Si hay una persona que sabe dar lecciones de estilo sin tener que complicarse más de la cuenta, esa sin duda es mi madre. Es una de mis mayores inspiraciones a la hora de armar looks, ya que sabe a la perfección qué es lo que le sienta bien y qué se queda fuera de su vestidor, siendo fiel a su estilo en cualquier ocasión que se le presente.
De cara a las Navidades, que es una tradición que mi madre siempre ha cuidado con esmero, he ido heredando de ella ciertos mandamientos que se han convertido en infalibles para esta temporada especial. El primero es "menos es más", una regla que siempre prioriza la elegancia sobre el maximalismo. Mi madre insiste en que es preferible elegir prendas de cortes sencillos y colores clásicos como el rojo, el blanco, o el negro, ya que transmiten sofisticación y se adaptan a cualquier tipo de celebración, ya sea formal o casual.
El segundo es apostar por la calidad. Mi madre siempre dice que una buena prenda puede durar años y convertirse en un clásico del fondo de armario. Por eso, insiste en elegir materiales como terciopelo, lana o satén, que además de lucir elegantes, son cómodos y adecuados para el clima frío. Su consejo es invertir en pocas piezas de alta calidad que se puedan combinar de diferentes maneras para crear múltiples looks.
Otro principio esencial es respetar el equilibrio entre comodidad y estilo. Según ella, ninguna prenda por bonita que sea justifica sentirse incómodo durante una cena larga o una reunión familiar. Por eso, aboga por elegir zapatos que no sean solo elegantes, sino también cómodos, y por preferir ropa que permita moverse con facilidad. Este enfoque asegura disfrutar plenamente de esos momentos en familia sin preocuparse por las molestias.
El cuarto mandamiento es personalizar cada look con accesorios significativos. Para mi madre, los accesorios no solo complementan el atuendo, sino que también cuentan historias. Ella siempre incorpora piezas que tienen un valor emocional, como un collar heredado de la familia o unos pendientes que le regalaron en una Navidad pasada. Este detalle no solo eleva el look, sino que también añade un toque personal y único.
El siguiente consejo es adaptarse a la ocasión sin perder el estilo personal. Como bien te he comentado anteriormente, mi madre cree firmemente en vestir de manera acorde al ambiente, pero sin perder su esencia: más formal para cenas elegantes y más relajado, pero igual de cuidado para reuniones en casa. Sin embargo, siempre insiste en no perder la filosofía de una misma, asegurándose de que cada prenda elegida refleje la personalidad y la confianza de quien la lleva.
Por último, el mandamiento más importante que mi madre me ha transmitido es vestir con alegría. Para ella, la ropa que elegimos en Navidad debe reflejar el espíritu festivo y la gratitud por compartir con los seres queridos. Más allá de las tendencias o las reglas de estilo, lo que realmente importa es sentirnos bien con nosotras mismas y con lo que llevamos puesto, porque eso es lo que verdaderamente nos hace brillar en estas fechas.
Los trucos que mi madre tiene apuntados para vestir siempre bien en Navidad
- Elige colores festivos con sofisticación: los tonos tradicionales de Navidad, como el rojo, verde y dorado, siempre funcionan, aunque también puedes apostar por versiones más elegantes como burdeos, verde esmeralda o dorado satinado. Combínalos con tonos neutros como negro, blanco o beige para equilibrar el look y evitar excesos.
- Añade brillos de forma moderada: las lentejuelas y los tejidos brillantes son ideales para las fiestas, pero úsalos con mesura. Si optas por un vestido de lentejuelas, lo mejor es mantener los accesorios discretos; aportando un toque festivo sin exagerar.
- Capas elegantes para el clima frío: un abrigo estructurado es un elemento esencial para los looks navideños en invierno. Opta por un abrigo largo en tonos clásicos, y juega con bufandas, guantes de cuero o estolas de pelo sintético para mantener el estilo y la calidez. También destacar los blazers como una opción refinada para interiores.
- Invierte en calzado versátil pero sofisticado: los zapatos de tacón medio o botines con acabados metalizados funcionan bien. Asegúrate de que sean cómodos para largas jornadas y combinen con la estética de tu outfit. Si prefieres una suela plana, también es bienvenida, destacando las bailarinas como la opción predilecta.
- Apuesta por tejidos de alta calidad: los tejidos como terciopelo, satén, cachemira o lana dan un aire lujoso y acorde con la temporada navideña. Un vestido de terciopelo, un suéter de cachemira con pantalones de vestir o una falda midi satinada son opciones ideales que no solo lucen bien, sino que también son cálidos y cómodos.
- Accesorios que elevan el look: los accesorios tienen la capacidad de transformar un atuendo sencillo en uno festivo. Opta por joyería llamativa pero elegante, como pendientes largos, collares de perlas o brazaletes dorados, así como bolsos pequeños con detalles festivos, como pedrería o texturas metálicas.
- Maquillaje y peinado en sintonía con el look: las decisiones beauty también son muy importantes y que pueden tener un papel determinante en el resultado final. Unos labios rojos o un maquillaje con sombras doradas resaltan el espíritu navideño, mientras que unas ondas suaves, recogidos elegantes o accesorios como diademas con brillo pueden dar el toque de gracia.