“No pensamos hacer nada especial”, Tamara Falcó adelantaba los no-planes que rodearon el 73 cumpleaños de Isabel Preysler, la matriarca de toda una generación de artistas y ‘socialités’, que lo aprendieron todo de la mejor. La filipina lleva años convertida en el epítome de la clase, la elegancia, pero, además, de la imagen perfecta. Por ella no pasa el tiempo, aunque sí lo haga; lo único que ocurre es que la madre de Ana Boyer sabe muy bien cómo conseguir que Cronos sea especialmente benevolente con ella…
“En mi casa, mi madre siempre se ha cuidado mucho”, repite Isabel Preysler cuando alguien le pregunta por su aspecto. La ‘reina de corazones’ aprendió las bases de unos cuidados impecables en casa; el origen de todo. Aquella niña que creció en Manila veía cómo su madre se hidrataba la piel del rostro, cómo esta repartía las cremas con un espléndido masaje y ella, como quien aprende a ser educado al escuchar todos los ‘por favor’ y ‘gracias’ de su hogar, repitió. De eso se impregnó su ADN ‘beauty’ pero no fue lo único que hizo para ganar el pulso al tiempo.
¿Cómo ha cambiado el rostro de Isabel Preysler?
Hemos hablado con el Equipo Médico de la Clínica Mira+Cuetoa quienes le hemos pedido que analicen, cómo ha cambiado el rostro de Isabel desde que la conocimos en España a través de su matrimonio con Julio Iglesias, hasta ahora que acaba de cumplir 73 años. “Comparando imágenes de archivo observamos cómo ha ido cambiando el curso natural de su envejecimiento por las características anatómicas que tenía en su juventud. Tenía una cara más bien redonda, con un acortamiento del tercio inferior facial debido a un mentón pequeño, en comparación con los tercios superior y medio”, nos dicen de la Preysler de los años 70. “Actualmente, se observa mayor equilibrio y armonía en la proporción de dichos tercios, con una cara más ovalada y ángulos faciales marcados”.
¿A qué procedimientos quirúrgicos se habría sometido Isabel Preysler?
Para llegar esta transformación, estos expertos en medicina estética señalan que Isabel Preysler podría haberse realizado “infiltraciones de neuromoduladores y, quizás, blefaroplastia” en el tercio superior del rostro, “prótesis de pómulos y rinoplastia”, en el intermedio; mientras que en el inferior podría haber recurrido a “una prótesis de mentón” y haberse realizado “bichectomía y ácido hialurónico en labios”, además de un “llifting facial y cervical”. Y dicho de otro modo, operaciones en los párpados, nariz, pómulos, barbilla y extracción de grasa de la zona de la mandíbula.
Isabel Preysler sobrepasa la barrera de los años 70 con un aspecto que ha sido elogiado en numerosas ocasiones y que ha llegado a convertirse en una forma de negocio. No olvidemos que hace menos de un lustro, la madre de Tamara Falcó puso a la venta toda una línea cosmética, de lo más aspiracional, para que todas y todos pudieran soñar con ser ella. Pero, sobre todo, verse como ella.
Los tratamientos 'beauty' de Isabel Preysler
Procedimientos médicos pero, además, tratamientos exclusivos para que su piel luzca (casi) en plena juventud. Desde la Clínica Mira+Cueto apuntan a que algunos podrían ser los peelings químicos o tratamientos de luz pulsada intensa; que complementarían todo lo anterior. “Los tratamientos médico estéticos requieren una continuidad para mantener los resultados. Se determina un plan de tratamiento adaptado a las necesidades de su proceso de envejecimiento”. Todo esto, sumado a unos intachables hábitos de vida saludables, son el Santo Grial del que bebería Isabel Preysler.
¿Es posible verse como Isabel Preysler habiendo pasado la barrera de los 70?
Ahora sabemos todo lo que implica verse como Isabel Preysler, pero ¿está a al alcance de cualquiera? ¿Cualquiera puede verse como ella? Los expertos coinciden en una cosa: hay que adelantarse. “El proceso del envejecimiento no ocurre de un día para otro. A los 73 años es más difícil establecer rutinas o realizar procedimientos que nos lleven al punto en el que ella se encuentra actualmente”, por lo que esas rutinas de belleza deberían ser parte integradísima del día a día. “Se recomendaría empezar con buenos hábitos y protocolos médicos estéticos y/o quirúrgicos adecuados y adaptados a sus necesidades, que nos acompañen en el envejecimiento”, revelan.
No hay milagros. La receta de Isabel Preysler está clara: una genética estupenda (no hay más que observar a la 'mamma' de la familia), cuidados esmerados desde antes que aparezca la primera arruga y manos expertas que sepan como frenar, de manera óptima, el paso del tiempo. Solo así llegaremos a la madurez como la reina de corazones.