Cada vez que cambia algo en cualquier Casa Real, como la abdicación o muerte de un rey y la sucesión con su hijo o hija, el abandono de un royal de su lugar en la heráldica, el nacimiento o llegada de nuevos miembros a la familia, entre otras cosas, todo cambia a nivel de protocolo y nomenclaturas. No es solo tan sencillo como que el príncipe se convierta en rey, sino que también hay un baile de nombres, nomenclaturas y títulos que cambian, varían y evolucionan. Si no, que se lo digan a Harry y Meghan Markle, que se convirtieron en Duques de Sussex cuando se casaron.
Desde que la pareja abandonara su servicio público representando a la corona inglesa y se trasladara a vivir a California, en Estado Unidos, su vida se ha ido distanciando tanto de la monarquía británica, como de la propia familia real. Pero sí hay algo que han conservado, es su nombre aristocrático como Duques de Sussex, aunque ya no ejerzan como tal al desligarse de la corona. ¿Pero qué ocurrirá si los lazos se rompen del todo y dejan de formar parte de la aristocracia británica?
¿Por qué pueden perder el título?
Fue en el año 2020 cuando Harry y Meghan Markle decidieron abandonar su posición en la familia real británica, renegaron de sus deberes reales y dejaron de representarla oficialmente, librándose así de la complicada agenda que tienen en la corona. Automáticamente, sí perdieron el título de “Su Alteza Real” al pasar a ser miembros inactivos de la monarquía británica. Pero conservaron el título que les otorgó como regalo su abuela, Isabel II, como Duques de Sussex. Desde entonces, y al otro lado del charco, han continuado con el título que los define, pero, ¿por qué podrían perderlo ahora? Lo cierto es que como fue un regalo de la monarca, únicamente podría ser retirado por alguien de la misma categoría, en este caso, únicamente por el propio padre de Harry, Carlos III, que tendría que ser el encargado de solicitar la retirada de este título nobiliario a la pareja.
¿Qué nombre llevaría Meghan Markle?
Lo cierto es que cómo el título no implica ningún valor económico o social, únicamente es algo referente a la historia, si le quitaran a la pareja el título de Duques de Sussex, no ocurriría absolutamente nada en su vida. De hecho, el propio Harry, como es príncipe de sangre y de nacimiento, aunque renegara de la corona, podría seguir llamándose, únicamente, “príncipe Harry”.
Si su suegro decidiera quitarles el título, Meghan Markle tendría que renunciar a una de sus características más importantes, que es la de ser feminista, porque si quisiera mantener algo de presencia real en su nombre, tendría que ser llamada “esposa de Harry”. Ha sido la periodista y experta en realeza, Ingrid Seward, que es la editora jefe de la revista Majesty Magazine, la encargada de explicarlo. Según el protocolo británico, esta sería la forma adecuada de definirlo: “Enrique seguirá siendo un príncipe de sangre y Meghan, en lugar de ser la duquesa de Sussex, sería la princesa Enrique”, explica la periodista. Según la experta, aboga por no liar más las cosas y dejar todo tal y como está “Aunque sería realmente confuso, al menos para los estadounidenses. Lo mejor será dejarlo, parece innecesario. La reina le dio los títulos. Lo mejor es dejarlos, ignorarlos y dejar que sigan adelante, que es lo que están haciendo Palacio y la familia real”.
¿Cómo consiguieron el título?
El 19 de mayo de 2018, el mundo entero asistió a la ceremonia nupcial del Príncipe Harry y Meghan Markle en la Capilla de San Jorge, dentro del propio Castillo de Windsor. Ese mismo día, la Reina Isabel II, en una de las muchas tradiciones que envuelven a la familia real, otorgó a Harry y Meghan el título de Duques de Sussex. Este título había estado vacante durante más de 170 años, lo que lo hacía aún más especial y significativo.
El Ducado de Sussex se creó por primera vez en 1801 para el Príncipe Augusto Federico, el sexto hijo del Rey Jorge III. Sin embargo, tras su muerte en 1843, sin dejar herederos legítimos, el título quedó vacante. Desde que se les otorgó el título, Harry y Meghan han redefinido lo que significa ser Duques de Sussex y lo han adaptado al siglo XX, comprometiéndose con causas humanitarias, o hablando sobre temas de salud mental, igualdad y justicia social.
¿Lo han convertido en una marca “comercial”?
Más allá de la implicación heráldica del nombre, lo cierto es que la pareja lo ha convertido en una especie de marca comercial que utilizan para potenciar su imagen. Si lo que querían era desvincularse de la Familia Real, lo ideal hubiera sido que dejaran se utiliza reste nombre heráldico al respecto, pero no es de extrañar ver publicaciones, acciones y apariciones donde se siguen potenciando y “capitalizando” esta nomeclatura, indican, económicamente en empresas con las que están trabajando.
Es por ello que muchas de las personas que critican la actitud de Harry y Meghan Markle con la corona británica indican que sería una forma cómoda de seguir beneficiándose de la imagen “royal” que ofrece el título, y que puede ser muy exótica en un país como Estados Unidos que no tienen su propia monarquía.