Planes de lujo en Barcelona que no puedes perderte este verano

22 de julio de 2024, 19:00

A finales de mayo la Ciudad Condal acogía una de las grandes citas de moda del año, el desfile de la colección Crucero 2025 de Louis Vuitton celebrado en las inmediaciones del Parque Güell; ahora se está preparando para ser la sede de la Copa América 2024 a partir de agosto. Y hace pocos días se convirtió en el epicentro del lujo y la excelencia, ya que Dom Pérignon ha elegido la ciudad para ser la protagonista de su cita más emblemática: Révélations, un evento que tiene trascendencia internacional y en el que se desvela el proceso creativo de Vincent Chaperon.

Révélations comparte el arte de la marca: testimonia de manera anual cada añada, así como el esfuerzo que conlleva alcanzar la armonía y la perfección. Cada Vintage de Dom Pérignon comienza como un ciclo creativo de quince meses: desde el brote del viñedo en la primavera, el complejo proceso de ensamblaje después de la cosecha, hasta el momento final de la verdad de la revelación. Año tras año, se enfrentan a un nuevo desafío, confiando en el trabajo colectivo y la inspiración mutua.

En esta ocasión, Barcelona ha tomado el testigo como enclave para la presentación mundial de Dom Pérignon Vintage 2015, nacido de un año excepcionalmente contrastado, cuyo resultado se muestra táctil durante toda la degustación. Además, atrae emociones en cada sorbo. Pero este evento único también ha supuesto la puesta de largo de Dom Pérignon Vintage 2006. Los vinos de aquel año fueron inicialmente envolventes, y sus texturas abiertas y ricas.

A lo largo del reposo en las bodegas, las lías lo han llevado a su segunda Plénitude, una versión más depurada de sí mismo. La sensación en boca está marcada por una salinidad más presente, mientras que la amargura ha ganado en sutileza, aportando equilibrio. Y lo que más impresiona cuando lo pruebas es su textura, similar al nácar o la seda.

Arte, arquitectura y gastronomía

La Fábrica, el asombroso estudio del legendario Ricardo Bofill, ha sido el lugar seleccionado para la puesta de largo de ambas añadas. Una antigua fábrica de cemento, situada a pocos kilómetros de la Ciudad Condal y reconvertida en una catedral arquitectónica; un entorno que sobrecoge por su estética y misticismo. Y es que nos encontramos ante universo propio con geniales matices en la edificación, rodeado de jardines, que lo aísla y protege del mundo exterior.

En uno de sus imponentes espacios de altura infinita, con un gran dominio de la puesta escena, unos juegos intimistas de iluminación y una ambientación rebosante de personalidad, tuvo lugar una cena a cuatro manos: un diálogo creativo, centrado en el sentido del tacto, con los chefs Albert Adrià -una de las personas más influyentes en la gastronomía contemporánea- y el italiano Niko Romito, más el chef de Cave Vincent Chaperon.

Para cada secuencia del menú, los dos maestros culinarios han trabajado en un ingrediente común, pero abordado de manera diferente con texturas, temperatura y matices de contraste. Entre los pases, el ciclo de vida de la gamba roja, la lasaña vegetal o el ravioli de pollo a la parrilla con trufa negra. A partir de septiembre en el restaurante barcelonés Enigma, un templo gastro galardonado con Estrella Michelin y situado en un espacio con un diseño espectacular, Dom Pérignon y el chef Albert Adrià desvelarán una experiencia a medida inspirada en estas dos nuevas añadas y en el evento Révélations: lo harán mediante dos nuevas creaciones ideadas para sorprender a cualquier paladar y que solamente estarán disponibles durante ese mes.

Fotografía y pintura

Pero Barcelona también es arte e inspiración. Uno de sus museos que presenta continuas exposiciones en evolución es el Palau Martorell, un centro de arte situado en pleno barrio Gótico, concretamente en la plaza de la Mercè. Ocupa un monumental y solemne edifico neoclásico -construido entre 1886 y 1900, bajo la dirección del arquitecto Joan Martorell i Montells- en el que destacan sus columnas jónicas y dóricas, y en el que resulta inevitable no fijarse en las vidrieras multicolores de la claraboya en cuanto lo pisas.

Allí, por primera vez, la Maison ha abierto al público una exposición denominada TRACE, donde expresan y traducen el proceso de sus Vintages a través de una amplia variedad de obras artísticas en colaboración con un colectivo de talentos: dibujos, fotografías y textos que dan una idea del espacio y el tiempo en los que se desarrolla su discurso creativo. Estas imágenes, junto con la narrativa y otras obras artesanales, forman parte de una cápsula del tiempo que permanecerá en el Palau Martorell. La exposición finaliza con una obra icónica de arte Povera que el artista Giuseppe Penone obtuvo utilizando la técnica del frottage.

Mientras todo esto acontece sin tregua, la ciudad también se prepara para ser el escenario, a lo largo de las próximas semanas y hasta el mes de octubre, del evento náutico más prestigioso del mundo. La Copa América, que este año celebra su 37 edición, es la regata de vela más antigua del mundo (1851) y uno de los torneos deportivos en los que hay que enfrentarse a mayores desafíos.

Se puede visitar la exposición oficial en un espacio ubicado en el Port Vell, en el edificio IMAX, rodeado de barcos y en pleno corazón del puerto. Un lugar con gran tradición marítima y aconsejable para dar un paseo mientras se disfruta de los barcos y el Mediterráneo. Allí también se encuentra el restaurante oficial de la competición, el Vraba Restaurant. Es la propuesta del reconocido chef Albert Ventura, creada especialmente para la ocasión, basada en un muy buen producto mediterráneo (estupendos pescados y mariscos con constantes guiños a la cocina catalana). Y, atención, porque sus precios son comedidos a pesar del inmejorable espacio en el que está situado.