Si te gusta cuidarte, a buen seguro que siempre tienes a mano un montón de recetas saludables para comer y cenar. Pero ¿qué pasa con el desayuno? Empezar el día con buen pie y cargarte de energía es vital para llegar a la noche en buenas condiciones y sintiéndote de fábula. En ese sentido puedes optar por desayunos sin pan, desayunos con proteínas, desayunos con avena y yogur o desayunos con chía.
El plátano es uno de los alimentos estrella que puede formar parte de todos ellos. Puedes encontrarlo todo el año, es fácil de preparar, está rico tanto frío como caliente, y aporta un toque dulce muy agradable cuando tienes el día goloso. Nutricionalmente hablando, apenas contiene proteínas y lípidos (pero sí más que otras frutas), y es fuente de potasio que contribuye al funcionamiento normal de los músculos. En cuanto a las vitaminas, el plátano es fuente de vitamina B6, que ayuda al buen funcionamiento del sistema nervioso.
Cuanto más maduro, mejor
El plátano es rico en carbohidratos; concretamente, en el plátano verde el almidón es el mayoritario y, según madura, se va convirtiendo en azúcares sencillos como sacarosa, glucosa y fructosa. De ahí que sea suave y digerible siempre que esté maduro. Si está demasiado verde, puede resultar indigesto y provocar flatulencias y dolor en el abdomen.
Además, el plátano contiene inulina y otros fructooligosacáridos no digeribles por las enzimas intestinales, que alcanzan el tracto final del intestino y tienen efectos beneficiosos sobre el tránsito intestinal.
Ideas para tomar plátano en el desayuno
Aunque siempre puedes abrir un plátano y comértelo tal cual, estás ante una fruta muy versátil que se adapta a múltiples formatos.
- En batido. Fenomenal cuando no tiene demasiada presencia pero su sabor es de 10. Tritura con leche o la bebida vegetal que prefieras.
- En rodajas. Si te quieres preparar un bol de lo más "aesthetic", solo tienes que cortarlo en rodajas finitas y combinarlo con otros ingredientes.
- Camuflado. Puedes añadirlo a la masa de las tortitas de avena o incluso hacer un bizcocho con él. No es una opción para tomar a diario, pero sí para días especiales.