Bailarinas que se parecen cada vez más a las zapatillas de punta que se usan en ballet, faldas de tul que son casi tutús, chaquetas cruzadas que podrían usarse para una clase, bodis que son auténticos maillots y lazos en el pelo que nos recuerdan a las protagonistas de los ballets románticos. La tendencia balletcore sigue muy presente en la moda actual, pero lo de su influencia en el ámbito del fitness, con disciplinas como el barré, no lo vimos venir...

Seguramente has visto a muchas famosas practicar ejercicio en barras de ballet. No es que de pronto todas quieran convertirse en bailarinas, sino que han descubierto las virtudes de esta nueva corriente fitness que se inspira en los beneficios de la danza. Entre ellas, el barré es la disciplina que está causando furor, ya que "mezcla un entrenamiento funcional con una 'clase de danza', combinado con movimientos de yoga, posiciones de pilates y ballet, todo al ritmo de la música", según nos explica Carla Poch, exbailarina, coach y profesional de la disciplina.

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El barré, la nueva disciplina de moda

La experta explica que a gran peculiaridad del barré es que es un entrenamiento que se realiza con el soporte de la “barra” de ballet, de la cual toma el nombre. Así, señala que "consiste en una disciplina de bajo impacto pero alta intensidad", en la que se trabaja tanto en la barra, como en el suelo y en el centro del aula (sin barra).

Apto, pero no "para" bailarines

"Depende de la modalidad que se enseñe, las clases, se desarrollan como si fueran una coreografía, aunque basándose en una estructura tipo clase de HIIT, fuerza o resistencia, por lo que es apto para bailarines y no bailarines", aclara Poch. También recalca la diferencia respecto al Ballet Fit, es decir, "aunque es un entrenamiento que puede favorecer a los bailarines, está enfocado a todo tipo de público".

Así nació

Según nos explica la coach, esta disciplina que hoy consideramos tan novedosa, tiene su origen en Londres, donde Lotte Berk, una bailarina judía que escapó de la Alemania nazi, creó una disciplina de entrenamiento que combinaba sus conocimientos de ballet con sus ejercicios de rehabilitación por una lesión de espalda.

"Ella creó un método de 'ballet para no profesionales', que arrasó hasta el punto de que una de sus alumnas, Lydia Bach, compró los derechos y lo llevó a Nueva York, donde se popularizó en todo Estados Unidos y Latinoamérica", cuenta Carla Poch. De hecho, se sabe que estrellas como Marilyn Monroe y Audrey Hepburn lo practicaban asiduamente, aunque en un contexto más orientado a la danza.

Aunque, si bien es cierto que el barré no es una disciplina nueva, ha ido evolucionando con el paso de los años y, según la experta "actualmente, incorpora movimientos, posiciones y ejercicios de otras actividades, para trabajar el cuerpo a fondo y de forma intensa, siempre de forma respetuosa para evitar lesiones".

Además, la coach subraya el hecho de que "cada instructor y estudio da su propio método y, aunque parta de una misma base, hay diferencias entre cada uno".

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Beneficios del barré

Más allá de su magnetismo estético, lo importante es que, "a nivel físico, el cuerpo se tonifica de una forma total y holística, ya que el barré trabaja todos los músculos del cuerpo", afirma la exbailarina. Además, subraya el hecho de que con esta disciplina "no se trabaja la hipertrofia, por lo que se consigue muscular pero de una forma mucho más natural". Sin embargo. advierte que "la constancia es clave para conseguir resultados visibles, además de llevar una alimentación y un estilo de vida saludables".

Por otro lado, la coach señala que el barré "trabaja el equilibrio entre cuerpo y mente, enfocándose en un trabajo postural no agresivo para las articulaciones", por lo que se adapta a todas las edades, incluso lesiones, embarazo y posparto. Sin embargo, recalca que "esto no significa que no sea un entrenamiento demandante e intenso además de tonificante".

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Lo que hereda de la danza

Gracias a la parte que toma del ballet, "además de ser un tipo de deporte visualmente atractivo, contribuye a la corrección de la postura, al aumento de la flexibilidad, la fuerza y la resistencia y del equilibrio. Se trabaja la coordinación, el oído –la escucha activa– por lo que contribuye a llevar un estilo de vida saludable, regulando y reduciendo los niveles de estrés", según Poch.

