Se acerca la Navidad, y en Casa Real deben andar ultimando los detalles de su menú para la tradicional cena de Nochebuena. Ya sabemos que Letizia es una gran amante de los entrantes fríos, como el salmón ahumado, el foie o el jamón ibérico; pero este año puede que, además, sobre su mesa de comedor, haya un nuevo plato que resulta ser el favorito de Leonor.
La última edición de los Premios Princesa de Asturias, en los que Leonor ejerció como gran protagonista, sirvió para conocer un poco mejor tanto a la heredera como a su hermana Sofía. En sus diferentes discursos a lo largo de estos tres días de eventos y celebraciones, dejó más que en evidencia su sangre asturiana, y compartió algunos detalles privados, como por ejemplo, sus platos predilectos de la gastronomía del Norte.
La gastronomía asturiana que fascina a Leonor y Sofía
Este año fue la primera ocasión en la que Leonor tuvo actos en solitario, ya que fue condecorada como Alcaldesa Honoraria de Oviedo. Y, en el marco del este destacado acto, no faltó el pervisible discurso de agradecimiento, en el que, para sorpresa de muchos, la futura Reina terminó revelando cuál es su plato favorito de la gastronomía regional. El suyo, y el de su hermana Sofía.
A pesar de algún salto de protocolo como lo fue llegar tarde al Ayuntamiento de Oviedo, así como el contratiempo que vivió cuando su larga melena se enredó con la condecoración que acababan de colocarle, todo acabó saliendo bien. A la vista quedó en el momento de ser nombrada Alcaldesa Honoraria, así como cuando recibió la Medalla de Asturias de manos del presidente Adrián Barbón. Instantes casi tan memorables como su intervención posterior.
Y es que más allá de dar las gracias a todos los presentes, así como al pueblo asturiano por siempre acogerla con los brazos abiertos, la primogénita de Felipe y Letizia quiso poner en valor su profunda conexión con la región. Algo que va más allá de que su madre nació allí, pues la propia Leonor reconoce sentirse "muy asturianona" como lo es su familia materna. Siempre con el Principado presente porque es "la tierra que la vio crecer"... ¡Y por lo mucho que le gusta la comida típica de la zona!
"Recorrí playas preciosas, conocí montes, valles y pueblos increíbles", comenzaba en su discurso del recuerdo a todo lo vivido en Asturias, para después señalar que se aficionó a comer 'oricios' "ante la cara de extrañeza de mi hermana". Oricios, que son erizos de mar y son productos tradicionales de la gastronomía asturiana, pero que no parecen convencer a la benjamina de Zarzuela. "Ella es más de 'pantrucu'", apuntó inmediatamente la princesa.
Así son los oricios y el "pantrucu", los platos favoritos de leonor y sofía
Un plato que puede resultar de lo más desconocido y peculiar para aquellos que no hayan tenido el placer de degustar las comidas típicas de Asturias. Un plato contundente, además. El 'pantrucu', también conocido como 'emberzao' es un embutido similar a la morcilla. El parecido parte de la elaboración, que también combina sangre de cerdo, grasa, cebolla, pimentón y harina de maíz. El nombre alternativo se lo da el envoltorio, en hojas de berza previamente ablandadas en agua hirviendo.
Para dar con la elaboración final se cuecen los ingredientes que resultan en una morcilla compacta con aroma más especiado y profundo, que cortado en rodajas y frito se convierte en exquisitez. ¿Y para acompañarlo? La forma más común de poner la guinda del pastel al plato asturiano favorito de la infanta Sofía es hacerlo con huevos y patatas fritas. Una mezcla potente que, a su vez, revela que la hija pequeña de los Reyes es más partidaria de los sabores fuertes.
En el caso de los oricios de Leonor, estos pueden ser guisados de diferentes maneras, como al vapor o en salsa; así como también ser degustados crudos, tal y como se comen las ostras o las gambas. A veces, estos son empleados como un ingrediente más de la cocina, pues puede ser comidos en elaboraciones como tortillas e, incluso, croquetas.
Pero cuando Leonor habla de "la cara de extrañeza" de su hermana, nos hace sospechar que esta los come de la manera más natural posible y, como mucho, hervidos o al vapor, conservando intacto su característico caparazón, que siempre provoca las miradas desconfiadas de la más pequeña de la Familia Real.