Si llevas unos días que te sientes hinchada y has cometido algunos excesos, una buena opción para adelgazar y conseguir que tu cuerpo recupere “su normalidad” es recurrir a caldos depurativos. No se trata de aparcar la comida para tomar estos caldos, sino de incorporarlos a la dieta para “animar” al organismo a eliminar las toxinas y los kilos que le sobran. Depurarse no significa dejar de comer.  Lo mejor es que sigas una dieta ligera y depurativa, pero que no te obligue a dejar de comer.

¿Qué pueden hacer los caldos depurativos por ti?

Los caldos depurativos son grandes aliados para el organismo por diferentes motivos:

  • Los puedes hacer a tu gusto, sin sal, azúcares añadidos, conservantes y otros añadidos que pueden no ser del todo beneficiosos para nuestra dieta.
  • Llenan el estómago y afrontar el momento de las comidas con menos apetito. Este efecto saciante hará te ayudará a comer menos cantidades.
  • Ayudan a eliminar líquidos, que causan hinchazón y pesadez y dificultan la pérdida de peso.
  • Regulan el tránsito intestinal. Tienen propiedades laxantes y ayudan a tu cuerpo a funcionar como un reloj.
  • Depuran el cuerpo, facilitando la eliminación de las toxinas  y los líquidos que no necesita. 
  • Mantienen una buena hidratación y nos ayudan a beber el líquido que necesitamos durante el día.

¿Cómo debes tomar los caldos depurativos?

Lo ideal es que tomes una tacita o cuenco de estos caldos antes de la comida o la cena (o de ambas). Puedes hacerlo durante 15 días seguidos tras una época de excesos y, después, incorporarla de vez en cuando a tu dieta.

Para que resulte más saciante, tómalo bien calentito, a sorbos pequeños y disfrutando de su sabor. Así conseguirás alargar el proceso y tu sensación de hambre irá desapareciendo poco a poco. 

Si quieres que realmente cumpla su función depurativa, no olvides retirar la verdura y reservarla para otra comida. Otra opción es utilizar el caldo para preparar una sopa ligera, cargada de fibra y minerales. En este caso, deja los tropezones de verdura y añade un poquito de pasta. ¡Será perfecta como primer plato para cualquier comida!

No tomes siempre los mismos caldos depurativos

Debes ser constante con los caldos si quieres alcanzar tu objetivo. Para ello es fundamental que no todos los días tomes el mismo. Cambia de sabores. Si siempre te llevas lo mismo a la boca, corres el riesgo de aburrirte y mandar al traste los buenos propósitos. Te proponemos varias recetas de caldos depurativos para que vayas alternándolas.

  • Un consejo. Para preparar un caldo cargado de propiedades nutritivas y gustativas, el agua del que se parta tiene que estar bien fría. Llena la olla o la cazuela en la que vayas a prepararlo de agua fría, añade la verdura y ponla al fuego. Este sencillo truco te ayudará a extraer todo su sabor y aprovechar sus nutrientes. ¿Por qué? Por dos motivos:
  1. Cuanto más tiempo cuece un alimento, más sabor recoge el plato
  2. Si ponemos los ingredientes en agua fría se absorberán más nutrientes porque estará más tiempo cocinándose.