Cuando se acerca un gran momento para la familia, es inevitable echar la vista atrás y recordar otras situaciones igual de emocionantes. Si no, que se lo digan a las hermanas Osborne que, con el compromiso familiar que tienen el próximo fin de semana, seguro que han desempolvado sus recuerdos más especiales.
La apodada como “cuarta hermana Osborne”, Ana Cristina Portillo Domecq, celebra su boda el próximo fin de semana con el ingeniero Santiago Camacho. Será también en la misma finca donde sus hermanas mayores dijeron el sí quiero, por lo que, además de ser un momento muy emotivo, será también muy especial para recordar los enlaces anteriores.
La buena relación entre las 4 hermanas es patente desde hace años y seguro que se inspiran unas a otras. ¿Se habrán dado consejos y recomendaciones para elegir el vestido de novia perfecto? Por eso, días antes del enlace, queremos analizar cómo fueron los vestidos de novia de las hermanas mayores, Alejandra, Eugenia y Claudia, para descubrir si han inspirado de alguna forma a la cuarta hija de Bertín Osborne.
Tres bodas, tres décadas muy diferentes
Si analizamos las ceremonias de las tres hijas de Bertín Osborne con Sandra Domecq corresponden a momentos muy diferentes en las últimas décadas. Encontramos que Alejandra, la mayor de las hermanas Osborne, se casó con Joaquín Buendía Martín, en la iglesia San Miguel, de Jerez de la Frontera, en el año 2003, inaugurando el milenio. Eugenia, la hermana intermedia, se casó en 2011, con Juan Melgarejo. La más joven, es también la que define las bodas de esta época, ya que Claudia Osborne, la más joven de las hermanas, se casó en octubre de 2021 con el empresario José Entrecanales.
Como las tres han formado parte de las familias más famosas del país, sus bodas fueron eventos destacados para el mundo del corazón, por lo que, analizándolas, conseguiremos descubrir cómo han evolucionado las ceremonias nupciales. Y por supuesto, también, el estilo de los vestidos de novia durante tres décadas muy diferentes, puesto que todas han hecho gala de un gran estilo y pasión por la moda, pero también de una fuerte personalidad.
Cada una de ellas llevó un diseño que combinaba la elegancia clásica con detalles modernos, pero en diferentes enfoques. ¿Tomará inspiración de alguno de ellos la futura novia? ¿O elegirá un camino diferentes? Vamos a descubrirlos para comparar cuando veamos a Ana Cristina Portillo Domecq andando hacia el altar.
Original y “temático”: el vestido de Alejandra Osborne
La primera de las hermanas Osborne, Alejandra, que además fue la primera en casarse, puso el listón muy alto en cuanto a elegancia, pera también en personalidad y originalidad, puesto que su vestido de novio sorprendió y revolucionó a España entera. La hija de Bertín optó por un estilo de novia más tradicional, pero no con el significado que asumimos de dicha palabra, sino casi literalmente, puesto que la inspiración de su diseño era la Edad Media.
Compuesto por un vestido largo, blanco roto, con reminiscencias doradas y bastante florida y sencillo, y un espectacular abrigo sobre el modelo, en tono marrón, algo totalmente rompedor para las bodas por la iglesia. Fue una sorpresa para todo el mundo, incluido los propios padres de la novia: “Mi hija no me enseñó su traje de novia hasta horas antes de la boda. Y me había dicho: 'No te voy a decir cómo es... para que no te asustes”, explicó el propio Bertín.
Ella misma fue la diseñadora de este conjunto, dejando clarísima su peculiar personalidad. Y a eso se sumó la decisión de ir hasta el altar, acompañada por su padre, sin velo de ningún tipo, dejando ver perfectamente su cara y su espectacular peinado recogido.
Romántico y sofisticado: el vestido de Eugenia Osborne
Años después, le tocó el turno a la hermana mediana, Eugenia Osborne, y el enfoque de la joven sobre su vestido de novia fue completamente diferente al de su hermana mayor. Eugenia apostó por un diseño mucho más romántico y sofisticado, que, sin perder su personalidad, hacía que la joven destacara.
El diseño del creador Miguel Palacio, de gasa, también era largo y fluido, y contaba con escote asimétrico y con una serie de drapeados y cruces de telas alrededor del pecho y los hombros de la novia que conseguían una inspiración clásica pero actualizada.
Ella misma confirmó que no era su idea inicial: “Aunque Miguel me ha hecho esta maravilla, yo he aportado ideas. Al principio yo quería un traje de estilo hippy, pero luego me empeñé en que tenía que ser como los que salen en la película Gladiator”, explicó la novia a la revista Hola.
Para la ceremonia, Eugenia también decidió celebrar el momento sin velo alguno. La novia recurrió también a un recogido sencillo, que adornó con un par de peinas brillantes a los lados. Y decidió prescindir de grandes joyas, dando la sensación de mucha naturalidad y sencillez en su romántica combinación.
Pedrería pero moderno: el vestido de novia de Claudia Osborne
La última en casarse, y hace apenas 3 años, fue la más pequeña del clan, Claudia. En la misma iglesia que sus padres y sus hermanas, la joven dio el sí quiero con, quizá, el diseño más moderno de las tres hermanas. Recogiendo la silueta de corte imperio, la tercera hermana ayudada por las diseñadoras, dio una vuelta de tuerca al concepto.
Fue la firma de Jerez, T.ba, tras la cual se encuentran las hermanas diseñadora Mercedes y Fernanda López de Carrizosa, la encargada de realizar este diseño. Recto, largo, entallado y con palabra de honor, destacaba por contar con pedrería blanco sobre blanco por todo el cuerpo del vestido. A eso sumaron un abrigo largo, de organza, a modo de capa y que hacía las veces de cola por detrás. El look de Claudia destacaba por su modernidad, elegancia minimalista y un enfoque en las líneas puras y limpias.
También fue una elección sorpresa para la hija de Bertín “Claudia tenía una idea muy concreta, pero cuando llegó al showroom tuvo un flechazo con ese vestido y desechó por completo lo que tenía en mente. Nos había llamado antes indicándonos un poco lo que le apetecía, pero cuando llegó y se lo probó, cambió radicalmente de idea”, explicaron las diseñadoras.
Claudia eligió un recogido más tradicional, bajo y con la raya en el centro de la cabeza. Y también arriesgó un poquito más con las joyas, puesto que utilizó un collar gargantilla de brillantes con diseño clásico, que recuerda a las joyas históricas de las casa reales y que también es una herencia familiar. También unos largos pendientes que sumaban movimiento y aportaban mayor elegancia al conjunto.