Con una exitosa carrera en el mundo del humor, Leo Harlem se ha convertido en uno de los cómicos más queridos y seguidos de nuestro país. A sus 62 años, Leonardo González, como se llama en la vida real, puede presumir de ser uno de los humoristas españoles con mayor proyección profesional, saltando de los teatros a la televisión. Y de la misma al mundo cinematográfico, apadrinado por su compañero de pantalla y amigo, Santiago Segura.
Una historia de superación que el Leo del pasado nunca podría imaginar, ya que, como se ha recogido en incontables ocasiones, la vida del leonés distaba mucho de la de otros compañeros de oficio, como por ejemplo el actor Salva Reina. En el caso de Harlem, el humor vendría de casualidad. Concretamente en el año 2002, cuando su grupo de amigos decidieron enviar de forma secreta una de las actuaciones caseras del actor al programa de televisión ‘El club de la comedia’.
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Desde entonces, la historia profesional de Leo Harlem despegó sin frenos para, más de dos décadas después, situarse como una de las caras amigas de la interpretación. Un reconocimiento profesional que dista mucho de su plano privado. Y es que, si el intérprete de ‘La familia Benetton’ o ‘Padre no hay más que uno’ muestra al público su lado más simpático y grandilocuente, cuando se trata de atender sus relaciones sentimentales y su pasado previo a la actuación, Harlem es receloso de su intimidad.
¿Sabías que Harlem firma un noviazgo de más de 30 años? O que, antes de su entrada en la comedia, ¿intentó formarse como arquitecto o abogado? Hoy, desde la redacción de la revista CLARA, ampliamos el foco sobre la faceta más privada de Leo Harlem, navegando por diferentes aspectos como su vida sentimental, su formación o cómo el cómico llegó a ser la personalidad que es hoy día.
Nuria, la desconocida esposa de Leo Harlem con la que lleva más de 30 años
Evasivo durante años a las entrevistas relacionadas con su vida privada, Leo Harlem siempre ha preferido mantener ‘su corazón’ alejado de la vida pública, reservándose para sí mismo aspectos tan personales como su relación de más de tres décadas con su novia Nuria, de la que poco más se sabe que su nombre.
Esta, pese a mantenerse desconocida y en un segundo plano, ha sido la mano en la que Leo se ha apoyado durante todos estos años frente a flashes y escenarios, siendo la mujer con la que comparte su vida desde mucho antes de ser conocido. De hecho, como diferentes medios han recogido, la historia de Nuria y Leo nace en las aulas universitarias, donde un jovencísimo Leonardo buscaría hacerse un hueco en el mundo de la arquitectura.
Una carrera que dejaría dos años más tarde para pasar a un segundo intento, esta vez, con la licenciatura de Derecho, la cual nunca llegó a terminar, pues, como él mismo ha afirmado, “era un estudiante vago”, añadiendo que, ahora, más maduro y “más centrado que en esa época de loca juventud”, sí le gustaría volver a estudiar.
Desde entonces, Nuria y Harlem han ido de la mano, cada uno apoyando el camino profesional del otro, durante estas últimas tres décadas y siempre independientes, ya que, como ha destacado Harlem de forma cómica, a diferencia de sus papeles en cine y televisión, no ha sido padre en la vida real. “No soy padre en la vida real, pero en las películas no paro de tener hijos”, afirmaba el cómico en una conversación junto a ‘Diez Minutos’.
Una carrera humorística por obra de sus amigos y el origen de su nombre artístico
Junto a su pareja, son muchos los interrogantes que existen detrás de la carrera profesional de Harlem. ¿Dónde comienza su formación? ¿Por qué decide ser cómico? La razón, inesperadamente, fueron los amigos de Leo.
Como se conoce a día de hoy, Leonardo era un joven inquieto, que probó suerte en la universidad, pero que, tras su negativa, le llevaría a probar diferentes oficios, como el ser panadero junto a su padre, ayudante de fútbol o su último oficio antes de saltar a la fama, camarero, donde se establecería durante más de 10 años. Durante esta última etapa, Leonardo se involucraría de lleno en el mundo de la hostelería, trabajando, como adelantamos, de camarero, dentro de un pequeño bar conocido como ‘Harlem’, nombre que daría forma a su apellido artístico.
“Allí se ponía música de Jazz, Soul… y se me quedó el nombre como si fuera mi propio apellido. Imagínate que me llego a llamar artísticamente Leo González, parece la placa de un podólogo en la calle. Solo le falta añadir 2°C”, comentaba el cómico en la mencionada entrevista con ‘Diez Minutos’.
Mientras, en lo referido a su inicio como cómico, debemos remontarnos al año 2002. Entonces, Leo tendría 40 años y, en sus momentos de ocio, realizaba pequeños monólogos de humor junto a sus amigos, con la menor de las intenciones de ser profesional.
Sin embargo, lo que una noche esbozaría un ingenioso Harlem, le llevaría a quedar cuarto finalista del ‘Tercer Certamen de Monólogos’ organizado por el programa ‘El club de la comedia’, al que su grupo de amigos le habría inscrito tras la grabación de esta actuación casera. Entonces, Leo quedaría por detrás de Dani Delacámara y por delante de El Monaguillo, labrándose así su primer ‘éxito’ dentro del universo humorístico.
Cuando Leo Harlem estuvo ‘a punto de morir’
Pero la trascendencia personal de Harlem no se limita aquí. Como el propio cómico contó días antes del confinamiento de 2020, durante su presencia en ‘El Hormiguero’ (programa al que, además, regresa esta misma noche), Leo vivió la muerte muy de cerca, afirmando que “yo estuve muerto ya una vez, de una intoxicación, y lo vi cerca”.
Una exclusiva que sorprendió a todos los telespectadores y con la que continúo explicando que “es como dormir, pero más bestia (...) Es una cosa que no te llama. Te quedas dormido para siempre, es un sueño profundo”.
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Una experiencia que cambiaría para siempre la perspectiva de Leo, quien desde entonces defiende que hay que llegar al final de la vida “con energía, habértelo pasado bien, haber disfrutado”, exprimiendo al máximo todo lo que nos brinda el día a día.