Si escuchas la palabra turquesa, seguramente lo primero que llegue a tu mente sea su dulce color azulado. O quizá pienses en la piedra preciosa. Pero ¿cuál fue antes?
Fue el mineral que, en realidad, puede tener tonalidades muy distintas, quien le dio su nombre a este color tan específico. Pero no es eso de lo que venimos a hablar hoy, sino de las propiedades curativas y energéticas de este precioso mineral.
Y si te interesa este tema, aparte de la turquesa, existen otras piedras preciosas como Ágata, Aguamarina, Alejandrita, Ámbar, Cuarzo, Diamante, Fluorita, Esmeralda, Granate, Hematita, Jade, Kunzita, Labradorita, Lapislázuli, Malaquita, Ojo de tigre, Perla, Pirita, Rubí, Shungita, Topacio, Turmalina, Unaquita, Zafiro y Zircón, con diferentes propiedades especiales cada una.
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¿Qué es y para qué sirve la turquesa?
La turquesa es una piedra preciosa. Usualmente, tiene un tono azul verdoso muy característico. De hecho, el color que suele representarla lleva su nombre, el turquesa.
Desde la antigüedad, esta piedra se ha utilizado para decorar todo tipo de objetos. También es habitual su uso en el arte de la joyería.
Sin embargo, muchos astrólogos y curanderos aseguran que llevar contigo una turquesa no solo te aporta belleza. Esta piedra puede protegerte de muchos males, ayudándote a conectar con tu energía positiva.
¿Qué poder tiene la piedra turquesa? Beneficios espirituales
La turquesa es una piedra muy especial, asociada a gran cantidad de beneficios espirituales.
Según los astrólogos, esta piedra tiene un gran poder sanador,relacionado con su capacidad de calmar y relajar. Es por eso que se recomienda mucho a personas con ataques de pánico o de ansiedad. Puede ayudar a disminuir el estrés, el nerviosismo y la tensión.
Esta piedra también está relacionado con la protección frente a malos augurios. De hecho, en la antigüedad se pensaba que esta piedra cambiaba de color para alertar a su portador de la presencia de una energía negativa. Cuando el problema se evitaba o se solucionaba, la joya volvía a su color.
También se recomienda la turquesa como piedra energética a quienes viajan a menudo. Y es que, además de aportar fortuna, prosperidad y salud, esta joya puede proteger a su poseedor de accidentes, incendios y robos.
Para acabar, los expertos afirman que esta piedra preciosa puede ayudar a las parejas en la reconciliación, aportando armonía y estabilidad a la relación. Además, mejora el deseo sexual.
Propiedades curativas de la turquesa
Además de ayudar en muchos aspectos emocionales, algunos curanderos afirman que las propiedades energéticas de la turquesa pueden tener beneficios para la salud física.
En particular, la turquesa ayuda (supuestamente) con:
- El asma.
- La depresión.
- La gota.
- Los dolores estomacales.
- El reuma.
- Las infecciones de pulmón.
- La garganta.
Recuerda que el uso de piedras no sustituye nunca a la atención de un médico especializado.
¿Cómo meditar con una turquesa?
La turquesa está relacionada con el quinto chakra, el de la garganta. Cuando está bloqueado, impide la autoexpresión, la comunicación y la sinceridad. Por suerte, por medio de la meditación podemos conseguir liberarlo.
Para ello, la turquesa puede resultarnos muy beneficiosa. Todo lo que tienes que hacer es buscar una postura cómoda. Coloca la piedra sobre tu garganta y respira profundamente. Cuando alcances un estado de relajación adecuado, vuelca tu atención en el mineral.
Debes visualizar la luz de la turquesa e irradiarla hacia tu garganta, imaginando como llena todo con su fulgor.
Después de varias meditaciones, tendrás que limpiar y recargar la piedra. Para ello la colocarás sobre un pequeño monte de sal durante toda la noche. Al llegar la mañana, deberás enjuagarla con agua. Sécala bien y tendrás lista de nuevo tu turquesa.
Tipos de piedras turquesas
Como te adelantaba, las turquesas pueden ser de colores muy diferentes. Según su tonalidad, se clasifican de la siguiente manera:
- Azules: deben su tonalidad a la presencia de cobre en su composición química.
- Púrpura: este color se produce cuando el cobre se mezcla con el estoncio.
- Verde: la presencia de hierro hace que la turquesa tenga una tonalidad más verdosa. Si es un color herbáceo, entonces es probable que encontremos óxido de vanadio en su composición.
- Colores cálidos (amarillo, pardo, marrón): estos tonos se deben a la presencia de hidróxido de hierro.
- Blancas o grisáceas: estas tonalidades aparecen cuando la turquesa contiene caolinita o cuarzo en su composición.
¿De qué te protege la piedra turquesa?
La piedra turquesa protege a su portador de las malas energías. En especial, puede prevenirnos de accidentes, robos e incendios. Es por eso que se recomienda en especial a personas que viajan muy a menudo.