Los poemas cortos para niños pueden ser una gran herramienta didáctica, tanto en el colegio como en casa. Aprender a amar la lectura desde la infancia es fundamental para el desarrollo académico de los más pequeños.
Por eso, si quieres un ejemplo de poema corto para niños o quieres enseñarles a hacer un poema corto y fácil, has llegado al lugar adecuado.
Hoy te traemos 25 poemas cortos para niños que encantarán a los más peques de la casa, perfectos tanto para actividades educativas como para enseñarles a amar la literatura.
¿Qué poemas cortos son mejor para niños?
A lo largo de la historia de la literatura, muchos grandes autores y autoras se han dedicado a la poesía infantil. Este tipo de piezas suelen tener un buen equilibrio entre sencillez y moralejas, que enseñan a la vez que enamoran a los más pequeños.
Muchos de esos poemas son cortos y fáciles de aprender gracias a su formato. Las rimas hacen que aprender diferentes palabras sea mucho más sencillo, algo ideal para actividades escolares.
¿Cuáles son las mejores poesías para niños?
Algunas de las mejores poesías para niños que podemos encontrar en español son las que escribía la gran poetisa española Gloria Fuertes, que dedicó gran parte de su obra a los más pequeños.
Gabriela Mistral, ganadora del Nobel de Literatura en 1945, es otra gran autora de poemas para niños. Cualquiera de las poesías de estas autoras será una buena opción para presentar antes menores de 12 años.
El gallo despertador, de Gloria Fuertes
Gloria Fuertes (1917 – 1998) fue una de las poetisas más importantes de la generación del 50, movimiento posterior a la primera generación de posguerra. Durante los 70, se dedicó a colaborar en programas infantiles y juveniles de Televisión Española, que dieron fuerza a su labor poética.
Kikirikí,
estoy aquí,
decía el gallo
Colibrí.
El gallo Colibrí
era pelirrojo,
era su traje
de hermoso plumaje.
Kikirikí
Levántate campesino,
que ya está el sol
de camino.
Kikirikí
Levántate labrador,
despierta con alegría,
que vienen el día.
Kikirikí
Niños del pueblo
despertad con el ole,
que os esperan en el “cole”.
El pueblo no necesita reloj,
le vale el gallo despertador.
Agua, ¿dónde vas?, de Federico García Lorca
El gran representante de la generación del 27, Federico García Lorca (1898 – 1936) también dedicó parte de su obra a los más pequeños. Este que leerás a continuación es uno de sus mejores poemas para niños que escribió.
Agua, ¿dónde vas?
Riendo voy por el río
a las orillas del mar.
Mar, ¿adónde vas?
Río arriba voy buscando
fuente donde descansar.
Chopo, y tú ¿qué harás?
No quiero decirte nada.
Yo…, ¡temblar!
¿Qué deseo, qué no deseo,
por el río y por la mar?
Cuatro pájaros sin rumbo
en el alto chopo están.
‘Sol de invierno’ de Antonio Machado
Antonio Machado (1875 – 1939), poeta destacado de la generación del 98, también dedicó parte de su obra a la poesía infantil. Aquí tienes un ejemplo de cómo fueron sus poemas para niños.
Es mediodía. Un parque.
Invierno. Blancas sendas;
simétricos montículos
y ramas esqueléticas.
Bajo el invernadero,
naranjos en maceta,
y en un tonel pintado
de verde, la palmera.
Un viejecillo dice,
para su capa vieja:
«¡El sol, esta hermosura
de sol!...» Los niños juegan.
El agua de la fuente
resbala, corre y sueña
lamiendo, casi muda,
la verdinosa piedra.
Canción de cuna del elefante, de Adriano del Valle
Adriano del Valle (1895 – 1957) fue un poeta, escrito de cuentos y pintor español. Se considera parte de la generación del 27, cercano al ultraísmo y el creacionismo.
El elefante lloraba
porque no quería dormir…
—Duerme, elefantito mío,
que la luna te va a oír…
—Papá elefante está cerca;
ya se le oye mugir;
duerme, elefantino mío,
que la luna te va a oír…
El elefante lloraba
(¡con un aire de infeliz!),
y alzaba su trompa al viento…
Parecía que la Luna
se limpiaba la nariz…
Mariposa del aire, de Federico García Lorca
Federico García Lorca (1898 – 1936) repite en nuestro recopilatorio con esta preciosa poesía que dedica a la belleza de una mariposa. Ideal, por su brevedad, para ser memorizada por niños.
