Da igual los años que pasen, que Isabel Preysler nunca deja de ser tendencia. 'Celebrity' de referencia, máximo exponente de la sofisticación. Una de esas 'socialités' cuyo prestigio viene precedido por unas historias de amor dignas de película.
Reconocida por su belleza y su elegancia, la madre de Tamara Falcó también puede presumir de haber vivido intensamente todos y cada uno de sus romances. Idilios con hombres poderosos que, con el tiempo, la han llevado a convertirse en la matriarca de una de las estirpes más mediáticas de la historia de la crónica social. Sus relatos de pasión llevan años colmando las portadas de las revistas del corazón. Todo en el ejercicio de dar forma a una vida que ha comprendido con una incombustible narrativa romántica. Por algo la llaman 'la reina de corazones'.
Julio Iglesias, un truhan casi fiel
A pesar de las variaciones en las versiones, todo apunta a que la historia entre Isabel Preysler y Julio Iglesias comenzó con un flechazo durante una fiesta a la que ambos estaban invitados. Un amor a primera vista que ocho meses después se oficializaba con la primera boda de la hispanofilipina. El 29 de enero de 1971, en la Iglesia de Illescas, en Toledo, Isabel contrajo matrimonio con el cantante. Lo hizo luciendo un vestido liso de manga larga y cuello algo, con un fajín en color champán a juego con los volantes de las mangas.
Una disposición ideal para ocultar el embarazo, porque sí: ya esperaban su primer hijo. Hija, en realidad. Primero vino Chábeli, después Julio José y después Enrique. Familia numerosa que duró siete años, y es que su relación no fue precisamente un camino de rosas. Con el tiempo se descubrirían las incontables infidelidades de él a ella. Situaciones tan flagrantes como que durante el viaje de novios tenía otra pareja en Buenos Aires de forma simultánea. Las deslealtades pasaron factura y se tomaron un 'break' que, tras incontables idas y venidas, culminó en su divorcio en 1978.
Carlos Falcó, abierto al humor
Poco antes de que la separación se hiciese efectiva y durante un pase privado de la película 'Fiebre del sábado noche' que la embajada norteamericana había organizado, Preysler conoció a Carlos Falcó y Fernández de Córdoba. Por aquel entonces, el marqués de Griñón ya se había divorciado de Jeannine Girod y estaba abierto al amor y al humor. Fue precisamente ese humor lo que encandiló a la 'socialité' y dos años después, en 1980, no dudó en contraer matrimonio con él. En secreto, eso sí.
Una vez que destapada la relación, y siempre procurando mantener a sus hijos al margen, el amor de Isabel volvió a primera línea del foco mediático. Un quid pro quo similar, puesto que la exposición también contribuyó a impulsar los negocios del marqués. Fruto de lo mucho que se querían, el 20 de noviembre de 1981 nació su hija en común: la inconfundible Tamara Falcó. Solamente cinco meses después de la llegada al mundo de la criatura, las cosas se truncaron. Rumores de separación que quedaron zanjados en 1985. Isabel se divorciaba. Otra vez.
Miguel Boyer, por sorpresa y para siempre
De los marquesados a la política. El tercer matrimonio de la Preysler pocos lo vieron venir. Y eso que los tortolitos llevaban meses viéndose en secreto en lugares como París, Marbella e Ibiza. Encuentros que, en muchas ocasiones, tenían junto a sus respectivos cónyuges, completamente ajenos a la llama del amor que se estaba encendiendo. Fue en marzo de 1986, a las puertas de la casa de Isabel en Arga, 1, cuando los paparazzi capturaron por primera vez una imagen de la pareja. Ya estaban separados, pero la noticia sonaba con fuerza.
Por aquel entonces, Boyer ocupaba el cargo de ministro de Economía, Hacienda y Comercio en el gabinete de gobierno de Felipe González. Tal fue el revuelo que él se vio obligado a dimitir, pero en ningún caso a romper con ella. El 2 de enero de 1988 se casaron por lo civil en los juzgados de la madrileña calle Pradillo, solamente con dos amigos como testigos. De esta historia de amor, que se consolidó en una casa conocida como'Villa Meona' —una vivienda en Puerta de Hierro con 16 cuartos de baño— nacería la quinta y última hija de los Preysler: Ana. También fue el último matrimonio que se le conoce, así como el más longevo. 25 años juntos que solo tuvieron un final cuando, en 2014, Boyer falleció por una embolia pulmonar.
Mario Vargas Llosa, un cuarto matrimonio frustrado
La realidad de la vida amorosa de Isabel volvía a sorprender a todos superando la ficción. Menos de un año después del fallecimiento de Boyer, reaparecía su nombre en los titulares de la crónica rosa. Esta vez junto al escritor peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura. En junio de 2015 fueron fotografiados juntos por primera vez mientras salían a comer por Madrid. Un romance que comenzó clandestino y que cada vez escondieron menos, llegando a planear casarse en la que sería la cuarta vez de la Preysler pasando por el altar. Nunca sucedió, puesto que el pasado 2022 se oficializó el final del noviazgo. ¿El motivo? Los celos.