Aunque cueste, desconectar es posible. Eso sí, requiere cierto entrenamiento mental. Pero si pones en práctica estas ideas para relajarte, te aseguramos que aprenderás rápidamente a calmar tus nervios y vencerás el estrés y la ansiedad de una vez por todas. Es más fácil de lo que parece, ¿te atreves?
1. Establecer un horario y mantenerse fiel
Establecer un horario te permitirá tener tiempo para todo. Marca unas horas para tus obligaciones y otras para tus devociones. Ajústate al máximo a esos horarios y cúmplelos, sin excusas ni sentimientos de culpabilidad. Mentalizarte de que no hay nada tan urgente que no pueda esperar te ayudará a retomar tus tareas con más energía y siendo más eficiente.
2. Practicar el mindfulness
Necesitas calmar tu mente. Centra tu atención únicamente en lo que estás haciendo en cada momento y en las emociones o sensaciones que esto te produce. Al principio no podrás mantener esa atención plena durante mucho tiempo, pero poco a poco irás aguantando más.
3. Poner hora a las preocupaciones
En lugar de pasarte todo el día rumiando sobre tus problemas, cada día a una hora concreta dedica 15-30 minutos a pensar en lo que te preocupa y a mirar de buscarle una solución práctica. Cuando te asalten los pensamientos sobre tus problemas, di "ahora no, a tal hora". Conseguirás que esas preocupaciones no afecten a tus actividades del resto del día y serás más efectiva a la hora de resolverlas.
4. Desconectar cambiando de ambiente
Quedándote en casa es difícil aparcar las preocupaciones. Salir de tu entorno habitual es bueno para desconectar de la rutina. Ve a lugares diferentes, como una cafetería nueva o un barrio que no hayas visitado. Hacer cosas distintas y alternativas te ayudará a eliminar las preocupaciones momentáneamente.
5. Dedicarse 15 minutos al día
Un buen truco para evitar que las mil y una cosas que tienes que hacer cada día se "coman" el rato diario que debes dedicarte a ti es apuntarlo en la agenda. El domingo planifica qué quieres hacer (un rato de lectura, meditación, escribir,...). Ojo, no vale contar el ir a la peluquería o al gimnasio como tiempo personal.
6. Hacer pausas entre tarea y tarea
Date 5 minutos. Al llevar unas agendas tan apretadas solemos saltar de una actividad a otra sin dejar un minuto de descanso entre ellas. En vez de ser más eficaz, lo que logras es disminuir poco a poco tu energía y elevar tu nivel de estrés. Deja pasar 5 minutos entre una tarea y otra y dedícalos a no hacer nada o hacer algo relajante: respirar profundamente, hacer estiramientos, darte un masaje...
7. Tener un pasatiempo siempre a mano
Llevar un libro siempre encima y aprovechar los momentos tontos, como hacer cola o esperar el autobús, para leer te ayudará a evadirte y relajarte. También puedes hacer sudokus para desconectar.
8. Quedar con amigos
Conversar con tus amigos puede ayudarte a romper con la rutina al hablar de cosas distintas a las de tu día a día. Si te sientes agobiada por un problema, compartirlo es el primer paso para solucionarlo. ¿Puede ser que te falte vitamina S? Descúbrelo aquí.
9. Disfrutar de tu hobby
Bailar, correr, cocinar... Hacer alguna actividad que te guste te ayudará a olvidarte de los problemas y preocupaciones mientras la practicas. Si ya dedicas tiempo a tu hobby, intenta prestar toda tu atención en cada acto que realizas. Si te cuesta, repite mentalmente lo que haces en cada momento.
10. Apagar el móvil
Marca una hora y haz off. Puedes programar el móvil para que se desactive durante ciertos ratos, como por ejemplo a la hora de comer o a una hora concreta de la noche. Se trata de evitar las máximas distracciones posibles en los momentos en los que intentas desconectar. Además, apagar el móvil por la noche te ayudará a dormir mejor.