La vida de Carmina Ordóñez podría convertirse en una de las series más espectaculares de la historia del cine. Desde su niñez y juventud, a todas sus aventuras y desventuras cuando adulta, lo cierto es que las luces y sombras siempre han acompañado a la sevillana que fue, y aún hoy sigue siendo, una de las mujeres más relevantes que haya tenido el mundo del corazón en España.
A medida que crecía su fama, debido a su ámbito familiar y después con sus relaciones amorosas y sus diversos problemas, conocimos a una Carmina Ordóñez cada vez más compleja y con una historia complicada. Pero poco conocemos de la estrella mediática cuando era muy joven y disfrutaba de las Navidades aún en familia.
Por eso hemos querido recordar uno de los momentos más mágicos de la juventud de la andaluza, cuando las Navidades mágicas junto a sus padres y su hermana, suponían un momento de disfrute y paz en familia, y con este detalle que puso en valor lo querida que era su familia. Y es que participar en uno de los eventos más multitudinarios de Sevilla sin duda es una muestra clara de cariño y respeto por el personaje al que se lo ofrecen.
Un momento mágico en familia
Por ese motivo, uno de los momentos más mágicos para la familia Ordóñez seguro que fueron las Navidades del año 1976 cuando el padre de la celebrity, el famosísimo torero Antonio Ordóñez fue propuesto y aceptó el reto y el honor de convertirse en uno de los Reyes Magos de Oriente para alegrar a todos los sevillanos durante las fiestas.
El torero fue coronado como rey Gaspar en la Cabalgata de la ciudad de Sevilla del 5 de enero de 1976. En aquel momento, Carmina Ordóñez tenía 21 años y su hermana menor, Belén, tenía 20. Aunque las pilló ya maduras, seguro que compartieron con su padre la felicidad conjunta de un momento así de divertido y emotivo a la vez.
De hecho en las fotografías del momento podemos ver al torero rodeado de su mujer y sus hijas tremendamente sonrientes. No cabe duda de que fue uno de los momentos más mágicos en la vida de Carmina, y de toda la familia Ordóñez, que lo recordarían por siempre.
Antes de la trágica muerte de su madre
La muerte de su madre, Carmen Dominguín, fue un golpe devastador para Carmina y un momento que cambiaría su vida para siempre. Carmen, quien era hermana del también torero Luis Miguel Dominguín, falleció a causa de un cáncer en el año 1982, 6 años después de este mágico momento navideño y cuando Carmina Ordóñez y su hermana tenían 27 y 26 años, respectivamente.
Este trágico suceso sumió a la joven en un profundo dolor, agravado por la sensación de haber perdido a su principal apoyo emocional. Carmen Dominguín fue una madre cariñosa y comprensiva, que equilibraba la rigidez de su padre Antonio Ordóñez. Su ausencia tras un duro padecimiento dejó un vacío imposible de llenar en las hermanas y marcó el inicio de una etapa muy dolorosa para Carmina.
La compleja relación de Carmina y su padre
Lo cierto es que el carácter de Carmina Ordóñez ha traspasado fronteras y épocas. La que fuera conocida como “La Divina” en el papel couché lo cierto es que siempre hizo gala de una constante lucha por la libertad y la independencia, y por ser ella misma ante todo. Esto era un rasgo de su carácter que mostró desde muy joven, pero no todo el mundo apoyaba su ansia de libertad.
De hecho, su propio padre, el torero Antonio Ordóñez, que había sido criado de una forma totalmente diferente, y además se encontraba en un momento histórico donde el hombre ejercía todo el poder y control sobre la familia, quería imponer su carácter fuerte, controlador y muy rígido. Según comentan, siempre buscó criar a sus hijas como aristócratas y siempre buscaba lo mejor y de más categoría para su vida y su día a día: la mejor ropa, los mejores viajes, mayordomo en casa, etc.
Claro, como es de esperar, la tradicional personalidad del padre rápidamente chocó con la moderna concepción de libertad de su hija Carmina, por lo que las tiranteces entre ambos, a medida que la joven crecía, eran cada vez más fuertes y marcadas. Paso de ser “la niña de sus ojos” puesto que era la primogénita y “la más mimada” a convertirse en la oveja negra de la familia. Carmina en aquel momento, como otras chicas de su edad y de clases altas, era consciente de que las cosas y la sociedad estaban caminando.
Aunque su padre quería que ella y su hermana estudiaran en la facultad, ambas estaban más pendientes de salir y los eventos de sociedad. Eso las hizo emanciparse muy pronto y buscar parejas cuando solo contaban con 17 años: Carmina se casó con Francisco Rivera 'Paquirri' y su hermana Belén con Juan Carlos Beca Belmonte.
De hecho, el torero siempre sufrió por los comentarios que recibía sobre su hija, según explicó su segunda mujer, Pilar Lezcano, tras la muerte del torero “En su mundo del toro no era agradable escuchar las cosas que se comentaban de su hija, como tampoco lo fue oír lo que decían de ella en la plaza cuando toreaba su nieto Francisco. Le dolía mucho”, explicó.