La respuesta es sí. Lo mejor es prepararlo previamente porque, no nos engañemos, algunos tintes contienen componentes químicos –unos más y otros menos– que pueden resultar agresivos con la fibra capilar e incluso provocar molestias en tu piel, alrededor del cuero cabelludo.
Adoptando estas sencillas precauciones evitarás seguro cualquier posible "desastre":
- Una mascarilla el día antes. Si te pones una mascarilla capilar nutritiva reparadora, dejándola actuar en profundidad (una vez puesta, envuelve el cabello con una toalla caliente durante unos minutos), le aportarás un extra de vitalidad y vigor, y evitarás que el pelo se reseque más de lo necesario cuando te apliques el tinte.
- También sirve un aceite capilar nutritivo. Puedes ponerlo de medios a puntas justo la noche antes. La clave para proteger tu pelo del tinte es máxima hidratación y nutrición.
- El mismo día, no te laves el pelo. E incluso mucho mejor si no te lo has lavado desde hace un par o tres de días. La secreción propia del cuero cabelludo protege la piel.
- Justo antes de teñir, crema hidratante. Ponla alrededor de todo el cuero cabelludo, justo donde nace el pelo (por la frente, tras las orejas y en la zona de la nuca). Servirá de barrera protectora a la hora de poner el tinte.
- Añade un sobre de azúcar. No, no a tu desayuno, sino al mismo tinte cuando lo mezcles. Este truco lo aplican muchos peluqueros, sobre todo cuando el tinte es castaño oscuro (los tintes de tonalidad intensa pueden contener más agentes químicos agresivos). El azúcar funciona como un antihistamínico natural y evita las posibles reacciones alérgicas.
¿Tienes el cuero cabelludo muy sensible?
Conviene que te hagas una prueba de alergia. Sobre todo si es la primera vez que te tiñes. Aplica un poco de tinte detrás de la oreja (ahí no lo tocarás ni retirarás sin darte cuenta) y deja actuar durante un día. Si no hay reacción, puedes teñirte tranquilamente.
Y si está muy dañado...
Si tienes el cabello muy seco y con las puntas abiertas, antes de teñirlo es posible reestructurar y reforzar los tallos capilares con un tratamiento de reparación a base de queratina en el salón de peluquería. Esta actúa como un "rellenador" en las zonas donde la queratina natural del pelo está fragmentada, la reconstruye y devuelve al pelo su resistencia. Una vez fortalecido el cabello, espera unos días y ya puedes pasar a la coloración. Se reduce al máximo el daño que el tinte pueda ocasionarle.