Acaban de anunciar que, para la primavera de 2025, los Rivera Montes sumarán un nuevo miembro. Lourdes está esperando su tercer hijo, el cuarto para Fran. La pareja recibe esta estupenda noticia con la mayor de las ilusiones y con la tranquilidad que aporta una buena estabilidad económica. Y es que, ¿cómo de saneado es el patrimonio de los futuros padres?

Las cuentas de Lourdes Montes: un tropiezo y mucha moda

Empecemos por Lourdes Montes, una premamá con absoluta fascinación por la moda. De hecho, la ha convertido en su gran fuente de ingresos. Empezó en la industria con una marca junto a su hermana Sibi, pero esta acabó trayéndoles más lamentos que alegrías. Esta firma, que pretendía dar solución a las necesidades de novias e invitadas, no resultó el éxito que las hermanas pretendían; aunque sentó las bases de lo que después sería Miabril, la firma con la que la andaluza ha logrado despuntar como creadora. 

Lourdes Montes puso al servicio de su primera marca todos sus medios. Y eso incluía lucir su propia creación el día de su boda con Fran Rivera. Aquello no resultó una buena campaña de marketing. Pese a la seguridad que destilaba la novia, la pieza no convenció y quizás marcó un punto de no retorno para el proyecto entre hermanas. 

Afortunadamente, Lourdes Montes no es de las que tiran la toalla a la primera de cambio y lo volvió a intentar de nuevo. Esta vez en solitario y centrándose en algo que conocía muy bien: la Feria de Abril. A ella le debemos el auge de las batitas más sencillas, aquellas que respiran el estilo de principios de los años 20; inspiradas en las gitanas canasteras. Miabril fue todo un éxito desde que salió a la venta. Ahora sí, la sevillana paladeaba las mieles empresariales. Como no podía ser de otro modo, se convirtió en la mejor embajadora para su marca. No había vez que no pisara el albero del Real que no lo hiciera luciendo un diseño propio. E hizo exactamente lo mismo en otra fecha clave de la moda flamenca: el Rocío. 

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Al éxito en los negocios hay que sumar, además, la faceta de Lourdes Montes como rostro público. La mujer de Fran Rivera es un valor en alza, y sus redes sociales se han convertido en una plataforma estupenda para realizar campañas como influencer. Esto supone una nueva fuente de ingresos para la futura madre de tres, cuyo perfil elegante, familiar y cercano la convierte en un gran reclamo para marcas que casen con su estilo de vida. 

Francisco Rivera, estupendo olfato para los negocios

Por su parte, su marido, Fran Rivera, sabe lo que es paladear las mieles del éxito desde bien joven. Empezó a torear siendo apenas un adolescente. Para los veinte ya era una primera figura del mundo del toro. Eran los 90 y su nombre se repetía en las mejores ferias. Su condición de famoso desde la cuna, al ser hijo de dos de los grandes iconos de la España más cañí como Carmina Ordoñez y Paquirri, alimentaba aún más su popularidad en los ruedos. 

Cuando Francisco colgó el estoque, empezó su faceta empresarial. El joven había hecho mucho dinero jugándose la vida ante el toro y debía invertir, de la mejor manera, la fortuna ganada. No faltaron entonces los malos consejeros. Amigos que le recomendaban lugares en los que invertir, pero que le hicieron darse algún que otro batacazo contra el suelo. Afortunadamente para él, los menos. 

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Francisco Rivera ha logrado conseguir una estabilidad que no todos los toreros retirados la logran. Muchos se dejan llevar por un elevado tren de vida, no sabiendo gestionar bien su patrimonio o acabando invirtiendo en malas decisiones. El hermano de Cayetano ha tenido suerte en ese aspecto y, salvo pequeños tropiezos como el que vivió cuando abrió su mercado gourmet con socios como Sergio Ramos, ha tenido pocos disgustos. 

Tiene buen ojo para los negocios y es raro que deje escapar una oportunidad. Por ejemplo, la finca familiar El Recreo, herencia materna, y donde reposan las cenizas Hemingway, fue abierta al público para sacarle un mayor rendimiento. Los Rivera ofrecían el terreno para, además de ser visitado, como casa rural ‘deluxe’ por la historia taurina que guarda. Todo un lujo para amantes de la tauromaquia que, por unos 700 euros la noche, podían disfrutar de esta experiencia en Ronda. 

Francisco saca tanto partido a todo lo que tiene. Cualquier don que posee puede ser transformado en un activo. Incluso cantar. El extorero, junto a su grupo de amigos, recorren los escenarios de media España poniendo su música al servicio de la fiesta. ‘Una y nos vamos’ es un grupo de rumba, perfecto para amenizar cualquier ocasión festiva. “Nosotros nos reunimos y cantamos cositas nuestras, y nos lo hemos currado, nos lo hemos currado muchísimo”, decía hace unos meses, cuando presentó este proyecto que nació como algo amateur y de carácter solidario, pero que se consolida día a día. 

Las habichuelas mágicas de Francisco Rivera

Pero, sorprendentemente, el mayor éxito empresarial de Francisco Rivera Ordoñez no radica en nada de eso. Está en las lentejas. Literalmente. Nan Madol es su empresa que gestiona el cultivo de cereales, legumbres y semillas. Tal y como aseguró Vanitatis “cuenta con un activo total de casi cuatro millones de euros”. Es la gran joya de todo su patrimonio. 

Como no podía ser de otro modo, Francisco Rivera también tiene una empresa que se dedica a la gestión de su propia imagen a través de la que factura sus entrevistas y colaboraciones en prensa. Tazdevl existe desde el año 1997, un año después de su boda con la duquesa de Montoro, Eugenia Martínez de Irujo, y posee un activo de 2,4 millones. Además, la otra empresa que más alegrías le proporciona también está dedicada a la gestión de personalidades. Manisosapu SL gestiona la contratación de artistas y a la gestión de espectáculos taurinos con un activo total de 800.000 euros. 

Todos estos son los ingredientes que han conseguido que la familia de Lourdes y Fran viva de una manera cómoda y desahogada en su casa sevillana. Para primavera serán uno más. Una nueva boca a la que alimentar, pero, como bien dice el refrán, todos los niños vienen con un pan bajo el brazo. Y, en esta familia, aunque lo económico no sea un problema, a nadie le amarga un dulce.