable de que su pelo luzca perfecto y, por último, pero no menos importante, la maquilladora Natalia Belda. Las encargadas de que la Reina se vea impecable cada vez que tiene un viaje. Y más todavía cuando se dan cónclaves 'royal' como el que está al caer, en los que, de forma inevitable, se sabe que las comparaciones van a estar a la orden del día.

No es extraño que surja la gran pregunta sobre cómo hacen Letizia y su equipo para transportar toda esta ropa. El caso es que es todo un misterio ¿Puede que se valgan de grandes baúles para que nada se arrugue? ¿O quizás maletas de revestimiento más duro para que los accesorios no corran ningún riesgo de ser dañados? Sea cual sea el método elegido, siempre será importante que los sets sean cómodos de transportar, tengan una gran capacidad y, sobre todo, no estropeen las exclusivas piezas que van a contener. Eso para los looks más regios, claro, porque para la ropa más informal bastaría una maleta sencilla como las que todos podemos tener en casa. 

El resumen perfecto sobre esa parte más banal de la preparación de los viajes de la que tampoco se puede desprender. En contraposición a lo más esencial, que es que siempre esté a salvo, pero que eso corre a cargo de otras personas de su equipo. Los que literalmente se encargan de salvarle la vida, mientras sus chicas toman las riendas para que su reputación no decaiga. Eso sí, todos quedan unidos por un mismo propósito: velar por ella tanto en el interior como en el exterior.