Todos tenemos a alguien en el trabajo que no nos cae especialmente bien. Y también suele ocurrir en el ámbito familiar, donde no tenemos feeling con algún que otro pariente. ¿Y entonces qué pasa cuando los dos ámbitos se suman y trabajamos y convivimos con una persona con la que no conectamos? Pues que las tiranteces se multiplican por dos. Esto es lo que pasaba entre las nueras más mediáticas del mundo: Kate Middleton y Meghan Markle.
Durante año ha trascendido que la británica y la americana no eran las mejores amigas y, aunque nunca han mostrado nada en público, sí que es notorio que han intentado hacer vidas lo más separadas posibles. Pero aquel fatídico día tuvieron que sonreír, tragar algún que otro sapo, y trabajar juntas por él bien de la familia real británica y su lucha por mantener una corona impecable.
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Viendo el tibio resultado, los nervios del momento y, sobre todo, que después no se volvió a generar un nuevo encuentro así a pesar de seguir en activo con la organización, parece ser que el día que trabajaron juntas por primera vez marcó un antes y un después tanto en su vida, como en la agenda real y en la mismísima familia real. ¿Cómo fue este momento del que se cumplen 7 años?
Un evento para los ‘royals’ del futuro
Corría el 28 de febrero de 2018 y se celebró un multitudinario evento para poner en valor el Foro de la Fundación Real dependiendo de la Corona Británica. Para renovar la institución, quisieron que fueran el heredero y su hermano, acompañados por sus mujeres, los que protagonizaran este encuentro. El príncipe Guillermo, su esposa Kate Middleton, su hermano Harry y la prometida de este, Meghan Markle, se presentaban como la imagen renovada de la monarquía británica.
El futuro del país. Los más queridos y mediáticos. Al menos, de cara a la galería, porque por dentro parece que las cosas eran algo más complicadas. Aun así, y curtidos en mil batallas protocolarias, ellos se presentaron como una familia unida y sonriente, mostrando la mejor cara posible y como siempre haciendo gala de la naturalidad que siempre ha sido su bandera.
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Un curioso apodo
Como si de superhéroes se tratarán, la prensa británica incluso encontró un apodo para ellos utilizando el término ‘News Fab Four’ - que se podría traducir como “los nuevos fabulosos cuatro” y que hace referencia a un apodo que tenían los Beatles - para poner en valor la unión de esta nueva hornada de royals. Aportaban frescura y continuidad a una corona que se sustentaba casi al 100% sobre Isabel II, que cada día era un poco más mayor y buscaba dejar a su familia preparada para asumir la responsabilidad del cargo.
Cariñosa bienvenida de Meghan y gestos de tensión
Por supuesto, hubo también alguna referencia a la incorporación de Meghan no solo a la familia, sino también al patronato y la gestión de esta Fundación Real, puesto que era la primera vez que la actriz iba a participar en un acto oficial de la corona: “Estamos especialmente felices de celebrar nuestro primer foro de la Fundación Real con Meghan”, recitó al aforo el Príncipe Guillermo. Un gesto que, en apariencia, marcaba la integración total de la actriz estadounidense tanto en la familia como en la propia gestión de la institución. “Vamos a estar atrapados juntos para el resto de nuestra vida”, llego a decir entre risas el hijo menor de Carlos III.
Durante el acto hubo risas, anécdotas y bromas sobre la inminente boda de Harry y Meghan, pero también pequeños gestos que, con el tiempo, se interpretarían como signos de tensión latente. Harry, simpático por naturaleza, intentaba mediar por su entonces prometida indicando que eran “cuatro personalidades distintas con cuatro formas de pensar”, mientras que Kate y Meghan parecían mantener cierta distancia emocional y no mostraron mucha complicidad.
Según explica Sira Acosta en Hola: “Aunque en público mostraron una imagen unida, hubo momentos en los que se percibió una falta de conexión. Con el tiempo se ha sabido que prácticamente no se habían tratado, no eran ni amigos ni compañeros, y esos gestos no pasaron desapercibidos”. Lo que parecía el inicio de una nueva era para la monarquía británica se convirtió en un episodio irrepetible.
Cuestión de personalidades: El primer y último acto juntas
Menos de un año después de aquel foro, los duques de Sussex anunciaron que se separarían de la Fundación Real para crear su propia organización benéfica y también empezaban a entrever cierto malestar con su pertenencia a la corona, lo que derivaría en abandonar la institución y romper la mayoría de lazos con su familia al cruzar el charco.
Cada día que pasaba Kate Middleton y Meghan Markle marcaban más distancia entre ellas y su manera de formar parte de una de las instituciones más antiguas del mundo. La prudente y clásica británica que buscaba maximizar la tranquilidad y el protocolo chocaba con la atrevida y activista estadounidense que quería utilizar el poder de altavoz para defender causas como el feminismo o la lucha contra el racismo. Causas tremendamente justas, sin duda, pero que se enfocaban desde dos vertientes muy diferentes amparadas en sus dos distintas personalidades.
“Se esperaba que (Meghan) primero observara y luego actuara, en parte porque es la forma habitual de operar. Normalmente, ocurre así, sucedió con Diana de Gales, con Sofía de Wessex y con la propia Kate Middleton, ellas han ido desvelando sus inquietudes con el tiempo, cuando su posición estaba consolidad y cuando la institución y la opinión pública estaba preparada para encajar un eventual cambio”, explica Acosta.
Muy poco contacto familiar
Desde que Harry y Meghan abandonaron la familia real en 2020, su contacto con los príncipes de Gales ha sido mínimo. Aunque en su entrevista con Oprah en 2021 Meghan reveló que Kate la hizo llorar antes de su boda, también aseguró que la situación se había solucionado con disculpas.
En los pocos eventos públicos donde han coincidido, como el funeral de Isabel II en 2022, su interacción fue estrictamente protocolaria. A pesar de todo, e incluso con distancia de por medio, la relación nunca llegó a cuajar y ser cálida y natural. Este acto, aunque era un intento de mostrar normalidad, las sumía en más discrepancias que uniones y ha quedado para la historia como una fotografía que mostraba cómo los compromisos nos sobrevienen en el trabajo y en la familia aunque seamos ‘royals’. Pero como dice el refrán: “una y no más”.