Os sorprenderían las veces que me hacen esta pregunta. La falta de conocimiento nos lleva muchas veces a equivocarnos a la hora de escoger el champú, acondicionador, mascarilla o tratamiento en el salón. Si nos tomamos en serio la salud de nuestra piel y utilizamos cremas hidratantes de calidad y acorde a las necesidades de nuestra piel, ¿por qué no hacer lo mismo con nuestro cabello? En este post despejaré tus dudas y aprenderás la diferencia entre hidratar, nutrir o reparar.
Así, antes de empezar, tenemos que entender qué es cada cosa:
- Nutrir es el alimento.
- Hidratar es el agua.
- Reparar es el cemento, imprescindible para que el cabello no se rompa si está dañado, ya que no conseguiremos nada nutriéndolo o hidratándolo.
Un buen diagnóstico es la clave
Cristina viene por primera vez a hacerse un estudio de su cabello y piel con la cámara de diagnóstico. Tiene el cabello natural muy rizado, fino y tremendamente seco, y cómo no… el encrespamiento la acompaña siempre.
Utiliza muchos productos y mascarillas. Me cuenta que incluso se hizo un tratamiento de proteínas para recuperar la suavidad y que se lo resecó aún más. El grado de porosidad de este cabello es alto, y sin embargo no está dañado. Está sediento, por lo que al aportarle proteína para rellenarlo o reconstruirlo solo consiguió endurecerlo y resecarlo más. ¿La solución para el pelo de Cristina? ¡La hidratación!
¿Qué es la porosidad del cabello?
¿Has oído hablar de este concepto? Seguro que sí, los profesionales solemos utilizar este término en muchas ocasiones. La porosidad es la habilidad que tiene cada hebra de cabello para absorber y retener la hidratación. En otras palabras, es la facilidad con que el agua y otras sustancias entran o salen del cabello.
Fino, encrespado, graso, débil, muy castigado... Muchos de los problemas que presenta tu cabello, tiene que ver con la porosidad. Si tienes el pelo estropeado y ya no sabes qué hacer, te damos todas las claves para tener una melena perfecta y bien cuidada.
¿Y cómo puedo saber el grado de porosidad de mi cabello?
Si quieres saber cómo es tu cabello, acude a tu salón de confianza. Es la forma más efectiva de descubrirlo y, además, también te guiará a la hora de escoger los productos adecuados para ti. Pero si quieres averiguarlo tú misma, aquí te dejo esta sencilla fórmula:
Prueba de porosidad en casa
- Coge 2 o 3 cabellos. Puedes aprovechar cuando te cepilles el pelo para recogerlos, procura que esté lo más limpio posible, sin excesos de producto.
- Pon los cabellos en un vaso transparente con agua.
- Espera un par de minutos y fíjate en el resultado.
Resultado
1. Porosidad baja. Si el cabello se mantiene cerca de la superficie significa que la cutícula es tan compacta que el cabello se resiste a absorber la hidratación.
- Si utilizas productos que sean para recuperar el cabello dañado, lo único que conseguirás será aportar peso y el cabello perderá brillo. En estos casos lo ideal es utilizar champús y acondicionadores hidratantes.
2. Porosidad normal o media. Este cabello se quedará en la mitad del vaso más o menos. Si es tu resultado tienes suerte, este tipo de cabello requiere poco mantenimiento. La cutícula no está tan cerrada, por lo que permite que el agua pase y penetre en el cabello sin exceso, manteniendo una humectación adecuada.
- Utiliza un champú y acondicionador hidratante para uso diario, y una vez a la semana aplícate una mascarilla nutritiva. No te confíes, ya que si no le aportas un mínimo de cuidados, corres el riesgo de que con el tiempo se vuelva más poroso.
3. Porosidad alta. Es lo más común en cabellos que han sido tratados químicamente con alisados, decoloraciones o tintes de baja calidad, así como por el uso continuo de altas temperaturas con planchas, secadores, etc.
- Si es tu caso significa que la cutícula del cabello puede estar dañada o muy abierta lo que puede provocar la aparición de las temidas puntas abiertas. Entrará un exceso de agua y favorecerá el encrespamiento. El problema principal de estos cabellos es que tan rápido como entran los productos con la misma facilidad se van. No retienen la hidratación en el cabello. Aquí sí es importante nutrir e hidratar el cabello. Y si está muy dañado, lo primero siempre será repararlo.
Aunque ahora ya podrás identificar el tipo de cabello que tienes, no siempre será sencillo dar con el producto adecuado para ti. No te desanimes, los profesionales llevamos años formándonos para poder dar con el tratamiento o producto ideal para cada cabello, así que si, a pesar de estos consejos, tu cabello no mejora, no dudes en escribirme y encontraremos la solución.