Los nuevos retratos de Felipe VI y Letizia han revolucionado la crónica real. Han tenido que pasar nueve meses para que los ansiados retratos de los Reyes que Annie Leibovitz tomó vieran la luz. Dos imágenes impresas de gran tamaño e impresas en tela que la prestigiosa fotógrafa estadounidense capturó como encargo del Banco de España. Dos imágenes en las que, como suele ser habitual, la Reina ha terminado por acaparar todo el protagonismo.

Porque mientras el Rey, vestido de uniforme y con un porte propio del soberano, ha quedado en un plano menos cuestionado, sobre Letizia han sida muchas las preguntas. Véase el porqué de no llevar tiara para esta sesión fotográfica que duró cinco horas. En su defecto, la madre de Leonor y Sofía sí aparece luciendo dos de las joyas más importantes del cofre real. El collar de perlas rusas y los pendientes de chatones, la combinación perfecta para acompañar al tan loado vestido negro de Cristóbal Balenciaga.

Letizia
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Una combinación que, de nuevo, no ha pasado inadvertida entre los más observadores. Sobre todo en lo que a los zarcillos de la consorte del Rey se refiere. En ningún caso es una sorpresa que la Reina apostase por ellos, pues el tiempo que lleva en el primer escalafón del poder ha demostrado que son unos de sus favoritos. No es de extrañar que, antaño, levantasen tanta pasión para que fuese su cuñada Cristina quien se atrevió a lucirlos.

Los pendientes elegidos para su boda con Iñaki Urdangarin

Y es que la infanta mediana de los Borbón y Grecia sabe muy bien cómo sientan estos pendientes tan especiales. Unos pendientes que, como el resto de alhajas que acostumbra a vestir doña Letizia, forman parte del 'joyero de pasar'. Ese que en el pasado comenzó a confeccionar Victoria Eugenia de Battenberg, la esposa del rey Alfonso XIII, y que desde entonces han ido pasando de generación en generación entre las reinas de la Casa Realespañola.

Victoria Eugenia dejó escrito que así fuese en su testamento y su voluntad se ha cumplido -casi- siempre. Es precisamente por eso que resulta llamativo poner sobre la mesa que la infanta Cristina, que en ningún caso ha reinado y a fecha de 2024 ocupa el sexto lugar en la línea de sucesión al trono, pudiese ponérselos en un día clave. Concretamente, fue el 4 de octubre del año 1997 cuando la hermana del Rey apareció con ellos, en el devenir de su boda con el exjugador de balonmano Iñaki Urdangarin en la majestuosa catedral de Santa Eulalia de Barcelona.

Infanta Cristina y Urdangarin
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Más de 1.500 invitados asistieron al gran día de la hija de don Juan Carlos I y doña Sofía, que por entonces eran todavía Reyes. Hubo que esperar hasta el año 2014 para que el emérito tomase la decisión definitiva de abdicar en favor de su hijo. De ahí que, al estar este par de piezas históricas de la Corona en manos de Sofía como usufructuaria, en ningún caso dudase en 'prestárselas' a su hija para el día más feliz de su vida.

Boda infanta Cristina
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A fin de cuentas, y antes de que Letizia se convirtiese en la usufructuaria, fueron también unos de sus favoritos. Los lucía en cenas de gala en palacio e incluso en eventos internacionales destacados como la boda de Federico X y Mary de Dinamarca en el 2004. De este modo, y dado el altísimo valor emocional que tenían para ella y aunque no se contemplasen los préstamos en lo estipulado, la emérita no dudó ni un segundo en dejárselos pese a 'quebrantarse' así una norma de la institución.

La difícil relación entre Cristina y Letizia

Aunque sea de una forma muy simbólica, algunos se han atrevido a señalar que es a través de los pendientes que Cristina se cuela ahora en el importante retrato de su cuñada. Algo que, a efectos prácticos, remite a la tensa e intermitente relación que la infanta ha tenido con doña Letizia. Porque a pesar de que en el inicio de los tiempos pareciera existir entre ellas una sintonía afable, el paso de los años y los escándalos protagonizados por la hermana de Felipe pasaron factura a su vínculo interpersonal.

Hasta el punto de generarse una de las discusiones más acaloradas que se recuerdan en el seno de la realeza. De puertas para adentro, claro está. No obstante, la información corre, y 'Lecturas' terminó por hacerse eco de la disputa entre la Reina y su cuñada en el Palacio de Marivent durante el verano de 2022.

Una riña que comenzó desde la crítica a que Letizia asistió a la cena vestida de deporte tras un entreno, y que terminó con la mujer del Rey arremetiendo contra Cristina y sentenciando que, de no ser por sus hijos, no sería bienvenida allí. La misma Cristina que, con paso ligero y la necesaria discreción, procura recuperar su lugar en la primera línea tras formalizarse su divorcio de Urdangarin en diciembre de 2023.