La imagen de perfección y de modelo a seguir de la realeza, que durante décadas se ha intentado mantener muy ligada a la institución, hoy en día es inexistente. Si nuestra Familia Real tiene en su historia episodios de rupturas, enfrentamientos, tensiones o distanciamientos, la Corona real danesa no se queda muy atrás. El extinto matrimonio entre el hijo pequeño de la reina Margarita, Joaquín de Dinamarca, y Alexandra Manley llegó a acaparar la atención en su momento tras los rumores de crisis e infidelidad que lo rodeó. En los últimos años, la figura de la condesa Alexandra ha seguido muy presente a nivel mediático, pese a que está desvinculada de la Corona desde su separación en 2004. En cierta manera, la que fuera cuñada de Mary Donaldson sigue sin renunciar del todo a su estatus royal. Pero ¿quién es realmente la condesa Alexandra? ¡Vamos a conocerla!

SU LLEGADA A LA CORONA REAL DANESA

La historia entre Joaquín de Dinamarca y Alexandra comenzó en Hong-Kong, concretamente en enero de 1994. Además, su primera toma de contacto fue de la manera más orgánica posible, como las de antes: a través de una cena con amigos. Los caminos del hermano pequeño de Federico de Dinamarca y Alexandra se entrelazaron y, rápidamente, forjaron un fuerte vínculo. Menos de dos años necesitaron para darle el broche de oro a su affaire. El 18 de noviembre de 1995 tuvo lugar su enlace en una romántica boda en la capilla del castillo de Frederiksbor, una de las fortalezas más emblemáticas de todo Copenhague. Fruto de su amor nacieron sus dos hijos en común, Félix y Nicolás.

Los primeros años de su matrimonio fueron buenos; sin embargo, conforme la historia de Federico de Dinamarca y Mary Donaldson fue tomando forma, la relación de Joaquín y Alexandra comenzó a tambalearse. Debemos destacar que, durante años, los medios del país han señalado que Joaquín llegó a sentir auténtica fascinación por Mary desde su llegada a la familia. Fue en la boda de los actuales reyes de Dinamarca - en mayo de 2004-cuando la crisis sacudió la unión de Joaquín y Alexandra. En verano de ese año, todo saltó por los aires, y la tormenta mediática estaba sobre ellos: el matrimonio estaba fracturado. Los indicios para sostener esta teoría eran más que evidentes. En los últimos meses, habían acudido a los actos por separado, viajes a distintos países también por separado, y ninguna muestra de unidad. No obstante, el rumor que más fuerza tomó fue la presunta infidelidad de Alexandra hacia Joaquín de Dinamarca, que sepultaría por completo su matrimonio. 

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Con todo esto, la Casa Real danesa tenía que romper su silencio y contar qué estaba pasado. La institución organizó una rueda de prensa donde se habló de "diferencias", "desavenencias conyugales", y la temida palabra veía la luz: "trámites de separación". "Tras muchas y muy difíciles consideraciones, hemos decidido de mutuo acuerdo separarnos con intención de solicitar el divorcio más adelante", transmitió el portavoz encargado de leer el comunicado a los medios. Sin embargo, el divorcio no se hizo oficial hasta 2005.

Muy comentados fueron en aquel momento los términos de la separación, especialmente por lo bien parada que había quedado Alexandra. Tal y como pudimos conocer, la exmujer de Joaquín de Dinamarca pudo seguir utilizando su título de condesa de Frederiksborg hasta su segundo matrimonio con Martin Jørgensen. "Mi título de condesa significa mucho para mí, lo llevo con orgullo. La Reina me lo ha regalado y me siento orgullosa y humilde por ello". Y es que, cabe destacar que muchos medios daneses siempre han destacado que a la exmujer de Joaquín le gusta, y no poco, ese estatus de realeza al que nunca quieren renunciar del todo. Por otro lado, también recibió una casa valorada en un millón de euros y un sueldo hasta la mayoría de edad de su hijo Félix. Pero, sin duda alguna, lo que más impactó en su día fue que también se quedó con la tiara que la reina Margarita II le había regalo por la unión con su hijo. Una pieza de gran valor, tanto económico -por estar compuesta por diamantes y arcos de oro fino- como emocional. Tras esto, Margarita dejaría claro para los matrimonios venideros que "las joyas familiares son préstamos". 

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Como hemos mencionado, durante estos últimos años, la condesa de Frederiksborg ha demostrado que no le molesta lo más mínimo el interés mediático que despierta. Y es que se ha convertido en uno de los puentes principales entre los medios y la Corona danesa, algo que no le habría gustado mucho la familia.

LOS OTROS AMORES DE ALEXANDRA TRAS SU DIVORCIO CON FEDERICO

La condesa Alexandra solo necesitaría un par de meses pare recomponerse del final de su matrimonio y volver a confiar en las flechas de Cupido. La exmujer de Joaquín de Dinamarca encontró el amor en Martin Jørgensen, un conocido cámara de televisión con el que se casó en marzo de 2007 en la iglesia de Oster Egede Kirke. Aunque, de nuevo, la condesa experimentó la misma suerte que con su historia con Joaquín, ya que en 2015 rompieron. Hay que destacar que perdió su título de princesa tras casarse con él, que más tarde volvió a recuperar tras el nuevo divorcio.

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Seis años después, en 2021, conocimos otro noviazgo de Alexandra, esta vez con el empresario Nicolai Peitersen. Fue algo breve y fugaz, que solo llegó a sobrevivir durante 2 años. En enero de 2023 se anunció su ruptura y, además, la agente de prensa de Manley destapaba que una infidelidad había sido la culpable. "Lamentablemente, es cierto que la condesa Alexandra recibió la confirmación de que había alguien más", aseguraron.