Es 1997 y alguien enciende el televisor. Por casualidad o causalidad, elige sintonizar el extinto Canal Nou para entretenerse un rato. La autonómica valenciana se había convertido en un espacio apto para los formatos más novedosos. Aquellos que sentarían precedente, sobre todo en terrenos tan inexplorados por la época como la tertulia rosa más deslenguada. Con entrevistas, exclusivas e incontables enfrentamientos. El programa 'Tómbola', conducido por Ximo Rovira, sentó un precedente en el periodismo del corazón. Entre sus colaboradores, la incombustible Karmele Marchante.
Natural de Tortosa, Tarragona, la catalana se convirtió rápidamente en una de las más reconocibles protagonistas del formato. Y eso que a aquel proyecto lo precedían en su trayectoria otros tan reseñables como 'Informe semanal' o 'Día a día', donde hizo sus primeros pinitos como analista política. El caso es que, fuese por sus extravagantes estilismos o por su característica forma de poner a los personajes contra las cuerdas, Karmele nunca pasó inadvertida. Mucho menos después de que el desaparecido Jesús Mariñas le dedicase aquella mítica frase que queda para la posteridad. El sonoro "¡que te calles, Karmele!".
No, Marchante no se calló ante semejante directriz. Nunca lo hizo. No en la cadena valenciana, donde se peleó sin pelos en la lengua con Pocholo Martínez-Bordiú, Ricardo Bofill, Raquel Mosquera, Rocío Carrasco y tantos otros. Tampoco en Telecinco, a donde regresó tras 'La máquina de la verdad' para formar parte de 'Moros y cristianos', 'Crónicas marcianas', 'A tu lado' y, por supuesto, el inolvidable 'Sálvame'. Como otros rostros inexorablemente reconocibles del audiovisual más pop, ella fue una de las piedras angulares de aquel 'Golfo' que se convirtió en éxito de masas. Una imprescindible del cortijo de Jorge Javier Vázquez... Hasta que se hartó y se marchó. Casi una década después de su partida, ¿qué ha sido de su vida?
La abrupta desaparición de Telecinco y renacer en Internet
Por mucho que no fuese voluntad suya la de discutir, parecía que Karmele y los problemas iban de la mano. En este caso, no solamente para con los VIPS que acudían al plató de los estudios de Fuencarral para contar sus historias sobre alegrías y miserias. Para bien o para mal, tan distinta al resto de sus compañeros de trabajo era que terminó por enfrentarse con la gran mayoría de ellos. Imposible obviar una de sus batallas en directo más míticas contra la fallecida Mila Ximénez, a la que reprochó una actitud desagradable exclamando con garra aquello de "¡a mí no me escupes!".
Y aunque había días de alegría y serenidad, como el tiempo que pasó en el rol concursante de 'realities', las discusiones entre ella y el resto de tertulianos se convirtieron en un constante. Hasta el punto de que las espantadas de la periodista se habían convertido en el pan de cada día, con las protocolarias salidas de plató, perseguida por los cámaras y entonando la repetida promesa de que no volvería al programa nunca más.
Pero siempre acababa volviendo, hasta que un día no lo hizo. En el año 2016, los desacuerdos y las tensiones convirtieron su decisión en definitiva y se marchó de forma abrupta tras siete años de aventura en pantalla. Afortunadamente, y aunque muchos no tengan tan presentes sus pasos posteriores, abandonar ese puesto no supuso el fin de su carrera en los medios. Pronto fichó por otras cadenas, e incluso apostó por reinventarse en el universo de Internet con su propio canal de YouTube.
En el 2018, no solo fichó por el 'Espejo público' de Antena 3, sino que la autonómica catalana TV3 le dio la oportunidad de sumarse a su cantera de colaboradores. También fue ese el año en el que publicó 'Puta no se nace', su tercer libro, y el previo a 'No me callo. Mis memorias', el relato más desgarrador sobre todo lo acontecido en su vida que vio la luz el pasado 2022. Una historia de éxito y triunfos en la pequeña pantalla hasta el momento actual en el que, alejada de los focos a los 78 años, la vida de Marchante parece haber tomado un nuevo rumbo.
El momento más oscuro antes de su última reinvención
Y es que cuando Karmele advertía que no callaría en el título de su autobiografía, pocos podían esperar que la cronista sería tan explícita al narrar los episodios más oscuros. No solo en lo que a su etapa en 'Sálvame' se refiere, sino también en el terreno sentimental. Marchante, que se casó dos veces, nunca salió del todo bien parada en el amor. Su primer marido, el islandés Lolli, cayó en la trampa de una secta que fue fin para su amor. Escenario impactante, pero no peor que lo que vino después.
Diego, el segundo hombre de su vida, fue el propulsor de su ruina. "Le firmé un poder general para administrar mi patrimonio, que era muy extenso por lo mucho que había ahorrado e invertido durante los años de grandes ganancias", relataba. Sin saber que la confianza sería su perdición y él lo vendió todo. Incluidas sus propiedades. "En la puta calle", como ella misma refiere, cambió la vida de un chalet de 600 metros a un apartamento de 50.
Mazazo durísimo que marcó un antes y un después, justo cuando vivía las tensiones del espacio de Telecinco que terminó por abandonar. Por suerte, sus colaboraciones posteriores en la televisión y la escritura le permitieron recuperarse. Eso y viajar, en un proceso de "rehabilitación introspectiva" que le permitió incluso volver a creer en el amor. Hasta el 2021 compartió de nuevo su vida con otro hombre, mucho más desconocido, "que respetaba mis tiempos y espacios sin convivir bajo el mismo techo". Lamentablemente, el tercer romance finalizó cuando él murió de forma súbita.
En la actualidad, sigue alejada de los platós y ha tomado otros caminos. Además de escribir, en estos años ha impartido talleres de feminismo e incluso ha probado suerte como actriz formando parte del grupo teatral Acción Comadres. El más llamativo de sus movimientos, cabe destacar, fue la promoción de su propio mercadillo en el 2023, en el que ofertó desde "ropa de primeras marcas" a "alta lencería con piezas únicas". Con más o menos virtud, una oportunidad única para aquellos que quisieran conocer los secretos que antaño albergó su impresionante y excéntrico guardarropa.