Son tres las familias que tienen grabada a fuego en su memoria la fecha del 26 de septiembre de 1984. Tres clanes que la crónica rosa conoce muy bien y sobre los que, en estas últimas décadas, no han dejado de sucederse las informaciones. Los Ordóñez, los Pantoja e inevitablemente los Rivera. Las estirpes cuyas desventuras han acaparado horas y más horas de pantalla en las tertulias. Incontables páginas de papel 'couché' para desgranar todo sobre sus miembros, con un indiscutible punto de unión que jamás olvidarán y que llevaba 'Paquirri' por sobrenombre.

No es necesario aclarar el porqué del tiempo verbal pasado, aunque sí proceda echar la vista atrás para comprender lo sucedido. Fue aquel fatídico día, en la emblemática plaza de toros de Pozoblanco de Córdoba, cuando el diestro perdió la vida tras sufrir una cornada. Una cogida mortal que rompió para siempre a sus vástagos y que convirtió en un imposible la nueva vida que estaba forjando junto a Isabel Pantoja. El drama personal estaba tan servido como el mediático, que aún hoy día persiste. Basta con revisar que incluso cuando están a punto de cumplirse 40 años del fallecimiento de Francisco Rivera Pérez, siguen viendo la luz detalles desconocidos sobre su corta trayectoria vital.

El nombre de la mujer que volvió loco a Paquirri

Rivera solo tenía 36 años cuando murió, pero qué 36. En el tiempo que estuvo en vida, el de Zahara de los Atunes no perdió oportunidad de entregarse a las experiencias y triunfar en todo ámbito que se le presentase. Está claro que así lo hizo en el profesional, pues consiguió convertirse rápidamente en uno de los toreros más reconocidos de todo el país y salió por la puerta grande Las Ventas en un total de seis ocasiones. No obstante, es imposible pasar por alto el terreno amoroso. Si por algo era el gaditano un reclamo para la crónica social, tan solo era necesaria revisar sus aventuras y desventuras en lo sentimental

No en vano se casó Paquirri con otra mujer que provenía del mundo del toreo por legado familiar. Todos saben bien que antes de comenzar su polémico –y efímero– segundo matrimonio con Isabel Pantoja, su primera esposa había sido la inconfundible Carmina Ordóñez. Modelo, 'socialité' y gran protagonista de la prensa del corazón. Nadie quiso perderse su boda, en 1973 y en la imponente basílica de San Francisco el Grande de Madrid. Nada más y nada menos que cerca de 1.500 invitados, entre los que no faltaban nombres de personajes tan destacados como las artistas Carmen Sevilla y Lola Flores, o figuras de la aristocracia como Alfonso de Borbón y su esposa Carmen Martínez-Bordiú. Quédense con este último nombre.

Boda Paquirri y Carmina
GTRES

La cuestión es que todos ellos estuvieron presentes para asistir al inicio de un 'sí, quiero' en el que el 'para siempre' les duró solamente hasta 1979. Seis años que, en cualquier caso, dieron para mucho, pues en ese periodo nacieron sus hijos Francisco y Cayetano, ambos toreros. El caso es que tras su separación y antes de que volviese a pasar por el altar, el andaluz tuvo tiempo para conocer a otras tantas mujeres. Idilios más y menos conocidos por los medios, con mujeres tan reconocidas como Lolita Flores o la 'vedette' Bárbara Rey

Ha sido precisamente esta última la que ha sacado a relucir un dato desconocido por muchos acerca de los amores de la vida del torero, aunque en este sea un caso fuese más bien un amor platónico. Fue en el programa especial de 'Lazos de sangre' que recientemente se emitió en La 1, donde la que fuera esposa de Ángel Cristo revelaba el detalle 'secreto'. Una información referente a "una mujer que le encantaba, que me lo contaba a mí", y que no dudó en desvelar a los telespectadores. "La nieta de Franco, le volvía loco", sentenciaba Rey en su intervención.

Carmen Martinez Bordiu
GTRES

La misma Carmen Martínez-Bordiú que no falló a su boda con Carmina, con la eterna duda sobre si llegó a encenderse llama alguna entre ellos. "Creo que no pasó nunca nada (...), a Carmen le gustan otro tipo de hombres", apuntaba la propia Bárbara.

Nuevos datos sobre su 'desconocido' primer amor

Por si todo lo anterior pudiera parecer sorprendente, no fue este el único asunto sobre los amores del torero que se trató en el espacio presentado por Jordi González. Ocasión especial por la apertura de temporada en la que, además de contar con periodistas como Rosa Villacastín y Valeria Vegas en plató, se hizo hincapié en la importancia de tener un testimonio muy importante: el de Denise Bove. Un nombre que pudiera no resultar familiar a bote pronto, pero que marcó un antes y un después en la vida de Paquirri en materia de noviazgos.

Fue la Barcelona del año 1967, en la ahora inutilizada plaza Monumental, cuando esta estadounidense y el diestro cruzaron miradas por primera vez. Mantuvieron el contacto a pesar de la distancia, y aunque ella admite que "no pensé que le iba a volver a ver", así fue. Comenzaron una relación, de la que además de que "era tan guapo", concretó cuestiones como que "era cariñoso al principio, era un chico que te tocaba, que te daba la mano", sin obviar que también "era un tipo muy celoso" y "tacaño". "Me enseñó Barbate, el mar. Una vez me quedé 10 días, sin él, con la familia (...). Recuerdo esa época como muy buena porque era una vida completamente diferente. Yo venía de Nueva York", rememoraba también Denise. Nuevos datos sobre ese primer amor, más desconocido, y que finalizó en el momento en el que los caminos del maestro y Carmina se cruzaron.