Hay momentos personales muy difíciles por los que tenemos que pasar, y es complicado cuando estos se unen con nuestros compromisos profesionales ineludibles. Si no, que se lo digan a la Reina Sofía, que tras unos días de tremendo escándalo con el rey Juan Carlos I, que ha salpicado directamente a su matrimonio durante décadas, debe retomar su agenda oficial. No lo ha hecho con agrado, e incluso ha lanzado un guiño a su relación.
Es vox populi que la relación amorosa entre el rey emérito y la reina Sofía lleva décadas muy delicada, pero eso no significa que sea plato de buen gusto para ninguno de los dos que se aireen sus intimidades y sus deslealtades de forma tan pública y notoria. Para una persona tan discreta como la griega, que ha hecho gala de hermetismo durante toda su vida, además de una clara ofensa y un problema personal de descrédito público, estaría también siendo un problema a nivel “institucional”.
No podemos olvidar que en la propia Familia Real conviven dos realidades muy diferentes: por un lado, la obligatoriedad de representación a una institución tan compleja e intrincada como la Corona Española, y, por otro lado, la gestión familiar llena de emociones y vaivenes personales que hacen que las sensaciones están a flor de piel. Siempre se ha dicho que trabajar en familia es complicado, pues imaginad esta situación en los muros de Zarzuela.
Vuelta al trabajo con “cara larga”
Los lunes siempre son duros a la hora de volver al trabajo, pero para la reina Sofía este 7 de septiembre pasará a la historia como uno de los días más complicados para atender su agenda. Diligente, esta mañana acudía a la Base Aérea de Torrejón, en Madrid, para presidir el acto de conmemoración del XIX aniversario de la creación de la Unidad Militar de Emergencias (UME), coincidiendo con la celebración de su Patrona.
También la del XV aniversario de la entrega de la Enseña Nacional. Este cuerpo, imprescindible en labores de seguridad y rescate, ha conseguido grandes logros durante todo este tiempo, convirtiéndose en unas de las unidades más queridas de los cuerpos de seguridad del Estado.
Se trata de la primera aparición pública de la reina desde que se hiciera público y mediático las fotografías y audios entre su marido y la vedette Bárbara Rey, destapando así, no solo su relación amorosa, sino también lo que opinan sobre ella. Por ese motivo, aunque profesional, hemos podido ver a Doña Sofía con un gesto muy serio durante todo el evento, más taciturno del que nos tiene acostumbrados.
Una joya que lanza un mensaje secreto
Vale más una imagen que mil palabras. Sabemos que uno de los canales favoritos de transmitir mensajes por parte de la realeza, que no puede lanzar comunicados de forma oficial, es a través de pequeños detalles e imágenes. Para ello, muchas royals apuestan por guiños a través de su indumentaria.
Y esa ha sido la clave de la Reina Sofía para su vuelta a la agenda real tras la polémica. A su elegante traje de chaqueta de dos piezas, en riguroso negro, la reina emérita ha añadido un gran y espectacular broche, que no ha pasado desapercibido para nadie, pero que esconde un poderoso mensaje que pocos han detectado.
Se trata de una pieza diseñada por el artista francés Sterlé, que fue considerado uno de los mejores joyeros de los años 40 y 50 gracias a su combinación de fantasía con materiales sorprendentes, novedosos y siempre de lujo. Esta pieza, de considerable tamaño, sin duda. Y, además de su espectacularidad, también nos viene a la mente otro refrán: A buen entendedor, pocas palabras bastan.
Este broche fue un regalo de Franco a la por entonces princesa Sofía por su boda con Juan Carlos en el año 1962, por lo que es una de las muestras más claras de su unión histórica con el monarca. Aunque llevaba muchos años guardado, la emérita se lo ha puesto en diversas ocasiones especiales, como el bautizo de Don Felipe, en el año 1968.
Y es que con esta elección de joyas, la madre de Felipe VI deja claro que ella sigue siendo la reina, y, sobre todo, la mujer de Juan Carlos I, aunque inevitablemente se dude de sus años de unión como matrimonio.
Envuelta en polémica hace más de una década
Hace años, concretamente en 2013, esta joya se convirtió en protagonista de muchísimos titulares. La casa de subastas Segre puso a disposición de los coleccionistas de arte un lote donde se incluía una joya muy parecida. Esto causó un gran revuelo, puesto que se informó de que difícilmente este joyero hacía dos piezas iguales, por lo que se pensó que la propia Casa Real había vendido la pieza propiedad de Doña Sofía.
Pero rápidamente fuentes cercanas a la corona explicaron que la pieza de la monarca seguía en palacio: “No, yo mismo he preguntado por ese broche y sigue en poder de Doña Sofía”, explicó Javier Ayuso, el por entonces portavoz de Casa Real, a LOC. Eso sí, admitió en aquel momento que este broche llevaba muchísimos años sin ser usado por la reina. Así que su elección de esta pieza para lucirla la mañana de hoy, cuando estaba segura de que todas las miradas estarían puestas sobre ella, no es baladí.