Mariposa del aire,
qué hermosa eres,
mariposa del aire,
dorada y verde.
Luz del candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!...
No te quieres parar,
pararte no quieres.
Mariposa del aire
dorada y verde.
Luz de candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!...
¡Quédate ahí!
Mariposa, ¿estás ahí?
Pegasos, lindos pegasos, de Antonio Machado
Antonio Machado (1875 – 1939) también se gana un puesto adicional en este recopilatorio de poemas para niños. Lo hace con este precio poema que resulta tan evocador, en el que los caballitos de madera se convierten en un reflejo de la infancia.
Pegasos, lindos pegasos,
caballitos de madera.
Yo conocí siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.
En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.
¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!
Así es, de María Elena Walsh
María Elena Walsh (1930 – 2011) fue una poetisa, escritora, dramaturga, cantautora y compositora argentina. Se la consideró como el “mito viviente, prócer cultural y blasón de casi todas las infancias”.
El cielo es de cielo,
la nube es de tiza.
La cara del sapo
me da mucha risa.
La luna es de queso
y el Sol es de sol.
La cara del sapo
me da mucha tos.
Otoño llegó, de Gloria Fuertes
Gloria Fuertes (1917 – 1998) consigue de nuevo un lugar en este recopilatorio de poemas para niños con esta preciosa y breve poesía. Ideal para explicar a los más pequeños las estaciones del año.
Otoño llegó, marrón y amarillo.
Otoño llegó y hojas secas escampó.
El viento de otoño sopla soplará,
con las hojas secas me dejan jugar.
Llega el invierno, de Marisol Perales
Marisol Perales (1979) es una profesora de infantil y primaria que compagina la docencia con la actividad literaria en diferentes formas: editoriales, cinematográficos y discográficos. Por supuesto, gran parte de su obra la dedica a los niños. Seguro que algunas de sus canciones te suenan: La gallina Coco-uá, El gato negro, Baila con el Hula-Hop o El trenecito de Enrique y Ana son algunas de las obras en las que figura como coautora.
El señor invierno
se viste de blanco,
se pone el abrigo
porque está temblando.
Se va a la montaña,
se mete en el río,
y el parque y la calle
se llenan de frío.
Se encuentra a la lluvia
llorando, llorando,
y también al viento
que viene soplando.
¡Ven amigo sol!
Grita en el camino,
pero el sol no viene
porque se ha dormido.
Los ratones, de Lope de Vega
Félix Lope de Vega (1562 – 1635) fue uno de los dramaturgos y poetas más relevantes del Siglo de Oro español. La gran extensión de su obra hizo que se le considere uno de los autores más prolíficos de la literatura universal. Y entre tantas producciones, sin duda encontramos algunos de los más bellos poemas para niños.
Juntáronse los ratones
para librarse del gato;
y después de largo rato
de disputas y opiniones,
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel,
que andando el gato con él,
librarse mejor podrían.
Salió un ratón barbicano,
colilargo, hociquirromo
y encrespando el grueso lomo,
dijo al senado romano,
después de hablar culto un rato:
—¿Quién de todos ha de ser
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?
De ola en ola, de Antonio García Teijeiro
Antonio García Teijeiro (1952) es un escritor español en lengua gallega. Su obra se dedica principalmente a los niños, por lo que se le considera uno de los poetas para niños más importantes del panorama literario actual.
De ola en ola,
de rama en rama,
el viento silba
cada mañana.
De sol a sol,
de luna a luna,
la madre mece,
mece la cuna.
Esté en la playa
o esté en el puerto,
la barca mía
la lleva el viento.
Las gaviotas, de Julián Alonso
Julián Alonso (1955) es un poeta y narrador miembro de la A. E. de Críticos del Arte. Fue responsables de varios programas de RNE en los 80 y colaborador de “El Norte de Castilla”
Mira las gaviotas
Volando en el puerto
Con sus alas blancas
Abiertas al viento.
Parecen cometa
Parecen pañuelos
Son sábanas blancas
que van por el cielo.
Pobre burro, de Gloria Fuertes
Gloria Fuertes (1917 – 1998) consigue un nuevo lugar en nuestro recopilatorio con este precioso poema sobre el pobre burro. Una pequeña poesía con moraleja que incitará a los más pequeños a estudiar y aprender.
El burro nunca dejará de ser burro.
Porque el burro nunca va a la escuela.
El burro nunca llegará a ser caballo.
El burro nunca ganará carreras.
