El martes 13, Letizia tenía una de sus citas más importantes. Visitaba la sede de Feder, la Federación Española de Enfermedades Raras, y, a su llegada, de lo más enérgica, saludaba a Juan Carrión Tudela, presidente de la asociación, que la esperaba a que terminara de hablar con una espontánea. En este intercambio de estrechones de manos, la esposa de Felipe VI miraba a los ojos de su interlocutor y apretaba su mano con la presión justa. Un saludo vigoroso, cargado de fuerza y que dejaba entrever la personalidad de la Reina.
A menudo, los gestos hablan por las personas. Con los años, Letizia ha ido dominando su transparencia, aunque, muchas veces, sigue sin conseguirlo del todo. Es entonces cuando uno detecta, por sus labios fruncidos o sus hombros ligeramente más levantados, que está incómoda. Que no se siente tranquila y segura.
Letizia, una reina 'transparente'
Tenemos claro que Letizia destila personalidad con cada uno de sus gestos y uno, si es un buen lector de estos, puede detectar múltiples rasgos de su forma de ser, simplemente viéndola esbozar un saludo. Hemos preguntado a Vanessa Guerra, experta en comunicación no verbal y autora del libro de próxima publicación ‘El lenguaje corporal de las emociones’ (RBA), para que nos ayude a analizar aquello que va más allá de las palabras. "En general, el saludo de la Reina es bastante correcto: saluda con la palma de la mano abierta y agarra con fuerza la mano del otro, un síntoma de poder y liderazgo", nos cuenta Vanessa.
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El apretón de manos de Letizia va más allá de un saludo
"La reina Letizia da la mano con firmeza. Aprieta con fuerza y sacude la mano con energía. Recordemos lo que le dijo a Santiago Cabana, embajador de España, en su visita a Nueva York: 'dame la mano como a un hombre'. Esta frase confirma la necesidad que tiene de sentirse tratada como un igual y no está dispuesta a tener un trato diferente por ser mujer. Busca un trato igualitario y respetuoso por parte del otro, sobre todo si es un hombre. Este dato es importante, ya que la mayor parte de sus interacciones son con hombres. El saludo es un gesto para transmitir fortaleza y seriedad: tómenme en serio 'estoy a la altura'.
Para Letizia, un apretón de manos va mucho más allá de un simple saludo. Es una declaración de principios. Un presentarse al mundo y decirle aquello que quiere, pero, sobre todo, lo que no está dispuesta a tolerar.
Ese 13 de febrero, Letizia estaba feliz. Exultante. Sus encuentros con la junta de Feder son algo común en su agenda, por lo que iba tranquila y segura. De ahí que ella se mostrase tan cariñosa y cercana con esa señora que le recordó que es más guapa en persona que por la tele. La Reina estaba serena porque 'jugaba en casa'. Es cuando hay otros eventos, quizás más institucionales o de etiqueta, cuando la periodista se cuadra y saca su lado más frío. Entonces su lenguaje corporal es otro completamente distinto. Vanessa Guerra refuerza este pensamiento. "La reina también es efusiva cuando saluda a personas a las que tiene afecto, como lo vemos en el saludo al presidente de la Fundación española de Enfermedades Raras: vemos como su sonrisa es más amplia, mueve la mano con más energía e incluso se deja tocar el brazo derecho por él. Síntoma de que hay confianza".
Diferentes saludos, para diferentes relaciones
Y esto no es raro en ella. Letizia, como hemos dicho, a pesar de su extrema profesionalidad, también es alguien totalmente transparente. Sus formas denotan la simpatía que puede tener por su interlocutor y no teme dejarse llevar por ellas y así mostrarse mucho más cercana. Ella, como bien indica la experta en lenguaje no verbal, "no evita realizar pequeñas muestras de afecto a las personas que considera", algo con lo que su marido se muestra más cauto. En opinión de Vanessa, el rey es "más reservado" y no acostumbra a realizar estas demostraciones de afecto con desconocidos.
Letizia, la reina feminista, siempre del lado de la mujer, del progreso y de avanzar en sociedad; se muestra más accesible y cariñosa si la que tiene delante es alguien de su mismo sexo. Entonces "se permite un trato más afectuoso". Otra declaración de principios. 'Estoy de tu lado'. Uno de los casos más llamativos tuvo lugar con Brigitte Macron, a la que abrazó y besó en las mejillas, para, acto seguido, "acariciarle el brazo con la mano"; una señal más que evidente para la autora de 'El lenguaje no verbal de las emociones' de que se siente más confiada entre compañeras.
Letizia, cercana... pero sin pasarse
Vanessa Guerra califica a Letizia como "cordial, correcta y, en ocasiones, cercana"; pero si se la compara con otros miembros de la realeza, como puede ser Kate Middleton, a Letizia todavía le falta mucho para ser tan cercana como ella. "Si las comparamos, seguro que la Reina nos parece fría y distante. Kate, que sigue la estela de Diana de Gales, se ha convertido es una princesa cercana, comprensiva y sincera con los ciudadanos. La sonrisa de Kate es dulce y sincera, pues vemos que también sonríe con los ojos. Letizia sonríe por cortesía, pero no sonríe con la mirada, pocas veces la vemos dirigirse a los ciudadanos mostrando esta faceta. Cumple su papel, pero no demuestra cercanía".