Comer de táper hoy en día no significa ni comer mal ni comer poco, simplemente que en vez de casa lo haces en el trabajo y, por lo tanto, puedes hacerlo con recetas saludables pero que cumplan varios requisitos. El primero es que puedas prepararlas con antelación para no tener que levantarte a horas intempestivas y perder horas de sueño. El segundo, que aguanten bien hasta que vayas a comerlas: quizá tengas que refrigerarlas o darles un golpe de calor, pero que no estén pasadas o secas.
El tercer requisito es que sean fáciles de llevar y lleguen de una pieza, como suele decirse, lo que se traduce en que cremas y sopas son mejor para la cena. El cuarto que sean completas y saciantes, pero no copiosas: lo ideal es que te quiten el hambre y te ayuden a recuperar energías, pero sin provocarte una necesidad tremenda de echarte una siesta. Y, por último, que sean amenas, variadas y apetecibles porque, ya que no puedes comer en casa, al menos hacerlo a gusto.
Estos son los mejores amigos del táper
Si no tienes mucha experiencia en comer de táper, o la tienes pero te resulta aburrida y estás cansada de ella, aquí tienes varias ideas para empezar a preparar tu menú semanal.
- Carbohidratos. Arroz, pasta, quinoa y legumbres son una buena base para empezar a elaborar tus platos de táper ya que admiten recetas tanto frías como calientes y combinan con muchos alimentos. Si les añades proteínas te quedará un plato único y completo, muy cómodo para llevar al trabajo.
- Verduras. Si tu intención es comer saludable deberían tener gran protagonismo en tu menú, bien solas, bien como guarnición de un segundo plato o bien acompañando a los carbohidratos del punto anterior.
- Carnes magras asadas. Los redondos de pollo y pavo se hacen solos en el horno, son fáciles de llevar y están buenísimos de un día para otro. Combínalos con una buena guarnición de carbohidratos y verduras, por ejemplo arroz con pimientos, y obtendrás un plato único completo y equilibrado.
- Pescados en conserva. Atún, sardinas y salmón, encajan en ensaladas o como complemento de una buena base de verdura e hidratos. El pescado al horno tiende a quedarse seco, así que mejor para la cena a no ser que lo acompañes de una buena salsa, como el bacalao que encontrarás más abajo.
- Huevos. Revueltos y tortillas dan mucho juego y te garantizan un buen aporte de proteínas de alta calidad. El truco para que te llenen más es combinarlos con una buena proporción de verduras. Eso sí, mantenlo siempre refrigerados ya que en ese sentido son más delicados.
- Ensaladas "todo en 1". Gracias a métodos, como el del tarro, no tienes que renunciar a las ensaladas en las comidas para llevar al trabajo. Otro truco es llevar los ingredientes por separado en tarros o bolsitas de congelar, y mezclarlos en el momento de comer.
Así no te equivocarás con las cantidades
Si estás en casa y te sobra comida, no hay ningún problema: la guardas bien tapada en la nevera o incluso la congelas. Pero si te pasa eso en la oficina, ya es otra historia. No es buena idea volver con el táper cargado, puesto que así corres el riesgo de que la comida se estropee con tanto viaje.
Lo primero que tienes que tener en cuenta, es que aunque los táperes parezcan pequeños, suelen tener más capacidad que un plato. Por eso, calcula las cantidades colocando los alimentos en un plato normal, y luego pásalos a tu fiambrera.
Por regla general, se considera que la mitad del plato debe ser verdura, cruda o cocinada. Un cuarto del plato corresponde a los hidratos como pasta, arroz, quinoa, legumbre o patatas. Y el otro cuarto corresponde a la proteína, ya sea carne, pescado, huevo o proteína vegetal como tofu. En cuanto al postre, puedes optar por fruta fresca, compotas caseras o yogur que puedes endulzar con canela o miel si quieres pasar del azúcar.