Si estás buscando una compota de fruta sin azúcar para hacerla en casa y que sea realmente fácil de hacer, has dado con el lugar adecuado. Por regla general, la compota de fruta se realiza cociendo en agua fruta entera o troceada con un poco de azúcar.
Como lleva muchísimo menos azúcar que la mermelada, resulta más ligera que esta. Sin embargo, para que sea un postre realmente 100% libre de culpa cuando quieres mantener el peso a raya, la puedes hacer sin absolutamente nada de azúcar. ¿Cómo? Cociendo la fruta a fuego lento durante un buen rato para que la fruta vaya concentrando sus azúcares naturales sin necesidad de añadirle más.
Ingredientes para hacer compota de fruta sin azúcar
- 4 piezas de una misma fruta de temporada o varias (manzana, pera, melocotón, ciruelas...) a poder ser maduras para que estén más dulces.
- Agua.
- 1 rama de canela
Cómo hacer compota de fruta sin azúcar
- Lava, pela y trocea la fruta en trozos más o menos pequeños según el acabado que desees.
- Colócala en un cazo junto con la rama de canela y añade agua justo hasta cubrirla pero sin pasarte.
- Déjala cociendo a fuego bajo hasta que el agua se haya reducido y la fruta esté blandita. Si ves que queda seca y todavía no está hecha, puedes ir añadiendo poco a poco algo más de agua caliente para no parar la cocción. El tiempo de cocción variará dependiendo del tipo y la consistencia de la fruta. Y sabrás que ya está lista cuando la fruta esté tierna.
- Una vez compotada la fruta, retira el cazo del fuego, deja que se temple un poco y retira la rama de canela.
- Si te ha quedado muy líquida, la puedes pasar por un colador y servirla entera. O bien, puedes aplastarla con un tenedor y servirla tal cual, como un puré.
- Si quieres darle más sabor, puedes añadir a la cocción piel de limón, esencia de vainilla, hojas de menta fresca...
La compota de fruta sin azúcar te aguanta una semana en la nevera (si la haces en conserva, te puede durar meses). Va genial para aprovechar fruta que que ya tengas muy madura o que encuentres a buen precio cuando estás en modo "Safe food". Es ideal para los desayunos y las meriendas, como ponemos muchas veces en nuestro menú semanal saludable para toda la familia. Y además encaja de maravilla para decorar o acompañar postres, o incluso como guarnición de platos de carne y pescado.