Han sido semanas cargadas de actos para toda la Familia Real española, y como ya es habitual, Letizia ha pasado con nota cada una de sus apariciones, tanto en los Premios Princesa de Girona como en la más reciente, los Premios de Periodismo ABC 2024 Mariano de Cavia. Es innegable que la monarca se ha convertido en todo un referente en cuanto a estilismo, por lo que sus looks siempre son analizados con lupa tanto dentro como fuera de nuestro país.

En el último acto de ayer, su impecable look estaba compuesto por un conjunto de dos piezas en blanco de Self Portrait, con una falda lisa de largo midi, mientras que la parte de arriba era un chaleco de tweed sin mangas. Sin embargo, es en sus accesorios donde hemos podido comprobar que el joyero real ha vuelto a abrirse para lucir dos de sus piezas más icónicas. Nos estamos refiriendo a los pendientes de chatones y al brazalete. Ambos son una herencia de la reina Victoria Eugenia de Battemberg, por lo que guardan una gran historia que involucra a varias generaciones royals. ¡Vamos a descubrirla!

La historia detrás de los pendientes de chatones que llevó letizia

Es cierto que en los últimos años, Letizia ha abrazado más la ostentosidad y, en definitiva, se ha reafirmado como Reina a través de sus estilismos. Cada vez es más habitual verla luciendo las piezas del joyero real, y no solo en actos de gala, sino también en encuentros más informales, donde la podemos ver incluso con looks de cóctel. Ayer mismo lo pudimos comprobar durante los Premios ABC con los pendientes de chatones. Se tratan de unas piezas que han pasado de generación en generación entre la realeza y que fue un encargo de la abuela del rey Juan Carlos I. 

Estos pendientes, que se han convertido en los favoritos de la madre de la princesa Leonor, fueron llevados por primera vez por la reina Victoria Eugenia de Battemberg. Su pasión por las joyas hizo que su marido, el rey Alfonso XIII, dotara el joyero real con nuevas piezas, ya que, según cuentan, la reina Isabel II perdió varias de sus piezas durante el exilio. Alfonso XIII agasajó a su mujer con nuevas joyas de gran valor, posiblemente también para suplir las carencias de su desventurada historia de amor.

Letizia
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Los primeros chatones le llegaron a la reina Victoria tras contraer matrimonio con Alfonso XIII en forma de collar. En los años siguientes, el Rey de España fue ampliando dicho collar con nuevos chatones. Ya fuera por algún cumpleaños o aniversario de boda, el monarca fue aumentando el collar de su mujer. Un trabajo que recayó sobre la Joyería Ansorena. Los cumpleaños y aniversarios fueron pasando, y el tamaño fue cada vez más grande, hasta que la Reina se vio obligada a tomar una decisión con él. 

Tal fueron las dimensiones que a la reina Victoria le llegaba incluso por la cintura. Por ello, la abuela del rey Juan Carlos decidió dividir el collar en dos; uno largo y otro de gargantilla. Y, además, la Reina también mandó que se crearan dos nuevas joyas a partir de los chatones: los pendientes y las pulseras, que fueron las piezas que le vimos ayer a Letizia. Pero antes de que llegaran a las manos de la madre de la infanta Sofía y la princesa Leonor, estos pendientes fueron lucidos por doña María de las mercedes, la condensa de Barcelona, para más tarde ser heredados por la reina Sofía. Y es que recordemos que estas piezas del joyero Borbón pertenecen a la serie "de pasar". 

Letizia
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Los pendientes de chatones están formados por un par de diamantes con talla orla montados en garra. A su vez, están rodeados por piedras más pequeñas. Se han convertido en los accesorios preferidos de la Reina, y los suele llevar en distintos eventos. Cabe destacar que no solo son unas piezas muy deseadas por la monarca, también por otros miembros de la familia, como la infanta Cristina. La madre de Irene Urdangarin los llevó en su boda con Iñaki Urdangarin. 

LOs brazaletes de Cartier

El brazalete que le pudimos ver ayer a la reina Letizia también forma parte de la colección 'de pasar' del joyero real. Se trata de un encargo que le pidió la reina Victoria Eugenia a la casa Cartier para aprovechar una antigua y pequeña corona. De ahí salió uno de los brazaletes que lució ayer nuestra Reina, pero cuenta con una pareja idéntica a este. Hemos visto a Letizia combinarlos en varias ocasiones.

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De hecho, es más que habitual que la Reina los lleve por separado. A lo largo de todos estos años se han convertido en dos de sus piezas infalibles cuando busca deslumbrar.