Una de las salsas más utilizadas en la cocina es la bechamel. Por su versatilidad, su textura fina y su sabor suave, puede añadirse a un sinfín de platos para enriquecerlos y aportarles un extra de cremosidad. Puedes hacerla más o menos espesa prolongando el tiempo de cocción, según la receta a la que vayas a incorporarla. Prueba nuestra receta de bechamel y añádela a tus platos de pasta como canelones y lasaña, platos de carne o pescado, e incluso verduras gratinadas.

Ingredientes para preparar bechamel

Para hacer la salsa bechamel, solo necesitarás 4 ingredientes:

  • 1 litro de leche
  • 60 gramos de mantequilla
  • 60 gramos de harina
  • nuez moscada
  • pimienta
  • Una pizca de sal

¿Cómo preparar una bechamel perfecta?

Salsa bechamel con queso
Ikonos
  1. Calienta la leche en un cazo a fuego medio, y retírala cuando alcance el primer hervor. Tapa el cazo con papel film y reserva.
  2. En una sartén antiadherente, derrite la mantequilla a fuego lento. Agrega la harina a cucharadas y remueve hasta que queden bien integradas. Tuesta levemente la harina hasta que la mezcla se desprenda con facilidad de las paredes.
  3. Añade poco a poco la leche caliente, en un hilo sin dejar de remover con ayuda de unas varillas. Continúa removiendo hasta que hayas añadido toda la leche y quede totalmente integrada con la harina y la mantequilla y obtengas una mezcla homogénea.
  4. Prosigue la cocción a fuego lento y sin dejar de remover hasta que la salsa espese ligeramente y consigas una crema sin grumos. Sigue cocinando 10 minutos más a fuego mínimo y sin dejar de remover para evitar que se pegue.
  5. Cuando consigas la textura deseada, retírala del fuego y añade una pizca de sal y pimienta, y un poco de nuez moscada para aromatizar. Vuelve a remover y listo.

Consejos para una bechamel perfecta

  • Evita los grumos añadiendo la leche poco a poco en forma de hilo y removiendo con ayuda de unas varillas. Igualmente es imprescindible la cocción a fuego lento.
  • Enriquece la bechamel con un poco de parmesano rallado además de la nuez moscada y una pastilla de caldo de pollo. Si quieres aportar también un poco de textura, un sofrito de cebolla bien pochada es la mejor solución.
  • Utiliza siempre una sartén antiadherente para evitar que la bechamel se pegue al fondo durante la cocción a fuego lento.
  • Asegúrate de tostar bien la harina para que no te quede el sabor a harina cruda y evites que se formen grumos al añadir la leche.

¿Dónde conservar la bechamel?

Dónde conservar la bechamel
Ikonos

Si vas a utilizar la bechamel más tarde o te ha sobrado, puedes conservarla en perfectas condiciones hasta 4 días después de haberla preparado, eso sí, antes que nada tendrás que esperar a que se enfríe. La mejor forma de conservarla es pasándola a un cuenco y cubriéndola con film transparente, de modo que el film quede adherido a la bechamel. Así evitarás que el aire seque la superficie y se forma una capa reseca. Consérvala en la nevera hasta que la necesites.

Como estará un poco espesa y muy fría, tendrás que volver a calentarla. Para ello, vierte la bechamel en un cazo, agrega un poco de leche y caliéntala a fuego lento mezclando con unas varillas hasta que tengas la textura idónea. Bastará con unos cuantos minutos.

Cómo saber si la bechamel está mala

El primer indicador para saber si la bechamel está mala será el olor. Si al destapar el film transparente que la recubre desprende un desagradable olor similar al de la leche cortada. Así mismo si la textura es grumosa y observas que la superficie se torna de un color amarillento, será una señal clara de que la bechamel está en mal estado. Por eso lo más recomendable es guardarla siguiendo nuestras indicaciones, y consumirla en un plazo máximo de 4 días.

Variantes de la bechamel tradicional

Sin gluten

Utiliza las mismas cantidades que para la bechamel tradicional y sustituye la harina por maicena o harina de arroz. Además de ser sin gluten, verás que la textura de la bechamel será mucho más sedosa.

Apta para veganos

Solo tienes que sustituir la mantequilla por margarina vegetal, respetando las cantidades de la receta original. En cuanto a la leche, la mejor opción para sustituirla será una bebida vegetal de soja o avena sin azúcares añadidos.

Versión light

Si quieres una versión con pocas calorías, sustituye la mantequilla por una margarina ligera hecha con aceite de oliva. En el caso de la leche, una desnatada servirá a la perfección. Notarás que la textura será mucho más ligera.