Es probable que en los últimos meses hayas escuchado hablar de las parejas LAT. Este concepto de relación no ha dejado de crecer y popularizarse en España y, ahora, cada vez son más quienes optan por él. Pero, ¿en qué consiste? Sus siglas significan Living Apart Together, lo que se traducen en esas parejas que se mantienen juntas, pero que deciden vivir en casas separadas.
Según un estudio de la Universidad de Málaga, el 8% de las parejas en nuestro país toma la decisión de vivir por separado y todo apunta a que, por diversas razones, este porcentaje siga aumentando. Existen varias modalidades de parejas LAT: algunas viven en el mismo edificio o en la misma calle y otras en distintos barrios o incluso en diferentes ciudades.
Sin embargo, esta práctica no es tan innovadora ni nueva como parece. Durante parte de sus 30 años de relación, Pep Guardiola y Cristina Serra vivieron de forma independiente, debido a sus compromisos laborales individuales. Él, en Inglaterra entrenando al Manchester City y ella, en Barcelona gestionando la Fundación Guardiola-Sala (aunque pasaba largas temporadas en Londres, donde reside su hija mayor).
Este es el caso de muchas otras parejas de celebrities que se ven obligados a vivir en distintos lugares para seguir con sus carreras profesionales. Ejemplo de ello fueron David y Victoria Beckham, cuando él tuvo que marcharse a Estados Unidos y ella quedarse en Inglaterra. Lo mismo le ocurrió a Sarah Jessica Parker y Matthew Broderick, quienes, aunque ahora residan juntos, pasaron mucho tiempo separados.
Otros lo hacen como elección personal. Julia Roberts y su marido, Danny Moder, comparten una vivienda, pero él también tiene una casa cercana donde pasa la mayoría del tiempo. Gwyneth Paltrow y Brad Falchuk, por su parte, establecieron un horario en el que pasaban 4 días juntos y 3 separados, con el objetivo de encontrar un equilibrio en la relación.
Parejas LAT: ¿SÍ O NO?
Es probable que muchos se pregunten qué llevaría a dos personas a convertirse en una pareja LAT. De hecho, la psicóloga Lara Ferreiro no lo considera recomendable: "Hay estudios que demuestran que las parejas LAT son el doble de infieles. No compartes el día a día, el cariño, la oxitocina que te da ver a esa persona, el amanecer. Cuando os veis, son ratitos superficiales de calidad ¿dónde queda el amor?" Además, también señala el doble gasto económico que supone este modelo de relación.
Por otro lado, considera que sí es algo que tiene sentido en dos casos. El primero, en gente joven que aún no puede vivir con su pareja. El segundo, en los segundos matrimonios, cuando viudos o divorciados quieren encontrar amor en otra persona, pero están muy quemados y no quieren aguantar el día a día.
Esto cuadra con los datos de los estudios que afirman que la mayoría de relaciones LAT están compuestas por personas de más de 45 años, que llevan a cabo una vida en pareja, pero sin compartir ni matrimonio ni hogar o parejas a distancia que no tienen otra alternativa.
No obstante, sí que hay muchísimas personas a favor de este tipo de parejas. Lo cierto es que la convivencia puede ser muy complicada y puede incluso llegar a convertirse en el detonante de una ruptura amorosa. Las parejas LAT pueden olvidarse de la división de las tareas del hogar o de los roces del día a día.
Asimismo, quienes la practican afirman que es mucho más fácil mantener la pasión, puesto que esos ratos en los que se ven son de calidad. Momentos en los que realmente les apetece verse y pasar tiempo juntos. Les permite mantener un horario y espacio completamente independiente, en el que cada uno hace su vida pero se encuentran en un punto medio.
Está claro que si esta tendencia está en alza es porque quizás se adapta más al estilo de vida, al pensamiento o a las propias circunstancias vitales que tienen muchos actualmente, y ya hemos visto cómo a muchas parejas de personajes públicos sí que les ha funcionado durante años, como fue el caso de Cristina Serra y Pep Guardiola.
Vivir juntos o no es una elección que debe hacer cada pareja por sí misma para encontrar aquella fórmula que mejor les funcione, según su situación. Quién sabe, quizás lo que les funciona a muchos no tiene por qué corresponderse con nuestro concepto de pareja convencional.