Nunca hay tregua si se trata de la Casa Real. Y eso que en este 2024, año del décimo aniversario de la proclamación de Felipe VI como Rey, el núcleo duro de la institución ha vivido más claros que oscuros. Tanto el soberano, como su esposa, como sus dos hijas, están cada vez más asentados en esa ansiada calma y buena consideración popular. Esa que dista radicalmente de los escándalos de Juan Carlos I, todavía vigentes. Sobre todo en materia de líos amorosos. Pareciera imposible que tan controvertido exmonarca sea el padre del actual... O no.
Quizás sea el paso del tiempo o quizás sea fruto del buen hacer posterior que los episodios más polémicos de la vida del jefe de Estado se hayan desdibujado. Sea como fuere, es importante señalar que, como ahora le sucede a la princesa Leonor, antes de reinar tuvo Felipe una juventud. Y muy completa, además. El entonces Príncipe de Asturias, todavía heredero, se lo pasó en grande durante sus años mozos. E incluso se enamoró unas tantas veces para deleite de los más observadores de la Corona.
Imposible olvidar en su relato el nombre de Isabel Sartorius. Su primera novia oficial, pese a que el noviazgo nunca se oficializó, mientras que sí que se emitió un comunicado vía 'EFE' para anunciar la ruptura. Una forma de proceder casi tan confusa como lo fue ese romance primerizo, que entre idas y venidas, rechazo y desplantes y una sorprendente ristra de mentiras, también dio lugar a un escándalo sin precedentes. ¿Tuvieron Felipe e Isabel una hija a espaldas del mundo? Para dar con la respuesta, procede echar la vista atrás y recordar cómo comenzó todo.
La llamada que alertó del "problema" de Isabel
Ha sido la periodista Pilar Eyre, experta en todo lo que concierne a la Casa Real y su universo, la que ha puesto sobre la mesa este asunto de nuevo. Porque tal y como la cronista relata, "fueron unos años vertiginosos en los que la figura de Felipe hacía honor a su genética borbona", y su idilio con Isabel Sartorius allá por el 1989 copaba todas las portadas. "Tenía todas las papeletas para ser novia de príncipe", refiere Eyre en el vídeo difundido en su canal de YouTube. ¿Por qué? "Su padre marqués y su madre era una millonaria argentina. Quería ser diplomática, hablaba cinco idiomas y estaba relacionada con la alta sociedad".
Un perfil ideal para un futuro Rey que en el devenir de los acontecimientos le valió vivir una etapa intensa. "Hubo hasta diecisiete coches" que la escoltaban y "su casa siempre estaba rodeada de periodistas". Sea como fuere, los elementos negativos comenzaron a ganar peso en la esfera pública y "se crearon rumores para desacreditarla". "Como que el padre era un marqués, pero había sido un 'playboy'" o que "tenía problemas mentales". El pretexto ideal para que, a pesar de que se querían mucho, Isabel decidiese romper si no la reconocía como pareja oficial. "Felipe se hizo el remolón y ella quiso cortar con él creyendo que él iba a volver después", pero tras tres meses "fue ella la que llamó".
"Volvieron porque sí estaban enamorados (...). Estaba loco por ella, pero no querían convertirla en Princesa de Asturias". La realidad es que su amor se había convertido en un imposible y todo esto derivó en peleas. Incluso en público, con "unas fotos que fueran portada de varias revistas en los que discutían en Morata de Tajuña". "Ella lloraba (...). Él se defendió y la conversación la escuchó todo el restaurante", recupera la comunicadora, para después remitir al giro de guion más insospechado. "Al cabo de un año, Nora de Liechtenstein llamó a doña Sofía y le dijo 'Isabel está embarazada y tenemos un problema'".
La verdad sobre la hija que mantuvieron en secreto
La reina emérita no tuvo reparo en responder, ante semejante preocupación, que de problema nada. Al menos, el problema no era de su hijo, sino de Isabel. Además, la ex de Felipe ya tenía nuevo novio por entonces: Javier Soto. "Al cabo de los años dijeron que se iban a casa a través de un comunicado (...). Suspendieron la boda dos semanas antes de la celebración y él se casó con otra chica con la que siguen felices a día de hoy". ¿Pero qué pasó con el bebé que esperaba?
Mencía, la niña nacida de esa relación, "se ha criado prácticamente como hija de madre soltera". De ahí que por entonces surgieran habladurías sobre "que era rubia y que era igual que el príncipe y que se parecían un montón". Una leyenda que perseguiría al soberano hasta el momento en el que la joven cumplió la mayoría de edad, "se la despixeló y vimos que es el vivo retrato de Javier Soto. "No se parecía nada a Felipe". Misterio resuelto.