De Leonor a Amalia de Holanda: así es la vida "fuera de palacio" de las jóvenes herederas que rompen el protocolo y apuestan por la naturalidad

Disfrutar de un día de playa con tus amigos y darte un chapuzón en el agua es un plan habitual llegada la época estival. Pero si eres la princesa Leonor, la cosa cambia (y mucho). Las imágenes en bikini en Uruguay de la hija de los reyes Felipe y Letizia publicadas este miércoles en una revista del corazón han dado la vuelta al mundo. Salvando las distancias, recuerdan a las de en su día Diana de Gales sobre el trampolín del gran yate de Dodi Al-Fayed surcando las aguas del Mediterráneo. 

Bien es cierto que ver a Leonor debutar en las portadas en bañador y con una actitud de lo más natural llama la atención. Pero no es la primera ni la última. Son muchas las royals que han sido captadas disfrutando de los rayos del sol. Sin ir más lejos, su propia madre, la reina Letizia, cuando navegaba en el yate 'Fortuna'. También la infanta Cristina paseando por las playas de Bidart o la infanta Elena, en unas vacaciones en Mallorca. Sin olvidarse de mencionar a la reina Mary de Dinamarca, la princesa Carolina de Mónaco, su hija Carlota Casiraghi, la princesa Charlene de Mónaco o Sofía de Suecia. 

Las jóvenes royals que destacan por su cercanía

Más allá de que ese momento en la playa, la princesa Leonor tampoco es la primera royal europea en acaparar el papel couché realizando alguna actividad cotidiana de forma natural y espontánea.  Otras lo han hecho antes que ella o, incluso, son ellas mismas las que han subido la imagen a sus redes sociales. Precisamente es lo que conquista: la normalidad. Son personas, como el resto de los mortales.

Un buen ejemplo de ello es Amalia de los Países Bajos, que se muestra natural y sin filtros. Son innumerables las imágenes que han visto la luz de la princesa de Orange en actitud relajada paseando en bicicleta, como la que protagonizó con once años en su primer día de instituto después del verano. O disfrutando de un día con sus amigas en vaqueros. No todo va a ser formalidad y mucho menos a esa edad, cuando lo único que quieren es sentirse como el resto.

Ingrid de Noruega es otra de las royals jóvenes más queridas por esa actitud cercana que mantiene en los actos públicos. Siempre saluda a todos y es la primera en mostrar su sonrisa. Se la ha visto esquiando y practicando surf. La nieta del rey Harald de Noruega es toda una ‘it girl’. Vaya dónde vaya suele ir con sus deportivas, incluso con sus vestidos de firma. Muestra de esa naturalidad que la caracteriza y de que los protocolos más estrictos de la realeza han quedado atrás.

Elisabeth de Bélgica también ha demostrado que los tiempos han cambiado. Es mucho más formal que las anteriores, pero se metió a los ciudadanos en el bolsillo con unas imágenes al natural y sin maquillaje durante su etapa en la Academia Militar. Vistiendo el uniforme, la hija de Felipe de Bélgica y Matilde de Bélgica reforzó una imagen responsable y comprometida con la corona. 

El caso de Lady Louise Windsor, la sobrina de Carlos III, es distinto porque aunque no es heredera, sí que ha conseguido ganarse el cariño de todos. Lleva por bandera la discreción, siguiendo los pasos de su padre, el príncipe Eduardo de Edimburgo.

De ella se sabe que es amante de la conducción de carruajes, una afición heredada de su abuelo, y ha llegado a trabajar en empleos de verano como cualquier otro joven a su edad.