Los garbanzos, como el resto de las legumbres, se consideran un tesoro de salud porque sacian, tienen mucha fibra, reducen el colesterol... Y es que las legumbres, además de muchas proteínas, aportan hidratos de carbono de absorción lenta, que proporcionan energía durante horas y evitan los picos de glucosa en sangre.

Por este motivo, consumirlas frecuentemente ayuda a prevenir la obesidad y la diabetes, aparte de contener compuestos antioxidantes que evitan otras enfermedades. Y se recomienda comerlas como mínimo tres veces por semana. Pues bien, una de las maneras más fáciles y saludables de hacerlo es en ensaladas, que no son tan pesadas como los potajes, encajan en cualquier época del año y dan mucho juego.

Radiografía de la ensalada de garbanzos perfecta

  • Base: garbanzos.
  • Cuerpo de la ensalada: lechugas, brotes tiernos, setas, verduras y frutas...
  • Un plus de proteínas: Huevo, queso, atún, bacalao, pollo...
  • Complementos: Germinados, frutos secos, semillas...
  • Aderezo: Especias, aceite de oliva, vinagre, limón, mostaza...

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