Se han puesto muy de moda las mascarillas negras por su acción détox y purificadora en el rostro, pero no todas son iguales. El riesgo está en las que se denominan peel-off, las que forman una película sobre la cara cuando se seca y se retiran de un solo "tirón".

Según la dermatóloga Elia Roó, "el mayor inconveniente de estas mascarillas es que no pueden retirarse con agua. Se adhieren firmemente a la piel y al quitarlas pueden eliminar el estrato córneo, la capa más superficial de la piel, y, por lo tanto, alterar su función protectora".

Posibles efectos

  • En pieles normales, irritación. Además del dolor que pueden causar al retirarlas, puede enrojecerse la piel o aparecer pequeñas heridas.
  • En pieles sensibles, dermatitis. O incluso puede provocar pequeñas dilataciones de los vasos, lo que se conoce como rosácea.
  • Eliminación de impurezas "relativa". La "fiebre" de este tipo de mascarillas procede de la promesa de eliminar los puntos negros e impurezas nada más aplicarlas. "Pero al cabo de pocas semanas van a volver, lo que nos obligaría a usarlas de forma continua", comenta la dermatóloga.

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Fuera puntos negros

Lo mejor es seguir el consejo de los dermatólogos y hacer un peeling suave de la piel, con exfoliantes que contengan en su formulación ácido salicílico, peróxido de benzoilo o retinoides.

Pero no todas las mascarillas negras son "peligrosas". Si tienes la piel apagada y quieres iluminar tu rostro, puedes usar las de carbón activo (algunas de ellas están mezcladas con arcillas), que se aclaran posteriormente. Son muy indicadas en pieles urbanitas, sometidas habitualmente a la polución.

Cómo usarlas

  • Limpia y seca bien la piel. Aplica una capa de la mascarilla, evitando sobre todo el contorno de ojos y los labios.
  • Espera de 10 a 15 minutos. Es el tiempo mínimo que necesitas para que el producto se seque bien.
  • Aclara con abundante agua tibia. Y después aplica tu crema habitual.

Las propiedades del carbón activo y las arcillas

Son componentes de origen vegetal, que tiene la propiedad de absorber desechos, toxinas e impurezas. Estas cualidades détox son las que lo hace recomendable en las limpiezas faciales con tendencia grasa o pieles mixtas (en estros casos se puede aplicar solo en la zona T: frente, nariz y barbilla). La frecuencia ideal sería una vez cada 7-10 días para asegurar la acción purificadora en la piel y después espaciar más su aplicación.

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