A buen seguro que te encantan las recetas saludables o versátiles que puedes adaptar a tus necesidades. Por ejemplo, las cremas de verduras, las croquetas, las quiches o las empanadillas son platos con una receta base a la que puedes añadir los ingredientes que más te convengan, ya sean de temporada, sobras de otras elaboraciones o simplemente por una cuestión de gustos. Este sería el caso también de las albóndigas, un plato de siempre con mil posibilidades y que agradecen tanto grandes como pequeños.
Y no solo triunfan en nuestro país: también lo hacen en otros como en Italia, donde son más grandes; en China, donde tienen una variedad más clara con col y otra más oscura con tofu; en Holanda, que se asemejan a las nuestras pero se empanan como las croquetas; y por supuesto las típicas de Suecia, muy populares gracias a Ikea, y que suelen llevar mantequilla y especias.
Una de las ventajas de las recetas de albóndigas es que puedes prepararlas con antelación y reservarlas en la nevera hasta el último momento: bastará con que las calientes para disfrutar de un guiso casero lleno de sabor. También puedes hacer de más y congelarlas. Así de fácil.
¿Qué carne utilizar para hacer albóndigas?
Por lo general, cuando hablamos de albóndigas nos referimos a las de carne. No hay una regla específica sobre qué carne utilizar y puedes optar por la que quieras, pero lo que está claro es que a mayor calidad de la materia prima, mejor estarán las albóndigas. En casa las hacemos siempre con carne mixta, es decir, mitad ternera mitad cerdo. De esta manera conseguirás el equilibrio ideal entre sabor y textura: la de ternera cuenta con mucho sabor y menos grasa pero puede resultar algo gomosa, con lo que la grasa justa de la de cerdo aportará suavidad al resultado.
Si no quieres utilizar carne de cerdo o ternera, puedes decantarte por pollo o pescado. ¿Sigues una dieta vegetariana? Las albóndigas de quinoa, tofu, lentejas o garbanzos son buenas alternativas. En la selección posterior las encontrarás una receta a base de lentejas y espinacas, y otra con soja texturizada.
Trucos para que tus albóndigas salgan de 10
Preparar albóndigas no tiene demasiada complicación si sigues los pasos de la receta. De hecho, este plato fácil y sencillo es uno de los primeros que suele aprenderse. Como en todo, hay una serie de aspectos que tendrás que tener en cuenta para que te queden de lujo. Aquí los tienes:
- Picada. Para que las albóndigas resulten finas y agradables al paladar, la carne debe estar picada recientemente y ser de buena calidad. Lo ideal es que elijas el tipo de corte y la piquen delante de ti.
- Mejor fresca. Es verdad que muchas veces compramos la carne picada en formato familiar y congelamos la que no vamos a utilizar en ese momento. Aunque es una buena estrategia de ahorro, ten en cuenta que al descongelarla ya no tendrá la misma textura.
- Aglutinante. Para que las albóndigas no se deshagan necesitas darles cuerpo con harina, pan rallado o miga de pan mojada en leche Tampoco se recomienda manipularlas demasiado al darles forma: puedes romper la estructura de la carne y facilitar que se deshagan con el calor de las manos.
- Huevos. Puedes utilizarlos como aglutinante pero no te pases con la cantidad porque sino las albóndigas no quedarán tiernas sino más bien duras. La fórmula sería 1 huevo por cada kilo de carne.
- Especias. Sal, pimienta, cebolla, ajo, perejil y un ligero toque a nuez moscada suelen ser los condimentos estrella. Si las haces de pollo, añade curry.
En la siguiente selección encontrarás recetas de albóndigas fáciles y variadas, desde las tradicionales elaboradas con carne mixta hasta varias de pescado e incluso vegetarianas con lentejas o soja texturizada.