El enigma de Borja Thyssen: así era su desconocido padre biológico, que Tita Cervera trató de ocultar

Llevarse un secreto a la tumba. Por increíble que parezca, además de complejo, hay gente que presume de poder hacerlo. No contar la verdad cuando el escenario no es propicio para hacerlo, o preservar una información para evitar un perjuicio. Este segundo supuesto, que es mucho más común de lo que parece, aplica sobre todo con las personas del entorno al que calla. Los allegados, los de su confianza, que quedaría traicionada de conocerse la realidad. Más todavía cuando se trata de un núcleo tan próximo como lo es la familia. ¿Vale la pena guardar silencio? Incluso en estirpes tan mediáticas como la que formaron Carmen Cervera y el barón Heini Thyssen.

Y es que de estirpe, por mucho que así se presentase de puertas para afuera, había más bien poco. Al menos en materia de biología, porque es innegable que el amor y el afecto afloraron por todas partes durante las casi dos décadas que la 'miss' y el noble compartieron su vida. Ese cariño que también transmitieron al entonces pequeño Alejandro Borja, el hijo de ambos. Nacido en el caluroso verano de 1980, el 24 de julio llegó al mundo un retoño al que aún hoy día la coleccionista adora como el que más. Su único vástago varón, además del único biológico. Pero es que las fechas no cuadran. ¿Cómo podía ser su padre el barón von Thyssen-Bornemisza su si cuando nació todavía no había conocido a Tita? No podía. No era su padre.

¿Quién era el desconocido padre biológico de Borja thyssen?

Y es que no es novedad ninguna para los que conozcan bien la historia de la de Sitges. El idilio que convirtió a Carmen en baronesa comenzó a fraguarse allá por 1981, después de haberse separado de Lex Barker y Espartaco Santoni, y con el añadido de que, a sus 38 años, era madre soltera. Pareciera que ya lo había vivido todo, pero aún la esperaba su gran salto a la alta sociedad. Fue durante una cena en casa del joyero Manfred Horowitz, en el marco de un crucero en la Costa Smeralda de Cerdeña, cuando ella y el magnate Hans Heinrich cruzaron miradas. El principio de una vida en común hasta el fallecimiento de él en el año 2002.

Lo cierto es que ambos se tomaron su romance con la pausa precisa para que nada se truncase. Los dos sabían tanto del amor como del desamor, puesto que tanto su nueva ilusión como él ya habían estado casados en el pasado. De hecho, y por si el currículum sentimental de Tita pudiera parecer muy contundente, él también llevaba cuatro divorcios a su espalda. De la princesa Teresa Amalia de Lippe-Weissenfeld, de Nina Dyer, de Fiona Frances Elaine Campbell-Walter y de Liane Denise Shorto. Y también como Tita, él era padre. Quizás suficientes alicientes para que apostasen por llevar cautela antes de pasar por el altar, aunque cuatro años de noviazgo bastaron para que se dieran el 'sí, quiero'. La unión que supuso la llegada de su quinto hijo, aunque él ya estuviera allí. El barón adoptó a Borja y le dio sus apellidos. 

En ningún caso desapareció la gran pregunta: ¿Quién era su verdadero padre? Por mucho que Heini se aventurase a ejercer de progenitor, no existía información alguna acerca de la paternidad del niño. Ese era el gran enigma de la catalana, que incluso trató de mantenerse oculta durante el proceso de gestación, con la mala pata de que unas fotografías suyas tomando el sol cuando estaba embarazada se publicaron en la revista 'Interviú'. La cuestión es que, a pesar de tenerlo todo en contra, consiguió mantener el secreto durante mucho tiempo. Prácticamente, una década estuvo encubierta la identidad del hombre con el que engendró a su primogénito, pero en el 2009 acabó por ver la luz. Era el publicista Manuel Segura.

El reciente fallecimiento de Manolo Segura

Manolo, como se lo conocía también en el habla popular, fue uno de esos idilios breves con los que Tita se divirtió tras separarse de Espartaco. Fue ella misma quien lo reconoció, en el tercer capítulo de sus memorias desglosadas por la revista '¡Hola!'. "Lo conocí en una cena. Nos reímos mucho, conversamos y bailamos también mucho. Empezamos a salir y hablamos de boda. Él estaba soltero, pero yo creía que seguía casada con Espartaco", narraba. Lo anterior, además de que Borja sí era consciente de este dato aunque en un inicio trató de ocultarlo, porque "cuando cumplió siete años reuní en su presencia a Heini y Manuel Segura y le dije a mi hijo que tenía la suerte de tener dos papás". Al tiempo, y al descubrirse la realidad, los focos apuntaron directamente a Segura. Y él también arrancó un particular circuito de entrevistas y declaraciones.

La gran mayoría positivas, aludiendo a la buena relación con Tita, con la que siempre había mantenido una amistad envidiable, y a las visitas constantes a su hijo cuando este era pequeño. La coleccionista incluso tenía un trato de excepción con Paz Pastor, esposa de Manolo entre 2004-2016. "Estuve en su boda con Paz, que es encantadora. También vinieron los dos recientemente a Sant Feliú a la apertura de la exposición en el Espai Carmen Thyssen. Viven en La Moraleja, muy cerca de mi casa. Tenemos una buenísima relación. Aprecian mucho a Borja", expuso en el 2013, también para la citada publicación. Hasta tal punto se tenían estima que incluso en los últimos años compartieron días de vacaciones. Son unas instantáneas de ambos juntos por las calles de Marbella, en el agosto de 2019, las últimas disponibles de la expareja. En mayo de 2020, el publicista falleció a causa de un cáncer.