Igualmente, la entrenadora destaca que "el hecho de estar en una clase guiada que cambia cada día, demanda concentración, desconexión y estar absolutamente presente en la escucha hacia la coach, por lo que quien lo practica puede dedicarse esa hora solamente a enfocarse en uno mismo". 

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Tipos de barré

Incluso en este tipo de disciplina con raíces en la danza, cada uno puede encontrar su entrenamiento ideal. "Dependiendo de la modalidad de barré que se imparta, la clase se parecerá más o menos a una clase de ballet", explica la exbailarina. Así, señala que "en caso de ir a una que se enfoque más al cardio, la clase será más bailada y tiene un flow parecido a una barra de ballet clásico", aunque en lugar de usar posiciones de danza, usan otras más parecidas a las de pilates o un entreno funcional de HIIT –sentadillas, zancadas, planchas–".

"En caso de ser una clase enfocada a la resistencia, se parecerá más a una clase de pilates por lo que principalmente se trabajará un rango de movimiento más corto y controlado, que mejorar fuerza y resistencia", explica la coach de barré.

Además de ballet y pilates, las clases se pueden parecer a una clase dirigida de HIIT combinada con estiramientos de yoga, por lo que además de estar fortaleciendo músculos como “en el gimnasio”, se trabaja también la flexibilidad. Para ello, la experta indica que se trabaja con el propio cuerpo y muchas repeticiones y solamente se incorporan mancuernas de máximo 2kg y props.

El papel de la música

"La música es clave para todo el workout, es decir, toda la clase se desarrolla al ritmo del beat" –ritmo–, señala Poch que asegura que el tipo de música dependerá de la coach, pero en general se utiliza pop, latino, reggeton, muchas mezclas de tech-house y música bailable y reconocible para que las clases sean lo más animadas y llenas de energía posibles".

¿Se puede hacer en casa? 

Según la experta, Se puede hacer en casa, ya que solo necesitas una esterilla de yoga y unas pesas –o unas latas que pesen aproximadamente 1kg–, si lo deseas. "La barra se puede adaptar", según Poch: "Hacer modificaciones de los ejercicios sin ella, o usando una superficie firme como una silla o una barandilla.

La coach también nos propone emular los props o accesorios con cosas que tengamos en casa. "Para los discos, se puede usar una bayeta; el bloque, un libro; la pelota, un cojín, etc. Aunque también nos recuerda que se  o en su defecto, se venden en tiendas comunes de material deportivo a precios económicos.

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¿Una disciplina femenina?

Seguro que más de uno se plantea que puede tratarse de un tipo de ejercicio más orientado a las mujeres. Y es que, tal y como nos advierte Poch, "al ser una disciplina que tiene su cuna en la danza, se asocia directamente a la feminidad", que es algo contra lo que los bailarines han luchado siempre. Pero la coach recuerda que la fundadora de la disciplina, Lotte, fue un icóno de la revolución sexual de los años 60 y aseguraba que este ejercicio servía para "desarrollar confianza y competencia sexual", ya que, "como pasa en la danza, el hecho de hacer un trabajo de abdomen constante e intenso, tonifica de forma natural el suelo pélvico".

"Existe un perjuicio claro de que es un deporte menos duro, pero muchas vienen del crossfit y casi no llegan al final de la clase".

Así, aunque explica que en la actualidad "hay algunos hombres que se animan", aún "está lejos de ser una disciplina mixta", algo que ella achaca en parte a que "existe un perjuicio claro de que es un deporte menos duro o para mujeres menos fuertes". Sin embargo, ella anima a los hombres a probarla con el reclamo de que "es un tipo de ejercicio muy muy demandante, pese a ser estético o bailado, que si se combina con una rutina de fuerza de gimnasio por ejemplo, puede ser muy beneficioso".

"Hay muchas clientas que vienen del crossfit o de hacer mucho gimnasio que alguna vez me han comentado que la primera vez que vinieron alucinaron porque pensaban 'que estaban muy fuertes pero casi no llegan al final de la clase'", explica la exbailarina. 

La formación de un coach de barré

Esta profesora asegura que es algo que depende del estudio en el que se imparta clases o del método que siga. "Principalmente las coaches vienen de la danza –sobre todo, el ballet–, el pilates o el yoga, sin embargo hay muchas que vienen de un background más funcional. Y, puesto que se hace mucho hincapié en las posturas para que los alumnos aprendan y trabajen correctamente con su cuerpo, "una parte de formación de anatomía, lesiones, y pilates es imprescindible" en el entrenador.