¿Qué culpa tiene el burro de ser burro?
En el pueblo del burro no hay escuela.
El burro se pasa la vida trabajando,
tirando de un carro,
sin pena ni gloria,
y los fines de semana
atado a la noria.
El burro no sabe leer,
pero tiene memoria.
El burro llega el último a la meta,
¡pero le cantan los poetas!
El burro duerme en cabaña de lona.
No llamar burro al burro,
llamarle “ayudante del hombre”
o llamarle persona.
Los sueños, de Antonio Machado
Volvemos con Antonio Machado (1875 – 1939) para descubrir los sueños desde su preciosa poesía para niños. Ideal para antes de ir a dormir.
El hada más hermosa ha sonreído
al ver la lumbre de una estrella pálida,
que en hilo suave, blanco y silencioso
se enrosca al huso de su rubia hermana.
Y vuelve a sonreír porque en su rueca
el hilo de los campos se enmaraña.
Tras la tenue cortina de la alcoba
está el jardín envuelto en luz dorada.
La cuna, casi en sombra. El niño duerme.
Dos hadas laboriosas lo acompañan,
hilando de los sueños los sutiles
copos en ruecas de marfil y plata.
La merienda, de Ana María Romero Yebra
Ana María Romero Yebra (1945) es una poeta y maestra que actualmente vive en Almería, donde ejerce como docente en un colegio público de educación primaria. Su implicación en la docencia le ha llevado a impartir diversos talleres de animación a la lectura y a participar en diversos Congresos y Jornadas de Literatura Infantil.
Hoy vienen mis amigos
a merendar
bizcocho y chocolate
que hace mamá.
Luego, sobre la alfombra,
nos cuenta un cuento.
No hay en toda la tarde
mejor momento.
Hoy es de una princesa
que está encantada.
Mientras tanto, la tele,
sigue apagada.
Crepúsculo, de Baldomero Fernández Moreno
Baldomero Fernández Moreno (1886 – 1950) fue un poeta y médico rural argentino. Fue académico de la Academia Argentina de las Letras y su poesía ha inmortalizado la estética de los barrios porteños. Parte de su obra es también apta para los más pequeños, como descubriremos a continuación.
El cielo azul
con nube blanca.
El cielo azul
con nube rosa.
El cielo azul
con nube de oro.
Y un pajarito negro.
Todo está en su sitio, de Gloria Fuertes
Con este adorable poema para niños, Gloria Fuertes (1917 – 1998) consigue un sitio más en nuestro recopilatorio. Una poesía breve y con moraleja, como acostumbraba a hacer la autora.
Los lobos en el monte,
los pollitos en el corral,
los peces en el agua,
los barcos en el mar.
Ya todo está en su sitio,
ya todo en su lugar.
Los niños en la escuela
y los patos a volar.
La vaca estudiosa, de María Elena Walsh
María Elena Walsh (1930 – 2011) repite en esta lista de poemas cortos para niños con esta poesía que, aunque no podemos clasificarla como demasiado breve, tiene una moraleja que todos los pequeños deberían escuchar.
Había una vez una vaca
en la Quebrada de Humahuaca.
Como era muy vieja,
muy vieja, estaba sorda de una oreja.
Y a pesar de que ya era abuela
un día quiso ir a la escuela.
Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.
La vio la maestra asustada
y dijo: – Estas equivocada.
Y la vaca le respondió:
¿Por qué no puedo estudiar yo?
La vaca, vestida de blanco,
se acomodó en el primer banco.
Los chicos tirábamos tiza
y nos moríamos de risa.
La gente se fue muy curiosa
a ver a la vaca estudiosa.
La gente llegaba en camiones,
en bicicletas y en aviones.
Y como el bochinche aumentaba
en la escuela nadie estudiaba.
La vaca, de pie en un rincón,
rumiaba sola la lección.
Un día toditos los chicos
se convirtieron en borricos.
Y en ese lugar de Humahuaca
la única sabia fue la vaca.
En el día del cumpleaños, de Germán Berdiales
Germán Berdiales (1896 – 1975) fue un maestro, periodista, poeta y escritor cuya obra se recuerda por incentivar el hábito de la lectura entre los más pequeños.
1, 2. 3,
4, 5 y 6
es la cuenta, larga cuenta
de mis años.
Si la saco
con ayuda de los dedos:
Tengo 1, tengo 2 y tengo 3,
tengo 4, tengo 5 y… ¡Falta el 6!
Porque tengo tantos años
que esta vez
no me alcanzan los deditos
de la mano.
