Siempre he tenido el pelo muy fino. Por eso, desde pequeña, mi madre siempre ponía especial interés en que lo cuidara bien. Me enseñó a usar productos suaves para mi tipo de cabello, a evitar el uso excesivo de herramientas de calor y, por supuesto, a cortármelo regularmente para sanear las puntas. ¿La verdad? Era muy sencillo. Sin embargo, todo cambió cuando, en mi adolescencia, mi cabello dejó de ser liso y manejable para convertirse en ondulado y con 'frizz'.

Evidentemente, para mi fue un choque. No sabía cómo lavarlo, ni cómo cuidarlo. ¿Cuál fue mi solución? Seguir haciendo lo mismo que antes. Un grave error, pues no se puede tratar de la misma manera dos tipos de cabello tan diferentes. Así que empecé a abusar de la plancha y del secador, y, por lo tanto, a estropear mi pelo. 

Pocos años más tarde me puse mechas rubias. Muy rubias. Al principio era ideal, luego empezó a verse como un estropajo y las puntas estaban abiertas no, lo siguiente. Así que decidí cambiar mi rumbo y me puse a investigar cómo cuidar mi nueva melena. 

pelo rubio
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Empecé a apostar por mascarillas nutritivas pre-lavado para hidratar las puntas, por champús y acondicionadores adecuados para mi tipo de cabello, y decidí dejar de utilizar (en la medida de lo posible) el secador. Eso sí, la plancha en invierno sigue siendo mi fiel compañera. No os voy a mentir.

Sin embargo, cada vez que la uso, siempre aplico protectores térmicos. Además, después, utilizo sérums reparadores. No obstante, un par de veces a la semana recurro a un viejo truco que me enseñó mi madre en mi adolescencia, y que, siendo sincera, ahora puedo decir que realmente ofrece muy buenos resultados para evitar que las puntas se abran y para que el cabello crezca más rápido y sano. ¿De cuál se trata? Del truco del hielo.

El truco con hielo para sellar puntas abiertas y acelerar el crecimiento del cabello

El truco del hielo es muy sencillo. Consiste, tal y como me enseñó mi madre, en enfriar un bol con agua y añadir unos cuantos cubitos de hielo para, después de lavar el cabello de manera habitual, lo apliques a modo de enjuague final. Así de simple.

¿Qué beneficios se consiguen al enjuagar el pelo con hielo? 

Seguro que muchas de vosotras os lo preguntáis, y lo cierto es que, tras varios años trabajando como periodista de belleza he llegado a la conclusión de que el enjuague con hielo tiene muchos más beneficios de los que creía en su momento.

Para empezar, el agua fría, a diferencia de la caliente o la templada, ayuda a cerrar las cutículas del cabello, lo que a su vez lo hace más brillante y suave. Esto se traduce en una melena con más luminosidad y sin 'frizz'. Pero esto no es todo, y es que, al cerrar las cutículas, el cabello consigue retener mejor la hidratación, evitando así que el pelo se reseque y aparezcan las tan odiadas puntas abiertas.

Por supuesto, el hecho de enjugar el pelo con hielo también es perfecto para mejorar la circulación sanguínea en el cuero cabelludo. ¿Qué supone esto? Que el cabello crezca más rápido y sano, ya que una mejor circulación facilita la llegada de nutrientes esenciales a los folículos capilares, reduciendo la caída y estimulando su crecimiento.

La mascarilla de hielo, el aliado perfecto para combatir las puntas abiertas

A raíz de mi trabajo como periodista de belleza, empecé a codearme con profesionales del sector como peluqueros y expertos en tratamientos capilares. Fue entonces cuando descubrí un nuevo truco muy efectivo que se convirtió en uno de mis favoritos: la mascarilla de hielo

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La mascarilla de hielo es un remedio casero contra las punta abiertas que consiste en triturar algunos cubitos de hielo en un cuenco para mezclarlos después con algún aceite nutritivo y reparador como el aceite de oliva o el de coco. ¿El resultado? Un tratamiento que no solo hidrata, sino que también sella las puntas.

A mi me recomendaron aplicarla de medios a puntas antes del lavado y dejarla actuar durante unos 20 minutos cubierta con una toalla (para ayudar a que penetren mejor en la fibra capilar). Pasado este tiempo, se enjuaga con agua tibia para retirar los restos de la mascarilla y luego se procede al lavado habitual con champú. ¿El resultado? Una melena mucho más brillante, fuerte y saludable.