1, 2 y 3,
4, 5 y 6,
es la cuenta, larga cuenta,
de mis años.
Miedo, de Gabriela Mistral
Gabriela Mistral (1889 – 1957) poetisa chilena y ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1945, dedicó gran parte de su obra a la infancia. Algo razonable teniendo en cuenta que, además de autora, esta gran mujer era profesora y pedagoga.
Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan;
se hunde volando en el Cielo
y no baja hasta mi estera;
en el alero hace el nido
y mis manos no la peinan.
Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan.
Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.
Con zapatitos de oro
¿cómo juega en las praderas?
Y cuando llegue la noche
a mi lado no se acuesta…
Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.
Y menos quiero que un día
me la vayan a hacer reina.
La subirían al trono
a donde mis pies no llegan.
Cuando viniese la noche
yo no podría mecerla…
¡Yo no quiero que a mi niña
me la vayan a hacer reina!
La rama, de Octavio Paz
Octavio Paz (1914 – 1998) fue un poeta, diplomático y ensayista mexicano que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1990. Algunos de sus poemas son ideales para niños, como este que te dejamos a continuación.
Canta en la punta del pino
un pájaro detenido,
trémulo, sobre su trino.
Se yergue, flecha, en la rama,
se desvanece entre alas
y en música se derrama.
El pájaro es una astilla
que canta y se quema viva
en una nota amarilla.
Alzo los ojos; no hay nada.
Silencio sobre la rama,
sobre la rama quebrada.
Las cinco vocales, de Carlos Reviejo
Carlos Reviejo (1942) es un escritor español especializado en literatura infantil. Tras sus primeros años dentro del campo de la poesía para adultos, encontró su lugar en la poesía para niños, como podrás descubrir en este bello poema.
Con saltos y brinco
Del brazo las cinco
Muy poco formales
Vienen las vocales
¿Las conoces tú?:
a, e, i, o, u.
A, grita que grita,
se enfada y se irrita
Y se va al teatro.
Sólo quedan cuatro.
E, llama que llama,
Se marcha a la cama
Con dolor de pies.
Sólo quedan tres.
I, chilla que chilla,
Se sube a una silla
Porque ve un ratón
Sólo quedan dos.
O, rueda que rueda
Sálvese quien pueda
Rodando se esfuma.
Sólo queda una.
U, muy asustada,
Se ve abandonada
Y se va a la luna.
No queda ninguna.
¿Las recuerdas tú?:
a, e, i, o, u.
La escuela, de Eduardo Soler Fiérrez
Eduardo Soler Fiérrez (1942 – 2021) fue un poeta y escritor jienense, que consiguió ser Premio Nacional del Libro en 1997 por Canto y Cuento, increíble obra de la literatura infantil que todo maestro o implicado en la educación de un niño debería tener en casa.
Clases de pequeños,
clases de mayores,
pupitres y sillas,
pizarras y flores,
libros y cuadernos,
tizas, borradores,
lápices y gomas
de muchos colores.
Tiene un patio grande,
jardín, corredores,
y niños y niñas
con sus profesores.
‘Abril’ de Juan Ramón Jiménez
Juan Ramón Jiménez (1881 – 1958) fue un poeta español ganador del Premio Nobel de Literatura en 1956. Se destacaba en el gran grueso de su obra Platero y yo, ideal para la lectura infantil. Aquí encontrarás otro gran ejemplo de cómo el autor se acercaba a la poesía para niños.
El chamariz en el chopo.
-¿Y qué más?
El chopo en el cielo azul.
– ¿Y qué más?
El cielo azul en el agua.
– ¿Y qué más?
El agua en la hojita nueva.
– ¿Y qué más?
La hojita nueva en la rosa.
– ¿Y qué más?
La rosa en mi corazón.
– ¿Y qué más?
¡Mi corazón en el tuyo!
‘Los gatos’ de Marisa Alonso Santamaría
Marisa Alonso Santamaría es una poeta y escritora de literatura infantil. Es la autora de libros como Fantasía en Poesía o Las Cucusillas. Colabora, además, con medios digitales infantiles.
Por favor, no llores,
no das mala suerte,
dice el gato blanco
abrazándolo fuerte.
Si por tu color
dicen que eres malo,
no les hagas caso
mira hacia otro lado.
Aunque seas negro
yo te quiero igual,
si te marchas lejos
me sentiré mal.
El gatito negro
ha dado un suspiro,
y muy agradecido
abraza a su amigo.